martes, 30 de septiembre de 2008

China para incrédulos

Me temo que hoy los densos nubarrones con los que se ilustra gráficamente en los periódicos el momento crucial que vive Wall Street van a empujar a planos muy inferiores el último éxito del gigante asiático que ha vuelto a sorprender al mundo al completar su primer paseo espacial, irrumpiendo de lleno en la carrera cósmica que hasta ahora disputaban Estados Unidos y Rusia.

China, que hasta hace poco escasamente entraba en nuestra cotidianidad a la hora de elegir una comida exótica, sigue reclamando nuestra atención, en ocasiones desviada hacia acontecimientos no deseados que inesperadamente pueden afectarnos, como esa inspección de productos chinos que continúa en varias comunidades y que ha detectado en Sevilla, Madrid y Murcia caramelos que podrían ser tóxicos y aparece en el horizonte con presencia cada vez más nítida como la gran potencia emergente de esta época.

Los hechos demuestran día a día que su crecimiento es imparable en todas las facetas. Hace ya tiempo que su economía comenzó a despuntar, aspirando a sustituir a Japón en Asia e incluso a recoger, en un futuro ya no tan lejano, el testigo de Estados Unidos como potencia hegemónica.

Este verano, el país ha sido una vez más el objetivo de todas las miradas, tras organizar los Juegos Olímpicos más espectaculares de la Historia. Y, ahora, China demuestra que sus ambiciones de crecimiento van a más. A mucho más.

Yo, de verdad, hasta el momento, todo esto lo ponía en duda. Confieso mi incredulidad más tozuda.Pero ya no tengo más remedio que dar humildemente mi brazo a torcer. Ayer he visto en “Andalucía directo” de Canal Sur un magnífico reportaje en el que una modesta artesana de Herrera, el antiguo pueblo sevillano del marquesado de Estepa, se lamentaba del crecimiento de sus existencias sin vender en los almacenes ante la feroz presencia en su mercado del competidor chino.

Se preguntarán ustedes que a qué se dedican los talleres de esta llorosa señora –de elegante presencia ante las cámaras, todo hay que decirlo- y les voy a sacar de dudas inmediatamente. ¿Saben cual es el producto que confeccionan mimosamente con ágiles y delicadas manos femeninas ?... Tricornios de la Guardia Civil.

No.No tienen que visitar al oculista de la esquina a toda prisa eludiendo los tropezones. Tricornios de la Benemérita. Como lo leen.

La señora además explicaba detalladamente el proceso fabril de tales cubrecabezas castrenses heredados de los primitivos de las huestes del bizarro Duque de Ahumada y los telespectadores podían enterarse cómo el interior conformado a medida de la cabeza es de lámina de corcho que, con el transcurso del tiempo, se amolda a las medidas craneales y es protector del calor y el frío y cómo todo se corresponde con las reglas de ordenanza.

Los tricornios chinos no tienen de corcho ni dos tapones… se saltan con el mismo ímpetu de sus recientes Olimpiadas las normas de reglamento del Benemérito Instituto y el material que lo cubren es más endeble… Pero son más baratos. ¡Ay! .Y en este pais de los ahorros del chocolate del loro para compensar entre otros agujeros a babor y a estribor de la naufragante barca de las arcas públicas los dispendios a las sedicentes asociaciones culturales de la Memoria Histórica, se importan los tricornios chinos y se dejan en el almacén los de la señora de Herrera para que lo cuente en la tele de todos los andaluces.

Yo me he imaginado un festival taurino en el que a Manuel Jesús El Cid, a José Tomás y a Miguel Ángel Perera, por ejemplo, dicho sea como paradigmas del valor, los vistan de corto, con sus chaquetillas ajustadas, sus zahones y todos sus complementos del traje andaluz, para enfrentarlos a un encierro compuesto por reses de Miura, Victorino y Cebada Gago y los cubran no con productos de artesanía de los escaparates de Maquedano sino con sombreros anchos de cartón comprados en un chino y me he dicho que no sé a dónde vamos a llegar, pero que China desde luego lo debe saber muy bien. Aquí, en España, ha empezado por subirse a la cabeza de la Guardia Civil.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Y otra más.

Y van seis. Y no se toma la decisión a las doce de la mañana cuando los abonados y el público que ya ha sacado su entrada pueden hacer otros planes, aunque el cielo esté tiznado de nubarrones negros y el ruego parezca una piscina, no señor. A esa hora se hace el sorteo parsimoniosamente y se espera hasta la hora de la corrida apurando los últimos minutos –Talavante apareció cuando faltaban pocos para el comienzo- y en ese momento se reúnen los toreros, se comprueba lo que ya se viene suponiendo, que la arena es una pista de patinaje y cuando ya han transcurrido sus buenos minutos desde la hora de comienzo se pasea ante los ojos del sufrido y antaño respetable público una pizarrita sobre cuya superficie se ha garabateado la fatídica noticia: el festejo queda suspendido por unanimidad de los espadas. Una frase que no suele ser cierta en su integridad porque siempre hay disensiones y que tampoco corresponde a la certeza por su causa directa. Se suspende por inoperancia de los propietarios y rectores del coso taurino.

Uno de ellos, Ramón Valencia, empresario de la plaza junto a Eduardo Canorea, se ha escudado en las particularidades históricas del coso sevillano para explicar la gestión de la Empresa Pagés: "En el siglo XXI existen los ordenadores – ha dicho- pero se torea como siempre y el albero tiene unas condiciones de ablandamiento especiales que, cuando llueve con fuerza, no permiten la lidia. El problema es del propio coso de La Maestranza, y es un peligro que ha existido siempre".

Pues, no. Se torea mejor desde que empezó a hacerlo Juan Belmonte. Y el problema del albero se resuelve hoy en un plis plas, gastando un dinero, eso sí, aplicando las modernas técnicas constructivas de drenaje de superficies.

Lo que pasa es que aquí hemos aprendido a justificar en camelo copiando lo peor de la casta de los políticos y a la afición que le den.

Diego Martínez, presidente de la Unión Taurina de Abonados ha mostrado su indignación por esa falta de respeto afirmando que La Empresa Pagés, ante la climatología incierta, no ha puesto los medios ni el interés necesarios para preservar el estado del ruedo. La plaza tenía un aspecto impresentable minutos antes de empezar la corrida y sólo había tres areneros con una carretilla arreglándolo. En pleno siglo XXI esto se debería solucionar"

También el abogado Joaquín Moeckel, asesor jurídico de Protauni cree que La Maestranza está anclada en el pasado y aboga – es su oficio – para que en Sevilla haya una megafonía y un buen drenaje, añadiendo que al igual que la plaza se ilumina con focos eléctricos y no con antorchas, podría instalarse un sistema de megafonía que no afearía en absoluto ni al edificio ni a la fiesta.También es verdad que nunca en cuarenta años de historia de la Maestranza ha habido seis suspensiones".

Un caudal de declaraciones, como se ve, de las que personalmente me han parecido más interesantes las dos que siguen. La primera de Fernando Cepeda,apoderado de Miguel Ángel Perera, "Yo lo que no entiendo es que el Reglamento obligue a suspender a las seis de la tarde y no lo pueda hacer a las doce de la mañana. Eso con las normas anteriores se podía hacer y creo que ahora sería muy útil volver a ellas para estos casos”

El periodista Federico Arnás opina que cubrir el coso con lonas no es la solución más eficaz: "Las teorías de la lona son controvertidas. Yo no se si ésta existe y, si se tiene porque no se utiliza. Hay expertos que consideran que ésta protege al ruedo y otros que opinan que con ella se acumula mas el agua y ésta al filtrarse lo empeora mas".

"Creo que los que tienen mucha responsabilidad en esto son los maestrantes. Deben buscar una solución cuanto antes sobre todo pensando en el aficionado y a tenor de lo sucedido este ultimo fin de semana".

Yo lo creo también. Lo dije en la “entrada” anterior y lo repito en ésta.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Otra suspensión en la Maestranza

En la pasada Feria de Abril fue la corrida del lunes de la inauguración de los farolillos un festejo épico corrido ante los peores elementos atmosféricos y los aficionados a toros lo recordarán perfectamente porque en esta corrida José Maria Manzanares cortó las dos orejas al último de la tarde ante una plaza convertida en un gigantesco paraguas del que salían entrecortados olés y palmas mojadas.

