jueves, 31 de julio de 2008

Modificaciones en la Carrera Oficial. (3) La fuerza de Sierpes.

El itinerario único de todas las hermandades de Sevilla al que, andando el tiempo, se unieron también las de Triana, empezó de manera harto curiosa.

Afirma el historiador sevillano, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Francisco Aguilar Piñal en “La Sevilla del XVIII” (Historia de Sevilla.Publicaciones de la Universidad de Sevilla. 1992) que ya en ese siglo (años 1729 a 1795) se había institucionalizado la costumbre del recorrido único de todas las cofradías, desde la plaza de San Francisco a la Catedral.

De manera que, si contemplamos la formación de la Carrera Oficial que conocemos desde dos ángulos, la ocupación del espacio en las calles y el precio a pagar por las sillas que se sitúan en ellas, el primero comienza de manera popular y desorganizada desde el momento mismo en que el Arzobispo Cardenal Niño de Guevara obliga en el Sínodo de 1604 a todas las cofradías de penitencia a que vayan a la Catedral para tenerlas controladas debidamente.
Pero obsérvese que la gente al principio no se sitúa en la Campana ni en la calle Sierpes, sino en la Plaza de San Francisco, centro tradicional de cita de los sevillanos para el dolor y el gozo. Allí confluyen las cofradías… cuando salen que no siempre es cada año. Y de allí avanzan, unas tras otras hacia el templo catedralicio como había pedido el arzobispo.

Así que en sus inicios la Carrera se extiende escasamente desde la fachada trasera del Ayuntamiento a la Catedral discurriendo por la calle Génova, hoy Avenida de la Constitución.
Sin embargo pronto empieza a prolongarse y lo hace por la calle Sierpes en dirección descendente hacia la Campana. Lo confirma el edicto que promulga el Arzobispo Francisco Delgado y Venegas, miembro del Consejo del Rey Carlos III, prohibiendo los empalados y otros disciplinantes y las procesiones nocturnas, para cuyo cumplimiento se constituye en 1777 en un zaguán de la calle “al sitio de la Cruz de la Cerrajería”, un Tribunal formado por tenientes del Asistente, es decir del Gobernador, con escribanos, alguaciles y fuerza armada.

No es el único porque en la misma vía urbana y a partir del mismo año empieza a funcionar en "Entrecárceles" otro tribunal, el llamado de La Saleta, que observaba si las Cofradías cumplían o no las reales órdenes de salida.

En cuanto al uso y disfrute del espacio urbano ocupado con asientos de pago, su remoto antecedente puede hallarse en la decisión del alcalde Juan José García de Vinuesa tomada en 1863 de colocar sillas que se alquilaban, a cuatro reales el día, para ver las cofradías delante de ese sector trasero de las Casas Consistoriales.

El respeto a la tradición, cultivado siempre en el mundo cofrade y el acervo sentimental que atesora prohíben sensatamente la eliminación de esta centriquísima vía del papel que viene desempeñando en la Carrera Oficial.
Por si fuera poco, si las cofradías se hicieran discurrir por Tetuán, Sierpes quedaría encajonada entre el final y el principio, de forma que se inutilizaría para cubrir el papel de vía de penetración que Tetuán desempeña hoy. Y tampoco podría emplearse como espacio de evacuación precisamente por esos dos tapones que permanecerían en sus extremos, la Campana en su entrada y la Plaza de San Francisco a la salida.
Por todo esto, la conclusión es que, cualquier cambio en el trazado de la Carrera que pueda llevarse a cabo en el futuro ha de pasar por el mantenimiento ineludible de Sierpes y, en consecuencia de la Campana, la Plaza de San Francisco y la Avenida de la Constitución.

martes, 29 de julio de 2008

La Carrera Oficial: Decíamos ayer…

Finalizaba mi “entrada” anterior concluyendo que la prolongación por la Avenida de la Constitución hasta la altura del edificio de Correos y el Archivo de Indias siguiendo después por Fray Ceferino González hasta el recodo que se produciría delante de la puerta, pero con la posibilidad de ocupar el espacio después de ella, agotando incluso el ángulo de visión, es la solución válida que empieza a contemplarse, desechando las otras posibles por descabelladas, para empezar a hablar seriamente de la ampliación.
Si en la Semana Santa de 1999, con la Puerta de San Miguel clausurada por obras, se hubiese aceptado esta reforma, se habría conseguido una notable modificación con el correlativo aumento de nuevas sillas. Y ofrecía la particularidad de no requerir alteración alguna de los itinerarios de las cofradías, excepción hecha de las que pasan por el Postigo que habrían de prolongarlos, desde su salida de la Catedral por la habitual puerta de los Palos, siguiendo por Santo Tomás y Tomás de Ibarra, e incrementando lógicamente su tiempo de permanencia en la calle.

El proyecto parecía que iba a prosperar y lo hubiera hecho de no haberse interpuesto el Monumento a Cristóbal Colón, erigido, como se sabe, en la proximidad de la Capilla de la Antigua y justo delante de la Puerta del Príncipe.
Los pasos tenían que rodearlo.Y, aunque se desmontó el cancel, (*) algunos no cabían. La Esperanza de Triana fue la primera hermandad que dio la voz de alarma. Una simulación por ordenador demostraba claramente que su paso de misterio del Señor de las Tres Caídas necesitaba más espacio.
El resto de las cofradías que procesionan con los llamados “barcos” - los pasos de misterio de mayores dimensiones - procedieron de igual forma encontrando dificultades parecidas.
He aquí el motivo por el que hubo de desecharse la idea abriendo la puerta de San Miguel provisionalmente, a pesar de las obras.

Este plan, fue, por tanto el que estuvo más cerca de llevarse a la práctica en aquella Semana Santa de las obras en la fachada de la Catedral que da a la Avenida. Los otros se demostraron inviables sobre todo en cuanto a su repercusión en la calle Sierpes.

Según mi opinión, si alguna vez las Cofradías dejasen de pasar por Sierpes se habría acabado la Carrera Oficial.No solo por razones históricas, sino por motivaciones prácticas de mucho peso y cordura.
El respeto a la tradición y otros razonamientos poderosos merecen que dedique la siguiente “entrada” a este tema.

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(*) Su corte y posterior soldadura fueron denunciados públicamente por ADEPA (Asociación para la defensa del Patrimonio Andaluz) que los calificó de barbaridad y se aprobaron por la Delegación Provincial de Cultura, dependiente de la Junta de Andalucía, sin que pasasen por la Comisión de Patrimonio.

lunes, 28 de julio de 2008

El recurrente tema de la Carrera Oficial

Lo trata como siempre con su ponderación y profesionalidad acostumbradas mi compañero y amigo Fran López de Paz en las páginas cofrades del ABC del domingo y lo reproduce Pasión en Sevilla en Internet.
Buena ocasión en la laxitud veraniega para volver a esta cuestión, sobada ya de tanto y tan antiguo meneo,pero,al parecer, asomada definitivamente al Palquillo de la Campana para recorrer su itinerario sin tardanza.
A ella le dedique algunas páginas en uno de mis libros, (*) y rememoraba entonces cómo, en los años anteriores se habían planteado por lo menos tres propuestas oficiosas para ejecutar el cambio.
En la época en que era presidente del Consejo Luis Rodríguez - Caso Dosal se resucitó el viejo proyecto de la ampliación sugiriendo su alargamiento mediante el procedimiento de anticipar su comienzo y, en consecuencia, la ubicación del palquillo donde se sientan los representantes del Consejo a la esquina de la Plaza del Duque con la calle Trajano, proyecto que hubo de descartarse por los problemas que creaba a las cofradías de la Madrugada y a las que vienen de Triana.
Esa misma idea se adaptó a una posible segunda solución: Buscar la ampliación por el otro extremo situando su principio en la confluencia de las calles Martín Villa, Villasís y Laraña.Esto producía una alteración sustancial que permitiría a las cofradías pasar por la Campana y continuar por Tetuán, en vez de por Sierpes. Las cofradías que llegasen desde San Lorenzo, la Alameda, Feria o la Macarena se incorporarían a través de la calle Orfila; Las de la zona de la Encarnación, por Laraña y las del resto entrarían por Cuna.
Desde el final de calle Tetuán se pasaría a la Plaza de San Francisco por la calle Granada y lo demás permanecería igual.