Siguió lloviendo al día siguiente y la corrida se suspendió. Los pronósticos, afinados en la actualidad con el apoyo de la tecnología vía satélite, lo recomendaban sin dudarlo.Pero los viejos aficionados no se lo creían. La decisión suspensoria caía al filo de la hora lorquiana de las cinco de la tarde. ¿Cuánto tiempo hacía que no se producía un hecho semejante?

Mas, para el asombro, quedaban aun preguntas nuevas. Porque el festejo siguiente tampoco se celebró divulgándose la noticia de su suspensión apenas superado el mediodía. Esto sí que era nuevo. Y más todavía lo que hubo de seguir. La corrida del jueves tampoco se corrió. Indudablemente la historia de la Maestranza escribía capítulos inéditos. Y además en esta ocasión concurrían circunstancias alarmantes. Ya empezaba a decrecer el efecto de la borrasca.La corrida se iba a celebrar y los avisados lo adelantaban maliciosamente añadiendo que la empresa solo suspendía carteles caros por evidentes razones de balance economicista.Pero se equivocaron. El ruedo estaba impracticable porque al parecer no había sido protegido del embate de las aguas y su superficie arenosa no había drenado como fuera de desear. Alguien se preguntaba cómo el Nobiliario Instituto propietario de la plaza que se gasta tan buenos dineros en pagar al pintor Barceló el cartel negativo que alzarían gustosos los antitaurinos,no invierte mejor sus caudales en proporcionar un suelo decente para los que se juegan la vida.

La mermada tropilla de areneros que luchaba una hora antes del comienzo anunciado del festejo con los charcos y los rincones esponjosos pronto abandonó decepcionado la labor. Y los volquetes que otrora aparecían con arena seca no llegaron esta vez. Todo parecía estar sometido a una decisión adoptada de antemano: la suspensión.
Y esta se tomó por el presidente en base a una interpretación correcta de lo dispuesto en el Reglamento que rige en la Comunidad Autónoma andaluza intentando que fuese comunicada al público que aguardaba en los graderios. Mas como los matadores, cuya opinión debe recabarse según el Reglamento citado, no habían manifestado su consentimiento, se opusieron a que la tablilla con el arcaico mensaje escrito a tiza fuese exhibida y en su lugar apareció otra que aplazaba el comienzo media hora.
No había transcurrido ésta cuando los espadas fueron sorprendidos por la autoridad y un nuevo y casi ilegible letrero en una segunda pizarra suspendía sin remisión la corrida.
Los tres matadores y sus cuadrillas aparecieron en el ruedo para que el público supiera que la decisión no era de ellos, sino de un presidente, Pulido, que, en una decisión discutible, la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía lo sacaba del palco días más tarde.

Con la televisión de Canal Plus en directo estas peripecias hacen mucho daño a la fiesta de los toros, a Sevilla y a la Maestranza.

Ayer, sábado 27, la primera corrida de la extinta Feria de Septiembre, corregida por la lamentable ausencia de Manzanares con la sugerente presencia de Morante, también tuvo que ser suspendida a última hora. No hubo en esta ocasión desacuerdo alguno: los espadas, las cuadrillas y el equipo presidencial coincidieron: el ruedo estaba impracticable. Emilio Muñoz supuso que se creaba algún enemigo proclamando ante su micrófono de comentarista televisivo que la empresa había retrasado la orden a los empleados para que arreglasen la maltrecha arena habiendo dispuesto de tiempo sobrado desde que la lluvia cesase a las cuatro y media de la tarde.

Yo, que tampoco me quiero morder la lengua desde estos modestos renglones, sigo opinando que, en última instancia, hay otro responsable: la propietaria de la plaza a la que toca arrendarla en unas condiciones proporcionadas al servicio que ha de prestar lo que, evidentemente, no cumple.
Y, con ello, estos hechos desgraciados, que resultan irreparables, ya que la empresa no aplaza sino que corta por lo sano y se limita a suspender, deben servir para exigir en el futuro una adecuación del ruedo, acomodándolo al perfeccionamiento que la técnica constructiva avala hoy como exigible y no con la misma conformación que tendrían las calles sin adoquinar de la ciudad antigua cuando se edificó el coso en el siglo dieciocho.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Transmisiones taurinas en televisión

Los habituales seguidores de estas “entradas”, coletazos profesionales de viejo periodista aburrido, saben de mi inveterada afición a los toros y deben suponer por ello que no hay retransmisión de corrida que no me cuente como impenitente espectador de primera fila de butacón casero.

Sentado esto y complementado con el agradecimiento que es justo manifestar a quienes hacen posible esta maravilla, aunque, en algún caso, debamos abonar un precio que nos parece hasta ahora adecuado, por beneficiarnos de ella, no sería inoportuno reflexionar un rato sobre diversos aspectos de su realización para desembocar, si es posible, en su mejoramiento.

Quiero decir con esto que me parece necesario e inaplazable abordar el perfeccionamiento de los equipos de profesionales, comentaristas, reporteros, realizadores, cámaras y especialistas de sonido para que el invento luzca cada vez con mayor esplendor.

Valen la aportación de numerosas cámaras… los aditamentos de las grúas con atrevidas plumas que llevan a los operadores con ambiciones de volar en globo a rozar el borde de las nubes… las cámaras superlentas… las repeticiones inmediatas de los momentos álgidos… y otros admirables adelantos de los que las televisiones que los emplean se muestran legítimamente orgullosas…

Pero se necesita más. El realizador de una corrida televisada debe ser no solo un profesional experto sino un reconocido aficionado. Toda corrida está llena de rápidas escenas que deben ser recogidas en su integridad: la segunda entrada del toro al caballo… su actitud y recorrido ante el capote del subalterno que lo lidia entre el primero y el segundo tercios… los terrenos que pisa el matador en la faena de muleta y, por supuesto, la secuencia entera de la suerte suprema, torpemente interrumpida en reiteradas ocasiones con inoportunos primeros planos de la punta del estoque o del rostro crispado del espada.

Los comentaristas deben ser eso… comentaristas. Nunca narradores radiofónicos de insufrible locuacidad tratando de describir, en lamentables ocasiones con verborrea ininteligible, aquello que los telespectadores están viendo con sus propios ojos.
Y conocedores profundos de los aspectos ocultos de la fiesta. Si la banda empieza a ejecutar un pasodoble, no basta con rubricar sus sones diciendo “suena la música”. Un espectador ingenioso podría responder con sorna: “menos mal; ya me preguntaba yo qué era ese ruido”
Cualquier especialista que se precie debe distinguir, apenas perciba los primeros acordes de la partitura, un “Ragón Falé” de un “Joselito Bienvenida” o de un “Ayamonte”… o un “Pepita Creus” de un “Churumbelerías” y, si me apuran, hasta conocer el nombre de sus autores y las circunstancias que se dieron para que fuera compuesto.

El toreo está colmado de sonidos y pausas insonoras. Llenar éstas con inadmisible inoportunidad cuando se deben a minutos de silencio, orlados con el luto de un recuerdo mortuorio, resulta, en ocasiones, absolutamente insoportable.
Creo que la mejor pareja de comentaristas ha sido la que formaron en la desaparecida Vía Digital y esporádicamente en la Uno de TVE Fernández Román y el maestro Roberto Domínguez, a quienes se les oía cuando se necesitaban sus acotaciones y callaban en el resto de los momentos del desarrollo de la lidia.

Luego se han incorporado a este quehacer parejas, tríos y grupos de narradores, avalados muchos de ellos con fructíferas trayectorias taurinas previas no siempre cercanas que hacen gala cada tarde de su incorregible torpeza.

Un cursillo de perfeccionamiento les vendría muy bien. Y, mucho mejor, una renovación, con agradecimiento a los servicios prestados, para evitar que se repita aquello del matador que decía al más torpe de sus banderilleros:

--- Tú no vas a venir más conmigo.

A lo que éste contestaba sin abandonar medrosamente el burladero

--- ¿Y tu te crees que te van a contratar otra vez?

jueves, 25 de septiembre de 2008

El dinero y las cofradías. Epílogo

Decía yo el pasado domingo 14 de septiembre, cuando “subí” la “promo” de esta serie, que aceptaba y agradecía por anticipado toda clase de comentarios porque suponía que habrían de enriquecer cada uno de los textos, pero que no proyectaba contestarlos por separado, sino todos juntos, si ello me fuera posible, en una entrega ulterior.
La edición de estas “entradas” en mi Blog ha finalizado ampliada por la amable y eficaz difusión a través de “ArteSacro”. Así que me dispongo ahora a dar cumplimiento a mi promesa resumiendo lo esencial de estas opiniones a efectos de una elemental brevedad expositiva aunque proclamando antes mi agradecimiento por todas las respuestas y mi sincera felicitación por las atinadas consideraciones vertidas en las más extensas.
Procediendo así, el texto que obtengo es el siguiente:
“La declaración de asociaciones de utilidad publica esta perdida. Otra cosa son las deducciones por donaciones a las hermandades, incluidas las que se realizan en metálico, que se pueden hacer desde hace tiempo.”

“Las hermandades se debían mover y aclarar este tema con Hacienda.Quizás como donativos a la Iglesia Católica podrían tener deducciones en la declaración de la renta….los donativos para las obras de los locales parroquiales de Ntra. Sra. de los Remedios de Sevilla, sí deducen y la parroquia envía los certificados a los donantes.”

“Las hermandades deben someter esta cuestión a estudio y el Consejo de Cofradías actuar en consecuencia a la decisión adoptada por el pleno de hermanos mayores.”

“Las cuentas de las hermandades no se llevan como en las asociaciones civiles, de hecho casi ninguna utiliza el plan general de contabilidad y donde se ha propuesto que se use, se ha generado una buena polémica.”

Bien.Pues empiezo considerando el aspecto negativo que supone dar por perdida la asimilación de las Hermandades como asociaciones de utilidad pública. Es natural. Si la ley 30/94 traza un ámbito de aplicación y las hermandades no encajan en él no pueden ser declaradas entes asociativos con este fin. Ahora bien nada impide que una hermandad pueda crear fundaciones o asociaciones a medida del texto legal.

Esto puede suponer una inédita y atrevida adaptación de las tradicionales “Bolsas de Caridad” de las Hermandades, diversificadas a partir de ahora en asociaciones sin ánimo de lucro y finalidad concordante con la regulación normativa. Es decir adaptadas a los principios que detallaba en el Capítulo segundo de esta serie.
Hecho esto y satisfechos los requisitos de hallarse inscritas en el Registro correspondiente y cumplir una serie de sencillas obligaciones entre las que se anotan rendir las cuentas anuales y presentar una memoria descriptiva de las actividades, estarán incluidas en el ámbito de la mentada ley.
Pero no hay que ir tan lejos ni trastocar tanto. Las hermandades pueden acogerse hoy al Régimen Fiscal de las Entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo (Ley 49/2002 de 23 de Diciembre) al que me referiré al final.

La contabilidad merece también comentario específico.Hasta 1973 cada uno la llevó como quiso, particulares, instituciones y empresas, siempre que se cumplieran los preceptos del Código de Comercio y se anotase fielmente su actividad en los libros que éste mencionaba.De aquí que, incluso se la llamase Teneduría de Libros.Y los mayordomos o contadores de las Hermandades se adecuaron a esta práctica. La situación cambió radicalmente ese año con la aprobación del Plan General de Contabilidad con el que España se incorporó a las tendencias modernas sobre normalización contable y volvió a cambiar a fines de 1990 con la aprobación de un nuevo Plan que no rompía con el anterior, pero que contenía modificaciones sustanciales impuestas por las Directivas comunitarias y el progreso contable.
No queda ahí la cosa porque, como consecuencia de la armonización internacional basada en esta normativa de la Unión Europea, a mediados de noviembre del año pasado se aprobó el Plan que rige actualmente. En su disposición transitoria quinta se mantiene la vigencia de las adaptaciones sectoriales del Plan anterior por lo que las Fundaciones y las Asociaciones declaradas de utilidad pública se entiende que deben seguir cumpliendo las obligaciones de la Ley 30/1994 para cuya aplicación contable se aprobaron en el Real Decreto 776/1998 las normas de adaptación del Plan General de Contabilidad a las entidades sin ánimo de lucro.

Pero vuelvo, para finalizar, a los incentivos fiscales al mecenazgo y lo hago con un testimonio que es todo un lujo y con el que puede ponerse término por ahora a esta serie que tal vez resulte árida para algunos.

Me lo proporciona José Antonio Salas, anterior Secretario y hoy Archivero de la Hermandad de San Roque, economista de profesión, quien me dice que en su día se plantearon en la hermandad lo mismo que se ha comentado en estos artículos, y efectivamente consiguieron que terminara acogiéndose al régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo (ley 49/2002 mencionada antes).

Los beneficios de tipo fiscal son efectivamente importantes (para empezar, la hermandad ha pasado a estar exenta en el pago del IBI). Para los hermanos, son deducibles todos los donativos realizados durante el año (dádivas, cuotas, papeletas de sitio...) Y las obligaciones no dejan de ser las mismas que ya venía realizando mayordomía, y alguna que otra, relacionada con los donativos. Poco más.

Ahora bien – precisa José Antonio Salas - cuándo se plantea la cuestión de si una hermandad podría acogerse a dicho régimen fiscal, lo más importante y lo que hace que todo el proceso se acorte ya que la declaración de entidad de utilidad pública no es tan fácil, es la DISPOSICIÓN ADICIONAL NOVENA, que prevé la aplicación de este Régimen para las asociaciones religiosas comprendidas en el Artículo V del Acuerdo sobre Asuntos Económicos suscrito entre el Estado y la Santa Sede y siempre que se cumplan los requisitos exigidos para las demás entidades sin fines lucrativos. Las Hermandades estarían encuadradas en este Artículo V (por si hubiera dudas, hay consultas al respecto que lo aclaran) y cumplen sobradamente los requisitos anteriores.

Así lo hizo la Hermandad de San Roque en su día.
El desconoce y yo también si hay otras hermandades acogidas a este régimen fiscal.

Y nada más, que ya es hora de echar el cierre y apagar las velas. Todo sea, como terminaban muchos escritos antiguos, a.m.D.g. (A mayor gloria de Dios).

martes, 23 de septiembre de 2008

El dinero y las cofradías. (y 5)

Hoy el Ayuntamiento de Sevilla no da nada ni nada figura en ningún presupuesto oficial para quienes hacen posible la Semana Santa. Y las antiguas gratificaciones que, teñidas de graciable donativo anual, concedía el Municipio a las Cofradías se han transformado en subvenciones que éstas perciben como tributo de los espectadores que ocupan sillas en la vía pública a esa puesta en escena itinerante que son sus recorridos procesionales debidos exclusivamente al esfuerzo sostenido y personal de sus hermanos.

Mucho han cambiado las cosas. Ahora no es el Municipio el que da, sino el que cobra porque el Consejo le abona las tasas correspondientes a la ocupación del suelo, solicitando cada año, al menos con un mes de antelación, esta ocupación aportando planos y definiciones del aforo de cada sector que abarca.
Para ello el Ayuntamiento cedió al Consejo de Cofradías la explotación de las sillas de la carrera oficial y los palcos de la Plaza de San Francisco.

El último convenio, firmado en 1998, se acordó por diez años, por eso hay que renovarlo ahora, y sirvió como aval para financiar los palcos de moderna estructura que se instalaron en la plaza en sustitución de los tradicionales de madera cuyo coste ya no afrontó el Consistorio sino el organismo cofrade.
Este Consejo que acaba de ser renovado, presidido entonces por Manuel Román Silva, hizo gala desde los primeros momentos de una eficaz capacidad de gestión y empezó demostrándola en su firmeza para resolver el deteriorado asunto de las sillas de la Carrera Oficial al considerarse liberado, por haber expirado el contrato, de las ataduras legales con los cuatro silleros a los que, en los últimos años, traspasaba la representación de los cofrades la explotación de los asientos a cambio de una cantidad fija.

El Consejo, apenas tomó posesión de sus cargos, hubo de afrontar esta auténtica patata caliente que había producido un serio malestar entre los usuarios, especialmente los de la Campana, que se consideraban agraviados por las reformas que se llevaban a cabo impuestas por la adopción de medidas de seguridad y habían llegado incluso a manifestar ruidosamente su protesta contra el anterior presidente, Antonio Ríos.
El negocio de las sillas aparentaba ser tan goloso al correrse la voz, entre los introducidos en él, de las abultadas ganancias de los silleros sevillanos, cifradas según algunas fuentes en un mínimo de sesenta millones anuales, que algunas empresas foráneas con experiencia, tales como una de Valencia experta en el montaje de las tribunas de las Fallas y otra de Cádiz, dedicada a tareas similares en el Carnaval, habían efectuado ofertas por escrito un año antes.