Pero también aquí surgían dificultades insolubles: Las cofradías de Triana y las del Arenal deberían prolongar excesivamente sus recorridos para entrar en la Carrera ya que habrían de llegar a ella a través de Javier Lasso de la Vega y Orfila, si no podían entrar por Cuna, y algunas necesitarían dar grandes rodeos por el Museo y Alfonso XII en su itinerario de ida.
Y, además, al ocupar la calle Granada continuamente como camino de incorporación a la Plaza, se eliminaría una de las salidas de los palcos. No se incrementarían las reclamadas vías de evacuación, sino, al contrario, se suprimiría una de las más importantes.
Aun hubo una tercera opción de cambio y le faltó poco para que se pusiera en práctica. Se habló mucho de ella en el preludio de la Semana Santa de 1,999.Las obras que se ejecutaban en la Catedral mantenían cerrada la puerta de San Miguel y empezó a considerarse seriamente la posibilidad de trasladar la entrada en el templo a la puerta del Príncipe.De haberse aceptado este cambio, la Carrera se hubiese alargado por circunstancias ineludibles ajenas a ella. Se habría prolongado por la Avenida de la Constitución hasta la altura del edificio de Correos y el Archivo de Indias ampliándose después por Fray Ceferino González hasta el recodo que se produciría delante de la puerta, pero con la posibilidad de ocupar el espacio después de ella.
Hoy el punto de salida del proyecto se sitúa precisamente en esta tercera opción habiéndose descartado definitivamente las dos anteriores.
El plan ofrece muy favorables perspectivas, aunque también no despreciables riesgos.
Algo avanza Fran en su comentario dominguero y algo igualmente manejé yo en los supuestos de la realización práctica de esta única solución ampliatoria. Pero ya está bien para no cansar a nadie en esta “entrada”. Quédese, pues, para la que sigue.
(*).- “Madrugada de pánico”.- Editorial Castillejo.-Sevilla.- 2000. Págs.164 y ss.

sábado, 26 de julio de 2008

Espaliú quiere ser figura.

Figura del toreo, matizo y resalto.
El último artista de este apellido que he conocido fue Pepe Espaliú, pintor y escultor cordobés que también cultivó la poesía y al que el Sida, que marcó el último tramo de su obra, se llevó por delante en 1993 cuando solo contaba treinta y ocho años.
Su villa natal en la que también falleció le dedicó toda clase de honores e incluso una calle que hoy recuerda al joven y apasionado artista polifacético prematuramente desaparecido.
Antes de este Espaliú no he sabido de otro. Y en la preceptiva consulta al Cossío no hallo este apellido en ningún coletudo.
Espaliú ha triunfado en los festejos nocturnos sin caballos para promoción de nuevos valores de la novillería que se celebran desde hace unos años durante el mes de Julio en la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. No le ví, pero dicen los que fueron que torea como los mismos ángeles. Cortó dos orejas. Y el jurado, integrado por los tres asesores de los presidentes de la plaza,no tuvo dudas en proclamarle triunfador.
El novillero de Coria del Río que pertenece a la Escuela de Camas tiene por delante un esplendido futuro, en mi opinión siempre que no se lo crea del todo, siga cultivando la asesoría de El Almendro que disfrutaba como un chiquillo cuando vimos a esta joven promesa en una comparecencia anterior transmitida por Canal Sur y sea capaz de no dejar que lo arrinconen para lo que, nada más haber alcanzado su triunfo en la plaza sevillana, merodeará por ahí más de uno y más de dos dispuestos soterradamente a culminar esta faenita.
Así de competitivo es el planeta taurino. Ni más ni menos que otro cualquiera, pero magnificado y fortalecido con los oropeles de la fiesta. Por eso me parece que, desde los comienzos hay que ir eliminando obstáculos y uno de estos puede ser el apellido. Bien es verdad que, al no haber sido precedido por nadie que lo llevara, la circunstancia puede esgrimirse como argumento por su novedad. Pero ¿por qué no buscar un apodo más taurino? ¿O bucear en sus vestigios familiares hasta dar con un nombre más cartelero y de fácil recuerdo?... José María Manzanares, padre, sin ir más lejos, lo hizo así. Ustedes no han podido ver nunca en los carteles que uno de los espadas se llame José María Dolls y eso que el apellido materno, Abellán, sí luce hoy en la cartelería, de la misma forma que los antiguos nunca leyeron que toreaba Antonio Ebassun, sino Martincho.
La difusión publicitaria es muy rigurosa con los ecos de la cacofonía y otras lindezas del lenguaje más afiladas cuando las palabras no se han oído antes.
Cuentan que a un pueblo de este Sur nuestro tan querido llegó una pareja a bordo de un automóvil solicitando la presencia del Juez de Paz y que al indígena que atendió su consulta no se le ocurrió otra cosa que contestarles:
-- No hay. Aquí tenemos el “jué de naranja”, “el jué de limón” y “la tónica jué”.
Jué de pa, no.

jueves, 24 de julio de 2008

Loor al noveno premio “Joaquín Romero Murube”

Si uno de los sitios mejores para hablar de cofradías es la playa cuando aprieta el calor, los veraneantes de Julio que piensen así habrán encontrado un regalo en una de las páginas impares del ABC de ayer Miércoles. Aquella en la que se reproducía el artículo “Resucitar en Sevilla” que escribiera Juan Manuel de Prada y que se ha alzado con el noveno premio “Joaquín Romero Murube”.
Siempre hemos encontrado los cofrades un cierto regusto no exento de narcisismo cuando la mirada curiosa de un visitante foráneo ha propiciado comentarios elogiosos de nuestra Semana Santa. Y más aun cuando estos se han vestido con la belleza literaria de una pluma bien cortada.
Juan Manuel de Prada, joven escritor y columnista, que sorprendió a críticos y lectores con su primera obra, ‘Coños’,recibió el Premio Primavera de Novela por “La vida invisible” e igualmente cuenta en su haber con otros diversos galardones entre los que destacan el Premio Planeta, el Premio de Narrativa Ojo Crítico y el González Ruano de periodismo.
Se define como un escritor “barroco, torturado y taciturno” y completa esta descripción personal con la respuesta que daba a Aurora Florez en el periódico donde se publicaba la noticia: “vasco de nacimiento y zamorano de crianza y sentimientos”
Por supuesto es vasco. Nació en Baracaldo (Vizcaya) en 1970 y es hoy uno de los escritores más jóvenes y galardonados de España que proclama el redescubrimiento de la fe como «provocación contra la doctrina imperante» y la defensa de la vida que, según su firme criterio, «es el caballo de batalla de nuestro tiempo».
Juan Manuel de Prada no conocía la Semana Santa de nuestra ciudad, como le sucediera al Padre Cue, que tampoco era sevillano y que apareció por aquí queriendo comprender “cómo llora Sevilla” con sus cofradías y lo supo llevado de la mano de Joaquín González Moreno, Carlos Acedo, Juan Delgado Alba, Manolo Ferrand y Julio Martínez Velasco, al que afortunadamente aun podemos leer de vez en cuando en las páginas de este ABC que siempre ha sido su periódico.
Pero a falta de este selecto y competentísimo grupo de cofrades, Juan Manuel ha contado con uno solo, Joaquín Moeckel, doctor en la materia, que, así, de entrada, le recetó una dosis en vena de sevillanía semanasantera en forma de video del Pregón de Antonio Burgos al que el paciente calificó de inmediato como de “pieza literaria insuperable”.
Y, claro, ya, preparado asi, lo puso en condiciones perfectas para que toda su musculatura intelectual y su sensibilidad reaccionaran como es debido ante esa cascada de estímulos que son nuestras cofradías en la calle.
El resultado es esta pieza periodística en la que el autor, como ha destacado el jurado calificador del premio, deja su impronta y su percepción sobre la Semana Santa.
Anoche me lo releí lentamente saboreándolo a placer, no en la playa sino en “Costaljarafe”, mientras el poniente me compensaba de las calores del día y hasta llegó a parecerme que venía empapado de aromas de azahar y cera cuando deletreaba con las palabras del escritor premiado que “la desesperación pagana flaquea y retrocede ante la imagen de ese Jesús del Gran Poder, vecino de San Lorenzo que sale a la noche con la Cruz a cuestas”

miércoles, 23 de julio de 2008

Turismo de vacaciones.

¿Qué estamos en crisis?... ¿Quién dice eso?... Personalmente creo que todavía, no. Tal vez llegue y la suframos entonces; pero, ahora y mientras se quede en los papeles de los periódicos y las exclamaciones de alarma de los que dicen que saben, que a saber si es de verdad, la crisis está lejos.
Y con este razonamiento decidieron emprender un turismo vacacional. Los dos frisando la edad peligrosa de la madurez… con los niños, un hombre y una mujer, porque tuvieron la parejita, que ya habían crecido como era natural, bien casados, o, por lo menos, bien encajados con eso de la pareja estable que, según algunas opiniones, gana en equilibrio y permanencia a las de las Guardia Civil ¿por qué no dar el paso?... ¿Cuándo llegue la hora del Inserso?... Los viejos no se atreven a viajar más allá de las playas de Gandía o de Roquetas… Si queremos salir al extranjero tenemos que hacerlo sin más dilación.
Y se fueron a la agencia de viajes y expusieron su criterio. El empleado, conocido y de toda confianza porque era sobrino de la hermana de la cuñada de Fernando el panadero, con el que la mujer mantenía esa relación larga y de fidelidad sin fisuras sustentada en comprarle dos bollos y una viena todas las mañanas, extendió sobre la mesa el abanico multicolor de los trípticos y desplegables con sugerentes fotos de los más ideales destinos turísticos que habían sido seleccionados en la campaña de verano y se ofreció para recomendar algunos de los mejores a su juicio.
Dijeron que no. Y tenían libertad para hacerlo. El empleado, como sobrino de la hermana de la cuñada de Fernando el panadero, merecía esa prueba de amistad y secretismo.
Deseaban llevar a cabo una excursión diferente. De esas en las que no cabe encontrar casi todas las caras conocidas del autobús de la mañana… del recorrido por la calle Sierpes… o de la cerveza fresquita en el Tremendo a la caída de la tarde. Algo singular, diferente y único.
-- ¡Pues ustedes me dirán!, ofreció obsequioso el empleado, sobrino etc.etc.
-- ¿Puede ser a Afganistán? , inquirió él con tímido entusiasmo.
-- No. Repuso de inmediato el empleado, conocido de la pareja por eso de que era sobrino de la hermana de la cuñada de quien es sabido. No.
-- Pero si fue esa chiquilla tan mona, tan sonriente y con esos andares tan de pasarela que es la ministra Carme Chacón cuando estaba embarazada…
-- Pero ustedes no tienen que visitar al Ejército.Ni yo tengo un avión de combate para que hagan el vuelo. No pueden ir. Ni a Afganistán, ni al Chad, ni al Congo, ni a Irak, ni a Cisjordania y Gaza, ni a Papúa, ni a Somalia,ni al Yemen .
-- ¿Y a Liberia o al Níger… podemos?
-- Tampoco, repuso el muchacho ya un tanto reticente. Ni a Arabia,ni a Argelia,ni a Costa de Marfil,ni a Burundi,ni a Pakistán ni a Haití.
La pareja cruzó una tierna mirada de decepción comprensiva. El empleado seguía argumentando.
-- Son los países más peligrosos. Ochenta destinos de riesgo en los que las molestias pueden ser continuas.Les pueden robar… quemar el coche… asaltar hasta en horas diurnas…
Siguieron las miradas y concluyó sabiamente él.
-- ¿Pues sabe usted lo que le digo?... Que para eso nos quedamos en el barrio.
Y así lo hicieron y empezaron a ahorrar que dicen que es lo que hay que hacer ahora aunque el Gobierno se empeñe en no dar ejemplo.

martes, 22 de julio de 2008

Terminología para andar por casa.

Como para volverse loco. Los periódicos manejan unos términos que a un amigo de pueblo que tengo yo lo traen medio majareta. No desaprovecha ningún encuentro conmigo para ponerme en el brete de repasar esas nociones antiguas que guarda el cerebro de uno a saber en que ignoto rincón y sacarle de dudas.
-- Las cuentas públicas han vuelto a los números rojos. ¿Y eso qué es?...
-- Que no hay dinero, le digo.Como cuando tu banco te devuelve el recibo del Corte Inglés porque tienes la cuenta a cero.
-- ¿Y eso no lo arregla el PIB?...
-- No. El PIB es el producto interior bruto.
-- ¿Bruto?... Como los de mi pueblo.
-- No. El PIB es la suma monetaria de todo lo que produce el país, en bienes y servicios durante un periodo determinado incluyendo lo que producen las empresas extranjeras siempre y cuando lo hagan dentro del territorio nacional.

-- Ya. Y la Balanza de pagos ¿qué es?

-- Un documento contable en el que se registran las operaciones comerciales, de servicios y de movimientos de capitales, llevadas a cabo por los residentes en un país con el resto del mundo, durante un período de tiempo determinado.

-- ¿Y la balanza fiscal?

Aquí eché el freno. Respiré hondo. Me acordé de todos los andaluces que tuvieron que subir a Cataluña en busca de trabajo y que vaya usted a saber si tendrán que volver a hacerlo según como van las cosas y que la han llenado de apellidos tan catalanes como Montilla o Chacón, y no pude evitar empezar mi respuesta asperamente diciéndole:

-- ¡Un desastre! Como si los bomberos se dedicasen a echar gasolina al fuego. Algo que tiene mucho que ver con la financiación autonómica, y que ya ha empezado a emplearse para alimentar un debate perverso: el que divide el país en la España rica que no quiere pagar, sino que le den más, y la España pobre a la que se le cuelga el sambenito de subsidiada.

-- ¡Aja! – me respondió no muy convencido. Ya tú ves. ¡Balanza fiscal me creía yo que era el peso aquel que se ponía encima del mostrador y venían los municipales para ver si estaba trucado y marcaba más de la cuenta…!
Mejor que lo siga pensando así. Dije para mi capote. Porque se que a mi amigo le gusta el champán y, como se entere de verdad de lo que significa todo eso, no se lo comprará más a los catalanes.

lunes, 21 de julio de 2008

Cuando la muerte se salta la regla.

Decía doña Dolores Ortega que era una señora de Moguer que entraba mucho en casa, abuela por parte de madre del recordado analista Juan Carrero, que “el joven puede morir. El viejo tiene que morir”.
Doña Dolores poseía una cultura vasta y peculiar. Había sido muy amiga de Juan Ramón Jiménez de la que se confesaba admiradora profunda y conocedora de su obra y conservaba recuerdos del poeta que habrían sorprendido a sus biógrafos.
“El joven puede morir. El viejo tiene que morir”….
Lo malo es cuando la regla general así enunciada se la salta a la torera la de la guadaña y se lleva por delante a un chiquillo de dieciséis años y deja por aquí a sus abuelos de padre y madre aparte de a sus mismos progenitores. ¡Qué desgracia, Dios mío!
Eso le ocurrió el otro día a Pedro Jesús Dormido, hijo del director comercial de la COPE en Sevilla, Pedro Dormido Girón y de su esposa Mariví. Una de laS TRES CES que cabalgan hoy como nuevos Jinetes del Apocalipsis, fue la culpable.
Como es sabido, los primeros de los cuatro terribles personajes que, montando cada uno un caballo con un color distinto, llevaban las plagas a toda la humanidad, eran el hambre en el caballo negro, la guerra, subida en el rojo y la enfermedad, cabalgando en el verde o amarillento.
Hoy la actualidad cotidiana desvela nuevas plagas no menos angustiosas: el cáncer, la carretera y el corazón. Esta última se lo ha llevado consigo frenando abruptamente el ritmo entusiasta del suyo cuando caminaba con un grupo de boys scouts por los Picos de Europa.
¡Qué desconsuelo el de esos abuelos ayudando a los jóvenes padres a recibir la incontenible oleada de pesar de amigos y conocidos! ¡Y qué testimonio de fe y de esperanza cristianas!
Pedro Jesús era integrante activo del Grupo Joven de la Hermandad del Baratillo. Se evocaba con qué gracejo relataba no ha mucho en un programa de la televisión local cómo él y sus jóvenes compañeros se dejaban las uñas limpiado la plata de los enseres de salida de la cofradía.
Una hermosa foto de su Virgen de la Piedad presidió la Eucaristía en la Capilla B del Tanatorio Servisa, más repleta de fieles que nunca y con más asistentes que hubieron de quedarse en la puerta.
Fueron emotivas las cariñosas palabras del celebrante en la homilía y numerosísima la Comunión que ayudó a repartir el Hermano Mayor.
Terminado el acto y antes de la retirada del féretro, se recordó igualmente que el fallecido era un excelente aficionado a la Fiesta de los Toros y que tal vez podría haber soñado alguna vez salir por la Puerta del Príncipe.
Oído esto, temblaron los muros de la capilla con el más vibrante y prolongado aplauso que hubiera podido refrendar esa salida.
Y Andrés Luque Gago, el histórico banderillero, que se sentaba a mi lado, me murmuró al oído que se le habían puesto los vellos de punta.
Asentí. Y no contesté.Pero a mí, también.