La Carrera Oficial concebida como gallina de los huevos de oro terminó para algunos y la institución cofrade se apuntó un tanto que habría de repercutir de inmediato en las esquilmadas cajas de las cofradías llegando incluso a abastecer las de las cinco hermandades que en aquel momento no iban a la Catedral y las de gloria y sacramentales, o sea las que no forman parte del sacro desfile callejero por el centro ciudadano que origina estos ingresos.
Los que han venido obteniéndose desde entonces se han repartido en cuantía proporcionada a los gastos habidos según que las cofradías hagan su estación pública de penitencia con uno, dos o tres pasos.

Han cambiado los tiempos.Nos asomamos a un paisaje nuevo. Pero creo que conviene recordar estos antecedentes para evitar valoraciones y, lo que es peor, opiniones desinformadas de aquellos a quienes de una forma o de otra toca ahora intervenir en este delicado asunto en el que late nada menos que la esencia de la ciudad a la que dicen servir.

domingo, 21 de septiembre de 2008

El dinero y las cofradías. (Capítulo 4)

La consultora Skill concluyó que las procesiones son seguidas por la mitad de los sevillanos, trescientos cincuenta mil, mientras que desde fuera llegan ciento cuarenta y cinco mil extranjeros, ciento cuarenta y tres mil turistas nacionales y treinta y ocho mil visitantes de la provincia.
Esto significa que atrae más turismo exterior que la Feria que se basa más en el nacional, sobre todo el madrileño.
Fueron tres los ejes o áreas temáticas en los que se vertebraba el estudio: los gastos y el turismo, de los que he tomado los aspectos esenciales que acabo de copiar, y las industrias que, en este informe, quedaban separadas entre las que realizan una prestación de servicios a las cofradías, proveedores y artesanos, y las que se benefician de manera directa o indirecta de la celebración religiosa, la hostelería en general.
El 86,2 de los españoles y el 74 por ciento de los extranjeros fueron de tapas por los bares de Sevilla, mientras que, de compras, salió el 31,6 de los hispanos y el 40,9 de los foráneos.
El 82,7 de los españoles se quedaron más de tres días, mientras que, entre los extranjeros, un 22,6 por ciento lo hizo durante más de una semana, en vez de las dos jornadas que suelen dedicar a la visita de la ciudad durante el resto del año.
10,818 millones de las antiguas pesetas fueron según este análisis los gastos de consumo de los espectadores de la Semana Santa.
Y en cuanto a los artesanos, el negocio total de los tallistas, doradores, orfebres, bordadores, cereros etc. ascendió a mil cuatrocientos millones

Emilio Carrillo, desde el puesto que ocupaba entonces de Teniente de Alcalde de Economía y Empleo y Presidente del Consorcio de Turismo de Sevilla, escribió en El Correo, cuando faltaban cuarenta y dos días para el Domingo de Ramos del 2001, un artículo en el que, afrontando la dificultad de abordar la Semana Santa desde una óptica economicista, llegaba a duplicar el flujo económico que ésta generaba, obtenido en el estudio anterior, afirmando:
“La significación económica de la Semana Santa para Sevilla viene de lejos y, desde hace más de dos siglos, existe constancia del trasiego turístico que tenía Sevilla por esas fechas. Sin embargo, su impacto en la economía urbana ha aumentado de modo notable en las últimas décadas, siendo preciso en la actualidad diferenciar en dicho impacto dos grandes perspectivas. La primera, vinculada a los comportamientos de la población residente en la urbe, aspecto éste que refleja un considerable movimiento económico si atendemos a los gastos de carácter extraordinario en el que incurren las familias durante los siete días. La segunda apunta a la fiesta como fenómeno que genera una atracción turística y que refleja un valor económico añadido, pues supone la entrada en el círculo de la renta de importantes recursos externos vía gasto.
Esta atracción turística, nacional o foránea, produce un indudable efecto positivo en la economía de muchas familias y, especialmente, en la de un conjunto de empresarios autónomos, desde comerciantes a taxistas, a los que hay que sumar pymes y medianas y grandes empresas hoteleras, hosteleras, de electricidad, aéreas, ferroviarias o agroalimentarias. Sin olvidar las empresas y servicios municipales que realizan un esfuerzo considerable para satisfacer el incremento de necesidades de transporte colectivo, abastecimiento de agua, limpieza y recogida de residuos, etcétera.
Sumando la globalidad de estos apartados, el impacto económico de la Semana Santa en la ciudad puede ser estimado en el 1,7 por ciento del producto interior bruto municipal, es decir, en 30,000 millones de las antiguas pesetas”

Esto quedaba escrito en el 2001.Hace siete años.En la Hemeroteca se halla la prueba. Es el “Correo de Andalucía” del 25 de febrero.

viernes, 19 de septiembre de 2008

El dinero y las cofradías. (Capítulo 3)

Si en las dos entregas anteriores me he permitido esbozar una propuesta para que los cofrades podamos desgravarnos en el IRPF por nuestras aportaciones a las Hermandades de forma similar a como lo hacen los pertenecientes a otros colectivos, a partir de ésta el análisis comprenderá la aportación global del movimiento cofrade a la economía de la ciudad.
Y voy a empezar por lo que ganan los demás sirviéndose de las cofradías y luego trataré de desarrollar lo que hacen las cofradías en beneficio de los demás.
El negocio de la Semana Santa que hacen los demás a costa de las cofradías es el que empieza con los coleccionables de algunas publicaciones, apenas se acaban los mantecados y termina con el último visitante que se monta en el AVE para Madrid el Domingo de Resurrección.
Y los dineros de las cofradías son aquellos que las Hermandades de Penitencia tienen que obtener de las cuotas mensuales que abonan los que las componen, hombres, mujeres y niños, el reparto de sus papeletas de sitio, las rifas de Navidad y otros varios sistemas, siempre a costa de los mismos hermanos y de sus familiares y amigos, para pagar los cultos de todo el año, hacer estación de Penitencia, atender su bolsa de caridad y todas las obras sociales en que se meten, mantener el tesoro de arte, de religiosidad y de cultura que supone el patrimonio que heredaron y, en más de un caso, conservar el templo donde residen puesto a su cargo por la autoridad eclesiástica correspondiente.

En la Separata “Cuaresma/86” “Historia de la organización de las procesiones de penitencia” de “El Correo de Andalucía” que escribió Fernando Gelán leo que:

“Las hermandades y cofradías, para la organización de los desfiles procesionales en Semana Santa han mantenido desde siempre una estrecha vinculación con el Ayuntamiento.
La Corporación Municipal, además de aprobar determinadas cantidades para subvencionar la estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, se encargaba tradicionalmente del programa de actos y, según confirman las actas capitulares, en los primeros años del siglo diecinueve entregaban hasta las flores para el exorno de los pasos y canastillas”.
“Era obligado informar al Ayuntamiento para la mejor organización de los desfiles procesionales de las reformas que las hermandades y cofradías habían introducido en los pasos y en la comitiva, así como de los estrenos e incidencias al respecto.”

Hasta tal punto llegaron las hermandades en el siglo diecinueve en la creencia
firme de que era obligación del Ayuntamiento retribuir su aportación a las fiestas de la ciudad, que se produjo un serio conflicto entre éstas y los rectores del Municipio cuando, en 1909 se pretendió reducir las ayudas.
Las hermandades reaccionaron de inmediato negándose a hacer estación de penitencia ese año aduciendo que “se las había ofendido”.
Ya había una Comisión Permanente de Hermandades que presidía el teniente hermano mayor de la Cofradía de la Victoria. El conflicto había llegado a tal extremo, que esta Comisión solicitó al alcalde y demás componentes de la Corporación Municipal, “un desagravio “.
No pasó la cosa a mayores y siguió, pues, el Ayuntamiento con esta práctica y así, por ejemplo, existe el dato de que en 1914 la subvención alcanzaba una suma total de 20,000 pesetas.

Pero, a cambio, el Municipio consideraba las procesiones de penitencia como un bien turístico de indudable atractivo que dejaba saneados beneficios a las arcas consistoriales y así las incluía en su programación de festejos de Primavera destacando su indudable aportación.