sábado, 19 de julio de 2008

La despedida del hermano mayor.

“Dicen que no son tristes las despedidas…”
La letra sigue, recomendando a quien tal afirma que lo pruebe en sus mismas carnes, que se despida.
Las despedidas son tristes siempre.Aunque se haya programado el reencuentro.
“No te vayas, todavía, no te vayas por favor...” le cantamos al Papa polaco que vino a vernos con la letra inspirada de la conocida sevillana.
Y los adioses son, si cabe, más desoladores y nostálgicos si nos despedimos de un cargo al que llegamos pletóricos de ilusión con un saco de proyectos.
En los últimos días han tomado posesión de sus responsabilidades y representaciones no pocos de los hermanos mayores de nuestras cofradías de penitencia elegidos en las últimas votaciones a Junta de Gobierno.
Hombres nuevos que relevan a los que han venido ocupando hasta ahora la alta magistratura de cada hermandad, en algunos casos dejándose la piel en el empeño, hasta agotar los mandatos que permite la vigente regulación normativa.
En la prensa tradicional y en los portales de Internet menudean sus fotos, sus gestos de triunfadores, sus miradas desafiantes al futuro que les aguarda…
Yo me he acordado en cambio de los que estaban, de los que se van. Y no he visto ningún recuerdo gráfico. Es como si se quisiera que pasaran de tapadillo. Y no se, si en todos los casos se ha descrito con el pormenor necesario lo que cada uno ha hecho; pero me parece que no.
Sí, ya se, que las elecciones suelen llevarse a cabo en Cabildo abierto y que este se inicia con la lectura por parte del secretario de la memoria del año. Pero un año no son tres años. Y, menos, seis años. Y en una memoria, con la premura del tiempo y la tensión del momento, no se puede matizar todo en el inevitable baile de hechos, cifras y circunstancias.
En una memoria por larga y prolija que sea no cabe la zozobra del hermano mayor cuando se desconocía si iba a ser positiva su consulta en Cabildo General para aceptar la presencia de las hermanas nazarenas… en una memoria no cabe el valor que hubo de acopiar para esa firma de su puño y letra que comprometía a su hermandad en la casa nueva… en una memoria no cabe la paciencia derramada en el trámite largo de la burocracia precisa para acometer la obra social…
¿Y cómo van a caber en el escrito frío e informal expedido por la impresora las lágrimas en el Tanatorio mezcladas con las de la viuda del colaborador antiguo ahora acartonado en el féretro con la túnica puesta por última vez y la medalla al cuello?
No. Todo eso no puede caber ni en una ni en mil memorias leídas despacio por una sucesión de secretarios ordenados y solemnes en el Cabildo General.
Eso, el hermano mayor,… Ignacio Camacho, por ejemplo, uno de los mejores hermanos mayores que ha tenido mi Hermandad del Calvario , se lo lleva a su casa cerquita del corazón o dentro mismo de la víscera cardiaca, sabiendo que tal vez no se lo agradezca nadie como debiera o que otros puedan apropiarse de los éxitos que únicamente su acertada gestión supo conseguir… Pero no importa. No hay crónica ni pergamino miniado que lo pueda recoger….
Porque la medida de su entrega, sus esfuerzos y su sacrificio solo la conocen su Cristo, su Virgen y él.

viernes, 18 de julio de 2008

Dos monjitas apresuradas.

No lo digamos muy alto porque la cosa puede cambiar cuando menos lo esperemos, pero la verdad es que estamos teniendo un verano bastante soportable.
Sin embargo hace calor cuando lo tiene que hacer que es en esas horas del mediodía en las que la ciudad, protegido su centro urbano por la marinería de los toldos, respira en ebullición incansable hasta algo más de las tres, hora que, tras el cierre de la jornada intensiva, inicia su habitual letargo de sesteo.
Es un gozo contemplar esa plaza del Duque y esa Campana con ese incansable ir y venir de gentes, habitualmente jóvenes, vestidas con prendas de coloridos restallantes como la misma luz descarada del estío, que en mas de una ocasión tropiezan entre sí porque no se distinguen mientras atienden mentalmente, y contemplan sin ver, la figura del interlocutor que camina a su lado a través del móvil.
Los de la tercera edad son los que sufren más empujones por estos usuarios incansables de la comunicación inalámbrica. Empezando por el empujón de la crisis que ese sí que empuja y cada jornada con mayor e inesperada violencia.
No están, o estamos, preparados los mayores para tanta prisa, tanto movimiento irreflexivo. Delante de mí, en la pequeña cola formada ante un cajero automático, había un anciano de movimientos adecuados a su edad que, cuando sacó dinero, se detuvo lo indispensable según su costumbre para guardar cuidadosamente los billetes, pero algo más de lo que el artilugio mecánico tiene programado y, tras el preceptivo aviso, que no son los tres de la corrida de toros, y menos perceptible para las disminuciones acústica y visual de un cliente así, se comió su tarjeta.
El hombre no se lo podía creer. Me miró angustiado. Atribuí el hecho al razonamiento que se había hecho la máquina de que ya se había marchado y guardaba la tarjeta para evitar que cayera en otras manos.
No lo entendía.
--¿Cómo ha podido pensar eso la máquina si me estaba viendo?
Le sugerí que entrase en la entidad y lo comunicara y cuando yo daba por finalizada la operación que me había llevado allí, le vi que salía discutiendo con un empleado sin comprender del todo.
Medité mientras caminaba que coincidían dos mundos. El de hoy, en gran parte, violento, insensible y egoísta y el otro, el de ayer, que, en la actualidad, aparece como cándido, anticuado y lento.
Entre los dos, se me situaron unas apresuradas monjitas de la cruz, que, desafiando, mortificadas bajo sus pardas y pesadas estameñas, la caricia caliente del astro rey, se cruzaron conmigo. Un viandante introdujo su mano en el bolsillo y extrajo unos billetes. Las llamó, ¡hermanitas!, y se los entregó.
La escena era atendida por dos turistas que no disimulaban ni su curiosidad ni su sorpresa. El resto de los que estábamos allí la veíamos como normal. Empezando por las mismas hijas de Santa Ángela que probablemente tendrían muchos a quienes llevar esa ayuda. Recogieron sonrientes el dinero y siguieron su camino.
Bendito sea Dios.

miércoles, 16 de julio de 2008

El antifaz podrido.

¡Qué doloroso es contemplar la aparición de la ruindad cuando ésta se ha mantenido escondida año tras año detrás de un antifaz, ahora podrido!
No he escrito ocultando mi nombre en mi vida y no hay nada que me repugne más que la cobardía de un anónimo, que nunca he contestado. Pero, como acabo de recibir una cascada de ellos y trato de reponerme sicológicamente de las agresiones que contenían, no tengo más remedio que trazar una elemental defensa para dejar algunas cosas en su sitio.
En las últimas semanas, muchas hermandades de penitencia de Sevilla se han sometido a procesos electorales. Entre ellas, la mía. Y el mismo Consejo.
En este clima, me ha parecido oportuno redactar unos artículos publicados en este blog sobre diversos aspectos de los comicios.Llevo doce y aun me queda alguno. Me he referido a temas.No a personas. Jamás he mencionado ni el nombre de una Cofradía ni el de ningún hermano. Me he basado en una cierta fabulación literaria en la que nadie puede verse reflejado porque a nadie he pretendido retratar.
Sin embargo algunos de los componentes de la candidatura perdedora en el Calvario, no lo han visto de esta forma. Y ahora me censuran ¡haberles insultado! (¿dónde?) e incluso no haber escrito sus nombres… Y me tachan de mal y desinformado periodista porque no he resaltado que un muchacho que se esfuerzan en identificar con el que yo he imaginado en uno de estos artículos vaya por cuarto de derecho con esplendidas notas en vez de haber abandonado la carrera. ¡Pues que sea enhorabuena!
Con un viejo rencor desempolvan una página de la vida interior de nuestra hermandad, de hace treinta años, en la que un hermano histórico se permite algunas lindezas sobre mi persona que lógicamente desconocía… me ponen verde, acusándome de que soy yo el que lo hago ( si no puedo; si os escondéis bajo el anónimo, criaturitas ) e igualmente caen en el error de deformar algunos hechos.Por ejemplo:
Manolo Huelva, que era el Hermano Mayor, cuando di el Pregón, y a quien no he mencionado y menos criticado en estos textos, a pesar de lo que por error o malicia se dice en algun anónimo, no fue quien me hizo Pregonero. Durante el verano de 1989, en una playa distinta a aquella en la que suele veranear, ya se daba mi nombre. Aunque, por supuesto, condicionado a la votación. Me lo confesaron después el Presidente y Vicepresidente del Consejo entonces, ya fallecidos, pero están por ahí gozando de buena salud muchos otros consejeros que lo pueden confirmar. Tanto es así que cuando Ramón Espejo, presidente del Ateneo, me propone el Pregón de la Cabalgata, a fines de Agosto y acepto, le telefonea Rodríguez Caso y se lo advierte por si, ante los dos encargos, yo desista del primero. Luego, como es sabido, di los dos.
Manolo Huelva, eso sí, se convirtió desde el momento de saberlo, que fue, me parece, la noche antes de recibir yo la noticia, en entusiasta colaborador de la idea, rechazando las voces opuestas de varios miembros de la Junta (¿es alguno de estos Anónimos?) que posteriormente se opusieron a la asistencia masiva de la Hermandad, proponiendo reducirla a una presencia testimonial, en la comida al Pregonero y en el Homenaje de las Hermandades, para lo que encontró dos colaboradores excepcionales: Juan Montero y, sobre todo, Juan Vega.
Otro error: Yo no podía ser entonces el Hermano Mayor. Acababa de licenciarme en la Complutense en Ciencias de la Imagen y en Periodismo y estaba llamado a ocupar la Jefatura de Informativos en el Centro Territorial de TV en Andalucía.
Se producía un caso similar al que se ha dado recientemente, se iba formando una Junta de hermanos de cierta veteranía en el que yo me encontraba y el Grupo Joven se posicionaba enfrente. Ganó el Grupo Joven. Algunos de ellos, ya no tan jóvenes, figuraban recientemente en la candidatura que ha perdido.
Por lo demás no quiero ni voy a entrar en ninguna de las barbaridades que se dicen de mí en estos comentarios y que describen y califican a sus autores. Mi Hermandad del Calvario está por encima de tanta mezquindad. Y la única vez que he hablado de ella en este blog, fue para felicitar a su Hermano Mayor. (Vease la entrada del 22 de junio del 2008)
Sí voy a hacerlo refiriéndome al Soneto “Vara dorada”, al que también hace mención despreciativamente uno de estos comentarios.
Lo escribí y di a la luz mucho después, en marzo de 1996, con motivo del “Elogio a la Saeta” y hoy figura en la Antología Literaria de la Semana Santa. (Lo siento. Yo no he tenido la culpa)

martes, 15 de julio de 2008

Va de anécdotas.

¿Han visto ustedes la miradita que le echa el ministro Solbes al no menos ministro Sebastián cuando los dos hablaban de la etérea crisis y se contradecían?
Es que la cosa tiene tomate: mientras el ministro Pedro Solbes, que, no se olvide, es el máximo responsable de la nave de la Economía, anunciaba que el crecimiento en el segundo trimestre fue del 0,1% o 0,2% y descartaba la posibilidad de que se registren ratios negativas, Miguel Sebastián, afirmaba que la situación es de "casi recesión". O sea que el capitán de la nao dice una cosa y el jefe de máquinas – Sebastián es ministro de Industria- lo corrige.Como para tirarse de cabeza al mar sin esperar el atraque a puerto en esta agitada travesía.
La miradita se justifica. No se la pierdan. Ni tampoco la desviación óptica del aludido que
prefiere mirar a otro lado. Toda una anécdota gráfica digna de pasar a los más cuidados archivos.
Y, hablando de anécdotas. El maestro Burgos me citaba el otro día en un precioso artículo dedicado al tema. Lo supe antes de que el ABC llegara a mis manos porque eso es lo que me ocurre siempre con el periódico, que alguien se me adelanta y lo lee antes que yo.
Esta vez fue en Córdoba donde yo estaba para asistir a la boda de mi hijo Antonio. Allí apareció uno de los invitados, como corredor sanferminero de las ocho de la mañana, con el periódico liado tal que se preparase para golpear con él la cabeza de las reses.
Y me sentí honrado como siempre me sucede cuando Antonio me hace la atención de mencionarme en alguno de los textos que firma y, desde entonces, me da vueltas en la cabeza, otra vez, esto de los sucesos curiosos, singulares y, casi siempre, divertidos, o de las frases ingeniosas y felices que alcanzan la categoría de anécdotas a los que dediqué algunos de mis libros.
Atendiendo a estos dos cauces por los que nacen y se desarrollan, el acontecimiento o la frase, pienso que toda anécdota, sea visual o verbal, esaboría o con gracia, necesita unos ojos que la sepan ver, o unos oídos aguzados que la recojan, una memoria con espacio para archivarla, un regusto conversador y tertuliano que la divulgue y una pluma bien cortada que, llevada por la mano experta del escritor, concluya perpetuándola en el papel. Por desgracia todo esto no existe hoy en la medida que fuera de desear. Por eso cuando advertimos que la anécdota acaba de nacer debemos cuidarla con el mismo esmero que en la actualidad dedican los zoólogos a las especies en peligro de extinción.
Porque nacer, nacen. El otro día, sin ir más lejos y en la misma Cordobita entrañable y cultísima a la que denominan llana y no sé por que después de subir y bajar por sus cuestas, en una reunión de mediodía, en la que estaba presente Luis Carlos Peris, se preguntó a dónde iban los contrayentes en viaje de novios.
-- A Canadá y Alaska, contesté, recordando el proyecto que mi hijo me había anunciado. A lo que Luis Carlos respondió de inmediato:
-- Eso está muy bien. Allí refresca mucho por las noches.
Coincidirán conmigo en que la anécdota de Solbes y Sebastián es visual y esaboría y la del compañero de Diario de Sevilla tiene una gracia que no se puede aguantá.