Andando el tiempo y con el sentido pragmático de nuestra época los empresarios sevillanos encargaron a la Consultora Skill que averiguase cuánto significaba eso.
Y la cifra ocupó las principales cabeceras de los periódicos: Quince mil millones de pesetas.
Era el 2000. Ese año estuvimos a punto de cargarnos la Madrugada.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

El dinero y las cofradías. (Capitulo II )

Enlazo la “entrada” de hoy con la anterior en el punto justo donde quedó interrumpida ésta. Y, para ello, me formulo la siguiente pregunta:
¿Qué considera el Fisco como Asociaciones de Utilidad Pública con derecho a ocasionar deducciones?

Pues que sus fines estatutarios tiendan a promover el interés general, y sean de carácter cívico, educativo, científico, cultural, deportivo, sanitario, de promoción de los valores constitucionales, de promoción de los derechos humanos, de asistencia social, de cooperación para el desarrollo, de promoción de la mujer, de promoción y protección de la familia, de protección de la infancia, de fomento de la igualdad de oportunidades y de la tolerancia, de defensa del medio ambiente, de fomento de la economía social o de la investigación, de promoción del voluntariado social, de defensa de consumidores y usuarios, de promoción y atención a las personas en riesgo de exclusión por razones físicas, sociales, económicas o culturales, y cualesquiera otros de similar naturaleza.

Que su actividad no esté restringida exclusivamente a beneficiar a sus asociados, sino abierta a cualquier otro posible beneficiario que reúna las condiciones y caracteres exigidos por la índole de sus propios fines.

Que cuenten con los medios personales y materiales adecuados y con la organización idónea para garantizar el cumplimiento de estos.

Y que se encuentren constituidas, en funcionamiento y dando cumplimiento efectivo a sus fines estatutarios, ininterrumpidamente y concurriendo todos los precedentes requisitos, al menos durante los dos años inmediatamente anteriores a la presentación de la solicitud.

Me he entretenido en subrayar los fines relacionados en el primer párrafo que cumplen las hermandades y cofradías con sus actividades cívicas, sus cursillos culturales, sus atenciones sociales etc.etc. y encuentro que todos los que figuran a continuación forman parte de sus objetivos de actuación durante el año entero:
Cívicos, educativos, culturales, de promoción de los derechos humanos, de asistencia de la mujer, de promoción y protección de la familia, de protección de la infancia, de fomento de la igualdad, del voluntariado social, y de atención a las personas en riesgo de exclusión por razones físicas, sociales, económicas o culturales.
Con lo cual concluyo que las cofradías disponen no de uno solo de los fines necesarios para ser consideradas como Asociaciones de Utilidad Pública, sino conjuntamente de muchos de ellos.

Y, si me sigo preguntando el grado de aceptación y cumplimientos de los contenidos de los párrafos que siguen, hallo igualmente una respuesta positiva.

Aceptado esto, necesitan hallarse inscritas en el Registro correspondiente y cumplir una serie de sencillas obligaciones entre las que se anotan rendir las cuentas anuales del ejercicio anterior en el plazo de los seis meses siguientes a su finalización y presentar una memoria descriptiva de las actividades realizadas durante el mismo ante el organismo encargado de verificar su constitución y de efectuar su inscripción en el Registro correspondiente, en el que quedarán depositadas.
Dichas cuentas anuales deben expresar la imagen fiel del patrimonio, de los resultados y de la situación financiera, así como el origen, cuantía, destino y aplicación de los ingresos públicos percibidos. (Ninguno con sentido general al día de hoy).
Quien conozca, en la actualidad y por dentro, la vida de las hermandades durante todo el año sabe también que todo esto está hecho siempre, que las mayordomías y secretarías funcionan hoy con una dedicación y eficacia dignas de aplauso y que en el ánimo de todos los cofrades anida un legítimo deseo de transparencia que pulverice las críticas residuales que aun pudieran quedar, por ignorancia o mala intención, en torno a su generoso e impagable servicio a la sociedad .

lunes, 15 de septiembre de 2008

El Dinero y las Cofradías (Capítulo 1º)

“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Constitución Española, artículo 14.

Bien. Pues leído este sustancial artículo de nuestra Carta Magna vayamos al desarrollo del tema que me he impuesto hoy que trata de los dineros, como el título adelanta, de las cofradías y de quienes las sustentamos que somos los cofrades, de Hacienda y de lo que, acogiéndome al capote de paseo de aceptada modestia de un banderillero de plaza de tercera, opino yo que incumple el Fisco en la aplicación distributiva de la carga impositiva entre esos que denomina sujetos pasivos.

Vamos a ver: yo opino, y me enfrento con la cuestión sin ponerla en suerte, que los cofrades pagan mucho y no reclaman nada .Que existen preceptos en la regulación normativa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas que nadie ha pensado todavía en aplicar a lo que gastan los hermanos de las cofradías y que, cuando se acerca esa fecha odiosa que es la que marca el fin del plazo para presentar la Declaración , nadie invoca una deducción a la que debemos tener derecho todos los contribuyentes que pagamos religiosamente los recibos anuales a las Mayordomías de nuestras hermandades, más los complementarios que siempre los hay.

Recomienda el sentido común en base a lo que dice Hacienda:

IRPF: PRINCIPALES FORMAS DE OPTIMIZAR LA DECLARACION ANUAL:

Donativos (Límite 10 % de la base liquidable)
Caben diferentes supuestos y cuantías:

Deducción del 20 % para las cantidades donadas en los siguientes casos:

a) A entidades comprendidas en el ámbito de aplicación de la Ley 30/94 de 24 de noviembre de Fundaciones y de Incentivos a la Participación Privada en Actividades de Interés General.

b) Cantidades satisfechas por cuotas de afiliación a asociaciones declaradas de utilidad pública incluidas en el ámbito de aplicación de la ley 30/94.

Evidentemente los recibos que abonamos los hermanos son cuotas de afiliación. Eso está claro. Un padre de familia, con dos hijos, que pague anualmente cuatro recibos, los de él, su mujer y dos niños,a una sola Hermandad, la de su gente de toda la vida, tiene que soltar cada año, en promedio, la no despreciable cantidad de 200 ó 300 Euros. Hacienda debería practicarle la deducción que le correspondería según la exposición anterior.
Falta para ello que las Hermandades sean declaradas asociaciones de utilidad pública a los efectos de aplicación de este impuesto.
Alguien con peso y representación de las cofradías debería hacer de inmediato esta razonada petición.
Algo más. Sigo razonando con lo que Hacienda escribe:
DONACIÓN DE BIENES .- El porcentaje es del 20 % de las donaciones siguientes:

- Donaciones puras y simples de bienes que formen parte del Patrimonio Histórico Español.
- Donaciones puras y simples de obras de arte.
- Donaciones puras y simples de bienes que deban formar parte del activo material de la entidad donataria.

Hay que calificar igualmente, y con especial aplicación a los aspectos de liberalización impositiva, como obras de arte, que es lo que son sin duda alguna, todas esas numerosas piezas que generosamente regalan los hermanos y devotos, desde un ángel turiferario para el pasocristo hasta una saya bordada para la Virgen.
Son bienes donados que deben producir las deducciones que correspondan.

Y,llegados a este punto, releamos el principio y preguntemos después: ¿Nos mide Hacienda por el mismo rasero a todos los españoles?... Nos sorprendería analizar minuciosamente lo que el Fisco considera como Asociaciones de Utilidad Pública con derecho a ocasionar deducciones en todas y cada una de las 17 Comunidades Autónomas del Estado Español.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Promo de cofradías

Me he escrito una serie. La titulo “El dinero y cofradías” y consta de cinco capítulos. Cinco “entradas” para decirlo con terminología adecuada a la jerga aceptada en la blogsfera.
En correspondencia con mi trayectoria televisiva y fiel a sus usos y costumbres, aceptados por la ciudadanía, creo que debo producir por lo menos un capítulo previo, es decir una promoción que es lo que, eliminando el final del sustantivo, origina el término “promo” con el que se designa el breve reportaje propagandístico que anuncia un programa en emisión o a punto de ser estrenado.

Digo difusión “propagandística” y no “publicitaria” conscientemente. La teoría define la “propaganda” como “difusión proselitista de hechos o ideas” y la publicidad más o menos igual, pero con el añadido básico de la comercialización onerosa de bienes o servicios.
En las pautas o escaletas de contenidos ajenos al programa en emisión, pero incursos en el mismo, aparecen por separado los spots publicitarios y las “promos”.
Esta es una “promo”.