lunes, 14 de julio de 2008

Un slogan para Sebastián

Sebastián no es San Sebastián, sino Sebastián a secas. Este Sebastián es el ministro y, después de verlo tan descorbatado como suele mostrarse ahora, temo que no le agrade la precedencia a su nombre de títulos y honores. Aunque… cualquiera sabe.
Este Sebastián, por tanto, no es Donosti porque no se trata de la hermosa capital donostiarra ni tampoco Chano ni Chanito porque no es un patronímico sino el apellido del ministro de Industria, Turismo y Comercio del último gobierno de Rodríguez Zapatero.
Miguel Sebastián que así se llama este importante hombre quería ser ministro desde chico o, por lo menos, desde que ocupaba la cátedra de Fundamentos del Análisis Económico en la Facultad correspondiente de la Complutense. Actualmente está en excedencia.
Cuando era liberal llegaron al poder los socialistas de González y a poco cambiaba la camiseta del laissez faire laissez passer abrazando las cuatro letras del PSOE, con tan nefasta oportunidad que, no bien había finalizado su meditada transformación, aparecían Aznar y su gente y ya le pareció de mal gusto volver atrás.
Entonces se dedicó a redactar informes críticos sobre las decisiones de Rodrigo Rato, a la sazón ministro de Economía del PP, desde su puesto de director del Servicio de Estudios del BBVA. Naturalmente le cesaron. Era previsible, pero el cese le valió la apertura de la puerta del equipo de asesores económicos del secretario general del PSOE y el primer peldaño de la escalera por la que ha subido donde está
Recientemente ha avanzado parte de las bases de la política proyectada por el Gobierno para la puesta en marcha de un Plan Nacional de Ahorro Energético, cuya presentación tendrá lugar antes de las vacaciones de agosto, advirtiendo que España debe dar una respuesta 'coordinada y contundente a la desorbitada escalada' de los precios del petróleo.
Este es el tercer plan energético de la era socialista. En 2005, el Ministerio de Industria, dirigido por José Montilla, creó el Plan de Acción 2005-2007 para reducir la dependencia exterior. En julio del pasado año, el mismo departamento, encabezado por Joan Clos, diseñó el plan de Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética 2008-2012, dotado con 2.367 millones de euros.
Sebastián, que también apuntó la apuesta por el coche eléctrico como fórmula para reducir el consumo, (¿pero no dice que hay que ahorrar luz?) necesita un slogan fuerte y publicitario para defender su tesis.
Ahora bien, no olvidemos que la palabra slogan que en inglés había ido de la política a la publicidad, pasó en francés de la publicidad a la política y que tanto en un plano como en otro sus realizaciones prácticas pueden encontrar un rechazo canalizado no pocas veces por los caminos etéreos del ingenio y la creatividad.
“Muerte al cerdo de Carrillo” se leía en el Metro madrileño. Hasta que algún comunista completaba la frase y se modificaba con: “Cuidado, Carrillo que te quieren matar el cerdo”.
“Veterano es cosa de hombres”, anunciaba la modelo con una copa de coñac en la mano. Y el especialista antislogans redactaba a continuación: “Porque hay que tenerlos muy bien puestos para tomarse una copa” (Decía otra cosa, en sinónimo varonil, pero me la callo).
O, para el té Hornimans, “Bueno hasta la última gota”. Y llegaba el mismo despabilado y lo reventaba con la pregunta ¿”y qué le pasa a la última gota?”.
Espero que a Sebastián, el ministro, no le suceda nada de esto, que alguien le redacte frases tan acertadas como la de aquel anuncio antiguo que decía “Aunque usted pueda pagarlo, España no puede!” que invitaba a la ciudadanía a ahorrar aun reconociendo la pobreza de aquella España de la Transición .
Hoy lo ratificaríamos con el slogan de Cuatro para la selección española: “Podemos!!”

viernes, 11 de julio de 2008

Un antifaz de verano.

Acabo de hacer un descubrimiento: Lo mismo que hay tinto de verano, existe también el antifaz de verano.
El tinto de verano es esa bebida oscura, mezcla de vino tinto y agua con agujeritos, que así denominaba genialmente, si no recuerdo mal, a la gaseosa Ramón Gómez de la Serna, que aquellos que siguen en el seno familiar una vida sana y se preocupan sensatamente por eso de las calorías y las vitaminas nos recomiendan para que repongamos el agua que perdemos cuando aprietan las calores sin que crezca desmesuradamente nuestro contorno y proteste el cinturón.
Pecado mortal y atentado culinario es echarle a un buen Rioja una colección de agujeritos burbujeantes. Y olvido lamentable y traición artera puede resultar relegar a la Cruzcampo al pelotón de los gordos. Pero, dicho esto, la verdad es que cuando, al cabo de mantener una sucesión de días esta predilección acuosa y acostumbrado ya al sabor untuoso y dulzón de la sacarina, compruebas el peso en la basculita del cuarto de baño, como modelo temerosa de no caber en el vestido que ha de lucir en la pasarela, observas complacido que las cifras se han ido reduciendo temerosamente y que, a ese paso, hasta vas a caber en el chaqué que te compraste hace más de diez años.
Voto, por tanto, con todos los pronunciamientos favorables, para el singular y sabroso mejunje y voto igualmente por este antifaz veraniego de cuya existencia acabo de tomar nota.
Empecé a situármelo sobre mi rostro cuando el oftalmólogo me recomendó la protección solar de mis ojos con unas nuevas gafas cuyos cristales contuviesen incorporados los mejoramientos de la técnica visual. Y continué y completé la obra cuando el galeno especialista en piel extendió la protección a la totalidad de mi cara y me recomendó el uso diario del sombrero.
Tras la visita correspondiente a la óptica y la no menos precisa a la sombrerería, heme aquí reflejado en el espejo con una camisa fresquita que, para complemento del disimulo, me dejo suelta por fuera del pantalón y ya no me conocen, si no se detienen demasiado a contemplarme, ni los más deudos y afectos de mi entorno.
Sin pretenderlo, camino por las calles, tras mis gafas oscuras y bajo mi sombrero panamá, con el mismo anonimato que mantiene el nazareno que contempla la vida a través de los ojales abiertos de la tela que cubre su rostro.
Hoy he comprobado su efecto dos veces, las dos al cruzarme con dos muestras de ciudadanos que te conocen y se consideran con todo el derecho del mundo a pararte para contarte, exactamente en el centro justo del paso de peatones, eso que no te interesa en absoluto o, menos aun, su propia peripecia dramática superficial, cuando no desmesurada y caprichosa, que tu escuchas tratando de acumular caritativo aguante.
Ninguno ha advertido mi presencia.
Lo malo será cuando eso mismo me suceda en el encuentro con algunas o algunos de mis nietas o de mis nietos. (¿Lo escribo bien?)
Entonces, a lo peor, me quito las gafas y tiro el sombrero.

martes, 8 de julio de 2008

Los sorprendentes votos por correo.

Tal vez sea el momento de sacar a relucir este tema ahora que han terminado los procesos electorales de las últimas semanas.
No hablo con ningún cofrade clásico que me diga que está de acuerdo.
Cuando no existía democracia en España, en las cofradías, sí. Tal como yo dije en mi Pregón de la Semana Santa de Sevilla el año noventa y lo he reiterado numerosas veces y en distintos foros, corriendo el riesgo de que se me tache de repetitivo.
-- ¿Y qué dijiste, José Luís?
-- Pues estaba hablando de que los cofrades son eslabones entre los obispos, los sacerdotes y el pueblo llano y añadí que eso lo han venido practicando siempre en un clima de arraigada e histórica democracia en virtud del cual, en los ciclos en que ésta se ha encontrado civilmente alejada, la urna de votaciones ha sido el elemento básico para elegir los órganos de gobierno, el Cabildo General su pueblo elector soberano y la forma magistral para asegurar la pureza de los comicios, el Crucifijo alumbrado por dos velas y la invocación inicial al Espíritu Santo.
-- Buena memoria.
-- Di, mejor que “biblioteca medianamente ordenada”. Para memoria de sobresaliente cum laude la de Joaquín Moeckel que, cuando la ocasión es propicia, recita todo lo que dije poniéndome la carne de gallina.
-- Y en las Sacristías o en las Salas Capitulares ¿ya se desarrollaba la praxis democrática con los defectos de que dicen algunos que adolece hoy?
-- Pues a mi parecer y al de los cofrades antiguos, no. Y, entre otras diferencias con los procesos electorales de nuestros días, se anotaba la inexistencia de los votos por correo.
El voto tiene que ser libre, directo y secreto. Y el voto por correo debe ceñirse a una normativa estricta para que, en estos supuestos concretos, no entre en la oscuridad callejera de la sospecha.
Cuando, por ejemplo, hay dos candidaturas, el resultado final puede ser alterado si los componentes de una de ella se dedicaron pacientemente en los días previos a la celebración de la consulta electoral, a visitar viejecitos, impedidos y accidentados traumatológicos, obteniendo su voto. Y se confirma la sospecha cuando, por casualidad, solo por casualidad, todos esos votos coinciden.
¿Qué hacer?...
Avanzo una solución que trataré de desarrollar si insisto en esta cuestión cualquier otro día. Sustituir el voto por correo por el voto a domicilio. Este sería el obtenido por uno o diversos equipos electorales provistos de urnas cerradas, precintadas y lacradas con testimonio notarial, ante las que, el hermano que no pueda desplazarse por causa justificada y haya expresado voluntariamente su deseo de votar así, disponga de la posibilidad real de emitir su sufragio, libremente y sin sometimiento a presión alguna.

lunes, 7 de julio de 2008

Una suspensión obligada

-- Ella está desolada. Aturdida. Entre el calor y el problema… ¡menudo problema!... ¡no lo esperaba nadie!
-- ¿Y ahora qué va a hacer con lo que tenía previsto?
-- Eso digo yo. Y eso dice ella. ¡Con el trabajito que cuesta organizar una cena en la playa! ¡Y con la categoría de los comensales a los que se pensaba invitar… y que ya habían anticipado su asistencia! Porque el resultado estaba cantado… lo que se dice cantado… pero ya ves… las cosas.
-- ¿Está ella más afectada que él?
-- Yo creo que sí. El es muy listo y lleva muchos años en este mundillo.. .Ahora se presentó a esto porque de alguna forma lo empujaron.
-- ¿Quién lo empujó? ¿Ella?
-- Pues… su propia ambición y ella, por supuesto. Ella ha aguantado carros y carretones. Y siempre ha estado a su lado.
-- Sí, hija.Pero luego bien que le sirvió el cargo para conseguir un palco en la Plaza de San Francisco.
-- ¿Un palco, nada más? ¿A ver si te crees que las consideraciones sociales de que disfrutaban las conseguían por sus caras bonitas?
-- Es que ser alguien en el planeta de las cofradías todavía tiene mucho peso en Sevilla.
-- Y si se forma parte del Consejo, aun más.
-- No creas. Hay opiniones para todos los gustos. Incluso existen quienes piensan que los del Consejo son cofrades o cofradas con el ego subido que lo que quieren es figurar a costa de las hermandades.
-- Es posible que piensen así. Pero eso es porque desconocen sus trabajos y obligaciones y el tiempo de su legítimo asueto o de sus responsabilidades familiares que le tienen que dedicar.
-- Todo ha cambiado mucho.
-- Para los que no han salido, desde luego. Revisa el panorama: En vez de presidir la reunión como triunfadores, se encuentran con el tiempo libre y las elecciones perdidas.
-- Dios los junta.
-- Dios escribe derecho con renglones torcidos.
-- ¿Tu sabes quienes han ganado?
-- Los de las otras candidaturas.
-- Sí. Desde luego. Pero alguien más: Las familias, desatendidas sin querer por el exceso de ocupaciones cofrades, y, sobre todo, los mayores, esos que siempre dicen: pero hijos míos ¿no tenéis bastante? …¿Cuando lo vais a dejar?

sábado, 5 de julio de 2008

Adiós, Maldonado. Hola, Maldonado.

Maldonado se va.Pero es posible que, a partir de ahora, Maldonado se quede entre nosotros los sevillanos, como ha venido haciendo año tras año durante la Semana Santa para acompañar el Sábado Santo a la Soledad de San Lorenzo, la Virgen titular de su cofradía de siempre.
Tras Cristina García Ramos y Pedro Erquicia le toca decir adiós en TVE a José Antonio Maldonado, qué cumplirá 65 años a finales de este mes de julio y ha pasado casi un tercio de su vida dedicado a la previsión meteorológica en la Cadena Pública.
Como en su día sucediera con Mariano Medina este mítico hombre del tiempo ha dejado una profunda huella.
José Antonio Maldonado es el típico sevillano de barrio. No de Triana ni de la Calzá, sino de San Lorenzo. Tiene 64 años y es Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Hispalense. En 1986 se incorporó a TVE, aunque su verdadera vocación era el mundo de la aviación y toda su trayectoria ha estado vinculada a la información meteorológica, primero en informativos matinales y de fin de semana, y luego, desde 1988, a los Telediarios de lunes a viernes.
Ha recibido el premio al mejor presentador europeo de espacios de información meteorológica y es uno de los meteorólogos más reconocidos y de mayor calidad de la radio y televisión.
Acostumbrados como estamos a contemplar hermosos bustos parlantes, algunos de atractiva belleza femenina, explicándonos dónde se sitúan las isobaras, desde qué rincón acecha la borrasca y cual es el rumbo del anticiclón, dejando entrever que no están muy seguros de lo que dicen, porque eso no es lo suyo, que de lo que saben es de maquillaje, de sonrisa sugestiva y de arte interpretativo, la seriedad del presentador sevillano siempre ha sido la envuelta de su profundo y científico conocimiento de aquello de lo que hablaba.
A partir de ahora, al final del Telediario 2 de Lorenzo Milá, una joven de 22 años, que procede de Els Matins en la autonómica TV3, Mónica López, tomará el testigo del legendario y sabio hombre del tiempo que se va sin que se cuenten de él aquellas anécdotas terribles que atribuían a su predecesor Mariano Medina como esa del náufrago que entró como un basilisco en el histórico plató madrileño del Paseo de la Habana y le preguntó enfurecido agitando una astilla mojada ante sus narices…
-- ¿Marejadilla en el Atlántico?... ¿Dijo usted marejadilla?...

viernes, 4 de julio de 2008

El nuevo Consejo

Con la Jura ante el Cardenal Arzobispo que tiene lugar hoy en un acto solemne en la Capilla Real de la Santa Iglesia Catedral inicia su andadura el nuevo Consejo de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla.
Veinte cristianos comprometidos, diecisiete hombres y tres mujeres – por primera vez la presencia de la mujer en el máximo organismo cofrade—ya que si bien falta por designar el consejero de las Hermandades de la Madrugada es lícito suponer que también será varón ya que ninguna hermana asume puesto alguno entre los delegados de hermandades penitenciales.
Veinte nombres, veinte trayectorias, veinte curriculums cofradieros. Atrás queda un proceso electoral largo, intenso y, en ocasiones complicado. Ahora se abre ante ellos un apasionante futuro.
Como es sabido el Consejo encuentra su más remoto antecedente en la Comisión de Mayordomos que, en el tiempo en que las cofradías figuraban a modo de espectáculo que era anunciado como atractivo del turismo en los carteles oficiales de las Fiestas de Primavera, y las subvenciones para que desfilaran por las calles las concedía el Ayuntamiento, asesoraban a los tenientes de alcalde encargados de repartirlas, a petición de estos, para llevar a cabo el reparto equitativamente y sin problemas.
Como se ve tres aspectos destacan en estos inicios: el reparto de los dineros, la obtención de estas cantidades que progresivamente fueron dependiendo del espectáculo que producían las hermandades y de las monedas que pagaba el público espectador y de las cofradías de Semana Santa que eran las que deseaban verse desde las sillas de la Carrera Oficial.
En paralelo, pues, con estos principios hay que situar la creación del itinerario común, disposición del Cardenal Niño de Guevara en 1604 y la aportación del Alcalde García de Vinuesa en 1863 mandando instalar sillas adosadas a las paredes del Ayuntamiento que a poco se prolongaban por las calles colindantes.
Después de esto el antecedente de mayor relieve es la creación de la Federación de Hermandades que nace durante la segunda República en tiempos de persecución religiosa, idea que, según narraba el ilustre cofrade Francisco Abaurrea, se le ocurrió al Cardenal Ilundain para proteger a las Cofradías en esa época convulsa y salvarlas de su exterminio.
Largo camino ha recorrido desde entonces este máximo organismo de la representación de las hermandades.Los tiempos son otros, pero los hombres pueden reincidir en la apertura de capítulos históricos que ya parecían definitivamente archivados por la cordura.
Deseemos que el horizonte que se abre ante este grupo entusiasta de cofrades no oculte una realidad erizada de dificultades insolubles y sí un escenario en el que poder mostrar decisiones acertadas y felices logros. Amén.

jueves, 3 de julio de 2008

Insólita propuesta.