¿Y qué dice?... Lo que ya figura en el encabezamiento y el proyecto de dar comienzo el próximo lunes quince de este mes, “subiendo” cada “entrada” en días alternos. La primera el quince, la segunda el diecisiete, la tercera el diecinueve, la cuarta el veintiuno y la quinta y última el veintitrés.
Lógicamente acepto y agradezco por anticipado toda clase de comentarios que, a buen seguro, habrán de enriquecer cada uno de los textos, pero no los contestaré por separado, sino todos juntos, si ello me es posible, en una “entrada” ulterior.

Este es el proyecto. Con un aspecto interesantísimo que potenciará su difusión: Por gentileza de los compañeros de “ArteSacro” todas y cada de estas “entradas” serán reproducidas desde el momento mismo de su emisión, en el popular y prestigioso portal de información de cofradias.

Los cofrades pagamos mucho y no reclamamos nada y existen preceptos en la regulación normativa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas que nadie ha pensado todavía en aplicar a estos gastos que pueden ser deducibles.

¿Nos mide Hacienda por el mismo rasero a todos los españoles?... ¿ Puede sorprendernos el análisis minucioso de lo que el Fisco considera como Asociaciones de Utilidad Pública con derecho a ocasionar deducciones en todas y cada una de las Comunidades Autónomas del Estado Español?

¿Cuál es hoy la aportación global del movimiento cofrade a la economía de la ciudad?

La Semana Santa genera una captación de visitantes muy superior a la de la Feria y refleja un valor económico añadido por la entrada en el círculo de la renta de importantes recursos externos.
Esta atracción turística, nacional o foránea, produce un indudable efecto positivo en la economía de muchas familias y, especialmente, en la de un conjunto de empresarios autónomos, desde comerciantes a taxistas, a los que hay que sumar pymes y medianas y grandes empresas hoteleras, hosteleras, de electricidad, aéreas, ferroviarias o agroalimentarias.
Y el numerario que perciben las cofradías no son subvenciones caprichosas, ni contratos a dedo, ni cargos graciables al presupuesto, sino dinero que ellas mismas se ganan con el espectáculo itinerante que ponen en las calles para que sea presenciado por el público que abona las sillas y los palcos y el pueblo sevillano al que no le cuesta un solo euro.

(Imaginen ahora una voz bien timbrada y escuchen: ) Todo esto y mucho más desde el lunes quince en este blog y en ArteSacro.
Una reflexión valiente y sincera de… etc.etc.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Un juguete llamado abuelo.

Muchos de mis contemporáneos están equivocados. Son de mi misma edad y algunos aun de menos años, pero les molesta contemplarse incursos en el sector sociológico de los mayores.

Manolo Barrios me decía, comentando el tema, que los mayores gozamos, entre otras virtudes, de la invisibilidad. Ayer, razonaba, en nuestra juventud, las niñas nos miraban, o no nos miraban. Hoy, ni nos ven.
Otro amigo, que no recuerdo ahora quien era, opinaba en la misma dirección recordando un viejo axioma: Los maduros no podemos dar a las muchachas jóvenes más que una de estas dos cosas: o dinero o lástima.
Vale.De acuerdo. Pero, sin embargo, hemos escalado el puesto supremo y poderoso de ser abuelos. Y habrán observado sagazmente que he omitido la arrugada y temblorosa palabra “viejo”, aunque me parece tan natural como la vida misma.

La palabra abuelo convertida en invocación o llamada siempre llega a mis oídos envuelta en los sonidos purísimos de una música angelical. Y lo escribo consciente de que alguno me pueda tachar de cursi. Me da lo mismo. Es así. Y quien no quiera verlo, en mi opinión, cae en un lamentable error. Sobre todo si, en paralelo con éste, manifiesta su irrefrenable deseo de no abandonar ese engañoso tiempo huidizo que es la juventud, machacándose el cuerpo en el gimnasio, tiñéndose los cabellos y liándose con la secretaria que lo hará fosfatina (iba a escribir polvo, pero el sinónimo se me antoja más discreto) cada vez que, como colofón de una pretendida cena romántica, se empeñe en terminar la noche moviendo el esqueleto en una disco de moda.

¡Abuelo!, cantan el nieto o la nieta, pulsando el arpa bien timbrada de su música celeste. Y al abuelo consciente y sensato se le abren todos los poros de su cuerpo y se siente más grande, más imprescindible y mejor situado a esa reducida altura que, sin llegar a los cincuenta centímetros, contados desde la suela de los diminutos botines, le parece el escenario del Teatro de Epidauro desde el que se oía con claridad la voz del relator llegando poderosa y nítida a los más alejados rincones del pétreo graderío.

El abuelo, en francés, es el grand-père y en inglés the grandfather. En uno y otro caso , el padre grande, el gran padre. La inteligencia despierta y recién estrenada de los chicuelos lo percibe de inmediato. El abuelo es el jefe del padre y, en los supuestos normales de una familia estructurada, observa que éste le presta respeto y obediencia. Manda mucho.Más que el padre y la madre juntos. Por eso es más grande que ellos.

Pero, sin embargo, y también en los supuestos incontaminados y sencillos de la familia habitual, se mantiene más cercano que ambos.

Mi nieta Marta, una muñeca rubia de tres años, a la que le cae un caracol de rizo sobre la frente como aquel de Estrellita Castro, recibió un día la visita de una amiga íntima, compañera de guardería, a la que llevó de la mano por los rincones de la casa hasta que llegó al de sus juguetes y cachivaches. Yo la admiraba en silencio. Cuando lo advirtió le dijo a la chiquilla:

---… y este es mi abuelo. ¿Quieres jugar con él?... Yo te lo presto.

martes, 9 de septiembre de 2008

Defectuosa democracia.

Al fin lo consiguieron. Dos años han estado metidos en ello, pero son así de torpes, de egoístas y de sectarios.

En la mañana de ayer lunes el PP y el PSOE alcanzaron un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial, CGPJ, que propondrán para su aprobación al Congreso y al Senado. Los dos principales partidos políticos (quedan fuera todos los demás) han logrado consensuar 18 nombres de los que 10 han sido propuestos por el PSOE (nueve vocales más el presidente), 9 por el PP y los dos restantes, de los que dependerán las votaciones, por CiU y PNV.

Todos ellos configuran un "equipo" de marcado perfil político. Entre otros, destaca Margarita Robles, ex secretaria de Estado de Interior con el Gobierno socialista, y la juez Gema Gallego, instructora del llamado "caso del ácido bórico”.

El actual CGPJ cumplió su mandato el 7 de noviembre de 2006 y, desde entonces hasta ahora, PSOE y PP habían sido incapaces de poner fin a una situación de bloqueo sin precedentes. El consenso entre los dos principales partidos del arco parlamentario es imprescindible para la renovación de este órgano porque se exige una mayoría de tres quintos para que el Parlamento nombre a los veinte vocales que lo componen.
O sea que esta renovación es una consecuencia del sometimiento del Poder Judicial a los otros dos poderes, contrario a la Constitución y a las normas esenciales de la Democracia, que venimos soportando desde la reforma que consiguió nuestro paisano Felipe González.

Una gracia porque, como bien es sabido, la estructura de las instituciones políticas en las democracias liberales descansa en el célebre principio de la separación de poderes que se remonta al autor inglés del siglo diecisiete John Locke (Tratado de Gobierno civil. 1640) y a Montesquieu, de la centuria siguiente (Espíritu de las leyes. 1748).

Desde entonces se han separado y distinguido la Función legislativa que redacta las leyes y se confía al Parlamento, de la Ejecutiva, que las pone en práctica y corre a cargo del Gobierno de cada hora y de la Judicial que consiste en dirimir los litigios ocasionados por la aplicación de las leyes y se confía a los Jueces.

Y así se ha venido considerado como fundamental para el funcionamiento perfecto de los regímenes democráticos esta división de poderes que se acentúa en el control de los políticos que hacen las leyes y los gobernantes que las aplican por parte de tribunales independientes que puedan controlarlos, sistema que ha producido espléndidos frutos en beneficio de los pueblos que han sido capaces de mantenerlos en toda su pureza.

Aquí, es triste decirlo, hemos dejado que se prostituya, lesionando con ello el principio de legalidad, elemento fundamental de las democracias liberales. Los controlados se reservan el derecho de elegir a sus controladores. No puede darse mayor burla de aquellas ideas de Locke y Montesquieu que han venido sirviendo para trenzar el sólido entramado de las Constituciones del mundo occidental.

Si alguien piensa que un Consejo tan politizado puede ser imparcial y que cualquiera de sus miembros pueda votar en contra del criterio del partido que lo sentó en el sillón, hay que suponerle una dosis extraordinaria de candidez.

Pero, en fin, el acuerdo se ha logrado y la paralización lamentable y clamorosa de la Justicia en España puede que toque a su fin.
Aunque, como puede leerse más arriba, la llave de muchas votaciones la tienen los dos partidos minoritarios, los catalanes y los vascos, a través de sus representantes en este alto organismo. Cómo para que el resto de los españoles nos echemos a dormir tranquilos.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Programa de humor en Tele cinco.

Horror de horrores: Tele cinco prepara para el miércoles el estreno de un espacio de humor en la sobremesa diaria.

Después de haber “recuperado” a ese prodigio de imparcialidad informativa llamado Maria Teresa Campos, presentando, orientando y dirigiendo el magazine matinal, la palabra humor en esta televisión se me antoja disfraz de catástrofe lacrimosa.

(Me picotea la curiosidad de conocer si cuando la simpar conductora del programa finalice con los ministros del actual gabinete, cuyas declaraciones repite después en resúmenes conjuntos, seguirá entrevistando a los secretarios de Estado y los subsecretarios y luego descenderá a los directores generales, o no. Si tras terminar con los miembros del presente equipo dará la vuelta y empezará de nuevo con el presidente. La cuestión tiene para mí un inevitable morbo.)

Por si fuera poco, la cadena hace días que está lanzando misteriosas promociones del nuevo programa que presentará Eugeni Alemany con la frase que popularizó el Rey Juan Carlos en su famoso incidente diplomático con el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el pasado 10 de noviembre.

El "¿Por qué no te callas?" del monarca se convirtió rápidamente en un fenómeno social y de Internet, siendo tema de programas de televisión, tonos de llamada para teléfonos móviles, la creación y subasta de un dominio de internet con la frase, ventas de ropa, adaptaciones musicales en YouTube y título de un programa de televisión argentino.

Eugeni Alemany, como puede suponerse por su nombre de pila, es catalán y
como guionista y presentador ha trabajado en el programa de cine “Sense Filtre” de Punt 2 a lo largo de varias temporadas, además de colaborar también en el late night “El Tipic Programa” en Canal 9. En los comienzos de Cuatro fue reportero de calle en “Nos pierde la fama”, junto a Llum Barrera en Cuatro. Y en 2006 se convirtió en uno de los reporteros de calle de "Caiga Quien Caiga".

No tengo nada en contra de este señor al que le deseo suerte y éxitos y, si algún lector de esta “entrada” recuerda otras anteriores sabrá de mi confianza en los programas de humor catalanes y en los catalanes que hacen humor, pero convendrán ustedes conmigo que, en estos tiempos, cuando cada vez que un catalán sale por la tele hablando catalán, para hacer de sus trapicheos domésticos cuestiones nacionales, solo se apea de la lengua de Ramón Llull hablando español si quiere justificar su inveterada costumbre de facturar sus favores políticos llevándose más dinero, el humor catalán suene a responso.

¿Por qué no ponen a la compañera Mari Tere,con sus incisivas y atrevidas preguntas a los miembros del actual Gobierno, tan difíciles, tan comprometidas y tan respetuosas con la oposición que ella hace, pero con ese acento, con ese clima, con ese tono, tan familiar, tan cercano, tan… maternal que esta gran profesional emplea?...

Si su magazine, presuntamente trascendente y serio, le sale tan divertido porque en él lo único que trasmina seriedad y hasta preocupación es el grupo de encogidos (quise escribir escogidos) colaboradores de que ha sabido rodearse, Tele Cinco debe confiarle a modo de prueba un programa de humor.
Mari Tere, siempre sorpresiva, ha de guardar un caudal de escondidos e inéditos registros que el señor Vasile, mandamás de la cadena, debería probar sin tardanza.

Aunque… todo es posible: un programa humorístico en manos de la genial presentadora podría hacernos llorar a moco tendido.

sábado, 6 de septiembre de 2008

El torero de Sevilla.

Me reviste de responsabilidad el grato comentario de Anselmo y Ñoño me hace una pregunta que parece tomada de un examen para nota. ¿Es El Cid el torero de Sevilla en estos momentos? ...

¡Anda!... Esto no puede contestarse así como así. Hay que meditarlo en profundidad. Pero no se debe dejar sin responder. Me amarro los machos, tomo un sorbito de agua, cojo los avios y allá voy.

Creo que debo partir de la época dorada de Joselito y Belmonte. Porque entonces Sevilla no tenía un torero, sino dos que la tarde aciaga de Talavera de la Reina dejó limitado a uno. No se sabe cual llevaba más gente a la plaza. Tanta afición llenaba los tendidos que, como es sabido, el torero de Gelves supuso que había para dos cosos y patrocinó la Monumental que compitió poco tiempo con la Maestranza y de cuyo porte y hechuras taurinas podemos hacernos cabal idea todos los años en las fiestas pamplonicas de San Fermín ya que la plaza de Pamplona se erigió con los mismos planos y tuvo a don Felix Urcola, amigo personal del torero, como su arquitecto director.

Cuando faltó Joselito, Belmonte fue el torero de Sevilla, pero sin olvidar nunca al torero muerto. Mi padre me contaba que coincidió con Juan en la barbería que ambos frecuentaban y le confesó que siempre le había admirado, pero que su torero había sido José. A lo que aquel al que llamaron “Pasmo de Triana” contestó sin dudarlo:
-- Y el mío también.

Un torero que llenó la etapa siguiente signada por la tragedia de Talavera fue Ignacio Sánchez Mejías, además de matador presidente del Betis,autor teatral, presidente provincial de la Cruz Roja de Sevilla y contertulio de los mejores poetas de la generación del 27,desde García Lorca a Rafael Alberti, que escribieron en su memoria poemas excelsos cuando en agosto de 1934 muere a causa de una incurable gangrena causada por la cornada que le había inferido en Manzanares el toro Granadino a mediados del mes anterior.

Se quedó solo Chicuelo que estaba con él en lo más alto del escalafón, el autor de las chicuelinas, cuya forma personalísima de interpretar las suertes llenaba, según escribían los cronistas de la época, de aroma, arte, talento y gracia la plaza entera. Manuel Jiménez, el torero de la Alameda, en donde había nacido y vivió siempre, concedió la alternativa a Manolete que fue el triunfador absoluto de la Feria de 1940. Pero ese año, el quince de agosto, tomó la alternativa Pepe Luis Vázquez y, desde entonces hasta su retirada hizo suyo el cetro.

Creo que de Pepe Luis hay que saltar a Manolo González e inmediatamente a Curro Romero que ha ocupado el puesto máximo en las preferencias de los sevillanos desde que debutara en la Maestranza en mayo del cincuenta y siete, tres años después de haber iniciado su andadura profesional, hasta que se retirara por sorpresa, entrado el otoño del año 2000, tras haber toreado un festival benéfico en la plaza de carros de la Algaba.
A su lado han brillado luminosos astros del universo taurino nacidos en Sevilla o en los pueblos de su alrededor y queridos y encumbrados por la afición: Diego Puerta y Paco Camino en los sesenta… Espartaco, monarca del toreo de su tiempo, desde los ochenta, saliendo por la Puerta del Príncipe cinco veces, las mismas que Curro… Manolo Vázquez tras su espectacular reaparición…

Después de la retirada del Faraón de Camas, que concedió quince alternativas en el Coso del Baratillo y compartió muchos carteles primero con los padres y luego con los hijos, Morante y el Cid son en la actualidad los más claros aspirantes a ocupar el trono vacío. Tal vez el de la Puebla interprete mejor la pinturería y el barroquismo de lo que pueda entenderse por concepción sevillana del arte de torear. Pero no se olvide que la sabia afición de la Maestranza se decantó siempre por el toreo puro, fiel a su esencia, ejecutado con honradez, arte y valor ante un toro con trapío y defensas y en ese terreno, hoy por hoy, como Manuel Jesús, ninguno.

Es mi modesta opinión.

jueves, 4 de septiembre de 2008

El Cid desde la barrera de Juan Manuel de Prada.