La imaginación cofrade no conoce límites. Acaba de dejarme un “emilito”, es decir un mensaje en mi buzón cibernético, en mi e-mail, vamos, un antiguo compañero de filas nazarenas y me hace una sugerencia que, como no se si tomármela en serio o en broma, pero me pide que la traslade a este rincón, la voy a recoger como estoy haciendo para que ustedes la conozcan también.
Dice este hombre que debo proponer en mi blog la creación de una “Asociación de afectados por las votaciones en las cofradías”. Y me hace a continuación, con la brevedad que empleaban los antiguos corresponsales de las agencias de noticias cuando enviaban sus crónicas por telegrama con palabras pagadas y se veían forzados a economizar mediante frases cortas, una relación de los que figurarían en ella, empezando por los candidatos a la presidencia y a los diversos puestos del Consejo General y siguiendo por los que se integraban en las diversas candidaturas perdedoras de las Hermandades de penitencia, porque en las de Gloria y Sacramentales no suelen darse estos procesos, desde los hermanos mayores y los tenientes de hermanos mayores hasta los priostes, los archiveros bibliotecarios y los diputados de juventud. A esta relación se añadirían los nombres de esos miembros de junta imprescindibles que han venido figurando en ellas desde que Bermejo escribió sus Anales y se han visto olvidados ahora por los que han formado los últimos grupos rectores que han entrado en liza.
No tiene desperdicio tampoco el esquema de finalidades de esta nonata colectividad organizada:
-- El apoyo de todos sus miembros para consolarse y sostenerse en común.
-- El aprovechamiento de la experiencia adquirida mediante cursillos y conferencias.
-- La organización periódica de elecciones para nombrar los miembros directivos de la asociación de manera que estos comicios domésticos puedan servir para la necesaria puesta a punto de sus miembros de cara a posibles incorporaciones a la vida activa.
-- Algún curso intensivo de psicología social para detectar por los síntomas externos a quien te promete el voto y te lo dará de quien te engaña y se lo da al competidor.
-- Un seminario de prácticas para crear alarmas infundadas ante una posible Junta de forma que se organice otra en la que figuren en puestos clave los que han venido mandando hasta ahora y no son llamados para figurar en la primera.
-- Etc.etc.
¿Ustedes qué creen, que mi amigo está mal de la cabeza?... No. Es simplemente un cristiano de buen humor que cada vez entiende menos y le asquea más este fregado competitivo en el que, de vez en cuando, se meten los sedicentes servidores de las cofradías.

miércoles, 2 de julio de 2008

En honor y homenaje a los canguros.

Nada de intromisión en el quehacer de los émulos del recordado doctor Rodríguez de la Fuente. Nada de recorrido fugaz por las páginas de la naturaleza salvaje. Ni por los parques que supongo cuidadísimos de Australia.
Nada de eso porque no escribo del animal rey de la especie marsupial que ha dado nombre y actividad a una profesión marginal de nuestra época, sino de la actividad misma, indispensable para las relaciones sociales, el legítimo asueto y, si me apuran, hasta para la estabilidad de los matrimonios jóvenes.
Estar de canguro, hacer de canguro o trabajar de canguro en las horas libres se ha impuesto de manera tal que no hay pareja con hijos pequeños que no haya acudido alguna vez o lo haga regularmente a solicitar sus servicios.
“Canguro por horas” se lee en esos folios que indefectiblemente terminan en una relación de números de teléfonos previamente semirrecortados al pie del escrito que se adhiere en una de las paredes del bar. No puede darse repetición más adecuada a la fórmula de aquel Pasquino, romano, que fijaba sus invectivas en la columna de su nombre aun existente en la Ciudad Eterna.
Cuando los padres de él o de ella, suegros, por llamar a las cosas por su nombre, de la parte contraria, y abuelos de la menguada prole, que la cosa está mu achuchá y con la parejita basta, dijeron un día que ellos también se iban de cena y de discoteca y que la noche es joven y hay que aprovecharla y no se podían quedar con los niños… nacieron los canguros. (Antes lo habían hecho en Australia, como queda dicho. Y estos nuevos tiran por la línea de los canguros rupestres que he leído que son los que actúan en las horas nocturnas)
Benditos sean. El canguro, y más que nada la canguro, aparecen cuando los tiernos infantes de la casa suelen estar bañados, cenados y con el pijama puesto.
Les desean feliz noche a la parejita que sale y se quedan viendo la televisión hasta que los angelitos se van a sus camas. Luego adoptan una de dos decisiones, o continúan viendo la tele o sacan sus apuntes y aprovechan las horas preparando la oposición o el doctorado.
En las biografías de no pocos hombres y mujeres de ciencia de mañana habrá de figurar muy resaltada esta mención concreta. “Y mientras esto hacía financiaba en parte sus estudios actuando como canguro”.
El canguro hispano es un ejemplar magnífico de trabajador por obra y cuenta ajena que acepta un contrato verbal con su contratador y cuyos modestos emolumentos entran hoy en la cantidad que se destina a ir de marcha y pasárselo bien. Su presencia, por ello, siempre es aceptadísima. Sobre todo por las abuelas y los abuelos cuando, si faltan, se tienen que quedar de canguros… honorarios.

martes, 1 de julio de 2008

Un acontecimiento nacional.

Creo que no se va a poder evitar. Ese desbordamiento de identidad nacional con abundante flamear de banderas rojigualdas, que se vivió ayer para recibir a la Selección ganadora de la Eurocopa y se repetirá hoy con la recepción que presidirá su Majestad el Rey acompañado por José Luis Rodríguez Zapatero, aparte de acabar con las existencias de bicarbonato en las farmacias de las collaciones donde habitan los políticos nacionalistas, va a originar también que pase inadvertida la incorporación a una serie que emite una de esas televisiones que han emergido recientemente del que dicen que es el mejor humorista de España.
Han leído bien. El mejor. Ganó un concurso titulado “El Rey de la Comedia” y ya es el mejor. No hay otro. No hay quien sea capaz de hacer reír con más ganas. Ni que resulte más original.Ni más gracioso.Ni más divertido.
Por eso su inclusión entre los intérpretes de la serie se ha vendido como un acontecimiento que afecta a la nación entera.
Pero no contaban con esto. Y esto es que la historia de España, una de las tres más importantes de Europa, junto con las de Francia e Inglaterra, de vez en cuando vuelve por sus laureles y se incorpora plena de majestad y de grandeza saliendo de ese forzado letargo en que se empeñan en sumirla aquellos que cuentan sus hazañas deformadas o falsas a la chiquillería colegial.
En los planes de estudio vigentes se puede enseñar a los niños la historia desmesurada o inventada de sus regiones mientras se oculta o se pretende sepultar la crónica áurea de esta nación invencible. Y tiene que venir el fútbol hispano, engrandecido y triunfante en el contraste internacional, para que se reverdezca este sentimiento patrio que ningún político sectario es capaz de arrancar del corazón de las gentes.
Hoy por tanto seguirán ondeando las enseñas bicolores. Hoy se vivirá otro acontecimiento español.
Y, mientras tanto, el mejor humorista del país tal vez pase inadvertido a pesar de que su espectáculo “Vamos a dejarnos de hostias” cuentan que lleva más de trescientas representaciones.
Encontré un fragmento de este genio en You Tube y me dispuse a verlo con la misma paciencia con que recibo las pretendidas gracias de ese señor tan serio y con cara de tan pocos amigos que se hace llamar el Gran Wyoming.
Lo vi. Saqué en conclusión de que esta nación es tan grande y tan bondadosa y comprensiva que hasta se ríe con cómicos como ese. Y tuve que tranquilizar a mi mujer que, cuando me encontró ante el ordenador y miró mi cara preguntó alarmada:
-- ¿Te ocurre algo?