He conseguido asiento detrás del burladero de matadores porque torea El Cid y quiero estar cerca del inteligente comentarista de opinión de ABC que, en uno de los pasados números del periódico, el del lunes septembrino de la rentrée , hace del maestro de Salteras una de las mejores exégesis de su personalidad y de su toreo.

Juan Manuel de Prada que, a pesar de su bisoñez como aficionado, va camino de conseguir más premios que añadir a su larga lista por sus actuales crónicas sobre la fiesta, dice de Manuel Jesús que hace un toreo aquietado y hondo sin alardes vacuos y sin caer en esa tentación plebeya que asoma en otros lidiadores de probar pases superfluos, figuras y desplantes fatuos aprovechándose de las limitaciones o mermas del toro.

Es cierto. Lo ha visto bien. Y lo ha narrado con su impecable estilo añadiendo en otro párrafo que el toro se espiritualiza ante su toreo y su fuerza bruta parece que se transmite al brazo del maestro.

Vuelve a acertar en su lúcida observación. Victorino, el viejo, me decía en una ocasión que sería dichoso si fuese El Cid quien matase todos sus toros, luciéndolos y enseñándolos al público antes de dominarlos y poder con ellos. Porque el animal bravo – y aquí voy a entrar yo dejando de servirme del valioso préstamo de las palabras de Prada – en la corrida moderna ha dejado de ser el cornúpeta semisalvaje con el que subía el miedo hasta las gradas y andanadas cuando aparecía en la plaza, encanallado y cruel con los indefensos caballos a los que dejaba despanzurrados sobre la arena en crecido número… perseguía a los banderilleros limitando sus opciones de pareo y andaba traicionero y avisado a la caza del torero que, cuando lograba hundir el estoque en su morrillo, adquiría una transitoria aureola de héroe vengador, necesario y justiciero, que el público le otorgaba aplaudiendo con frenesí.

Hoy el toro ha pasado a convertirse en el colaborador necesario del torero, su partenaire imprescindible en la doble danza de la vida y de la muerte que ejecutan ambos sobre la arena. De aquí que deba ser corrido con lucimiento, mostrado a los espectadores y siempre respetado, pauta que sigue Manuel Jesús, como resalta la atinada pluma del escritor.

El Cid que, como todos los grandes de la tauromaquia, ha logrado llevar a su lado una cuadrilla conjuntada de subalternos que se mueve con donosura, profesionalidad y eficacia, ratifica la opinión que viene formando del toro que le toca en suerte cuando el Alcalareño o el Boni lo lidian tras haber superado el tercio de varas y aprecia si va largo, si tiene fijeza, si humilla y por qué pitón va mejor… o, al contrario, si no pasa, si sale distraído del capote, si derrota o protesta…
En resumen, el comportamiento que ya empezó a desarrollar en sus encuentros con los picadores. Y, con este conocimiento previo, radiografía y análisis completo del ser vivo, animal irracional irrepetible, peligroso y único, que se pone en sus manos, esculpe con valor, arte y sabiduría, cada una de sus faenas.

El resto lo habrá de poner la suerte… y Dios, cuya ayuda invocan, a veces obsesivamente, la mayoría de los toreros y a la que se acoge el diestro de Salteras, como también atisba Juan Manuel de Prada, de manera tan devota que pone un nudo en la garganta. “El mismo nudo – finaliza su texto el escritor – que luego no logramos deshacer mientras asistimos a su toreo hondo, poseído de verdad”

miércoles, 3 de septiembre de 2008

El huerto en la carretera.

Ellos deben estar allí. Lo que pasa es que nosotros no les vemos. A ellos les encontrábamos siempre apareciendo en el horizonte como otra sombra negra, pero no encornada como el toro de Osborne, sino con las líneas quebradas de un tejado efímero y la sombra acogedora de un recinto cubierto de cañas trabadas y ramas extendidas que poco a poco iban adquiriendo perfiles hasta convertirse en puestos de tomates, sandias y melones.

No les vemos ahora porque no están todos, pero algunos permanecen. En sus sitios de siempre. Por los que hemos dejado de pasar porque preferimos la promesa veloz de la autopista a la que no ha llegado todavía la prohibición imprecisa y pueril del ministro Sebastián de reducir la velocidad para ahorrar energía.

No es que se hayan ido ellos. Hemos desaparecido nosotros haciendo caso al TomTom que no entiende ni de itinerarios románticos ni de poemas bucólicos.
Ellos siguen allí. Al borde del camino viejo que un día fue de polvo, luego de asfalto rompible con facilidad, apenas lo erosionaban las ruedas inflexibles y paquidérmicas de algún tractor con la complicidad posterior de los aguaceros.

Si se les busca, se les encuentra. Donde siempre. Con el espacio amplio extendido delante del mostrador polvoriento de taberna del Far West, la vieja enlutada, pero sonriente, que trajina con el puchero cotidiano y el director de la factoría, que es también el agricultor que sembró y recolectó los productos que vende a los que conoce como los mayorales de las ganaderías recuerdan los números y las reatas de las reses con solo verlas aparecer por la puerta del chiquero.

Mi amigo que ha conseguido alcanzar un puesto importante de ejecutivo en la televisión, cubrió la pantallita embrujada del buscador de itinerarios, silenció la voz impersonal y metalizada de la sabelotodo que recomienda “pasada la siguiente intersección gire a la derecha” y rodó atento por la vieja ruta hasta que llegó al oasis veraniego del puesto que buscaba.

-- Quiero comprar sandías – dijo al viejo que apareció, parsimonioso y lento para atenderle.

Y este le invitó a penetrar en el sombreado recinto y le mostró todas las que se apilaban en tres montones, sobre la tierra recién regada.

--- Ahí las tiene usted. Coja la que más le guste.

Mi amigo obedeció. Señaló una y preguntó si se la podía llevar.

-- Esa es melanita – Oyó que contestaba el hombre.

Marcó otra y volvió a formular la misma interrogante.

-- Esa también es melanita.

Supuso que la cualidad de melanita la marginaba de la transacción comercial; pero, picado por la curiosidad, quiso saber por qué. Y la respuesta fue antológica.
--- ¿Venderse?... ¡Claro que se pueden vender!. Las sandías del primer montón son las grandes… las del siguiente, las chicas… y las que usted ha señalao,las melanitas.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Sabina y Sánchez Dragó, ¡vaya do!.

Do de pecho. Do sostenido. Do que hay que pedir a los magos orientales, que no a los Reyes Magos, escondidos en este invento que es Internet que no me lo vayan a malograr con una corrección autosuficiente escribiendo “dos”, en vez del andaluz y adecuado a estas líneas “do” como, “entradas” atrás, se atrevieron a enmendar “esa derecha alante” con “esa derecha adelante”, absolutamente impropia y falta de respeto a la omnímoda decisión del autor so capa de la presumida orla de pedantería culterana de la que, a veces, hace gala el sistema.

Sin la sabiduría, sin la dedicación, sin el arte y sin el sentimiento de Sabina, sochantre frustrado porque ya no hay entierros de seis capas, y comunista apagado porque el discurso de la hoz y el martillo se fue al garete cuando la otra, no la Pasionaria, sino la que en vez de las herramientas tradicionales, porta una hoz, se llevó a los mejores, ni habría toros, ni habría resucitado Manolete en la piel de José Tomás. ¿O no?...

Y de eso da fe el señor Sánchez Dragó, buscador incansable de una inédita situación de preeminencia después de haber sido desbancado por Javier Sierra del escalón de la credibilidad de los borregos intelectuales.

Lo del do afecta a los dos.Por eso es do sin la ese.Porque no ha nacido con vocación de número, sino de nota musical. El do, o sea la nota, la dan los nombrados amantes de las letras. El primero de las de sus canciones y de las que escribe para los demás. Y el segundo de las de sus libros y escritos varios. Y los dos dan el do, el de pecho sostenido y vibrante en defensa de la Fiesta redescubierta por ambos a través del mítico espada de Galapagar.

Sabina y sus textos de impenitente urbanita que también se asoman con rentable osadía a nuestras verdades ocultas, nuestros miedos, nuestros egoísmos y muestras falsedades maquilladas que ascienden en ocasiones el podiun de las expresiones redondas, becarias pacientes ante el diccionario de las frases hechas,

( “Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción."
"A menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después."
"Bailar es soñar con los pies."
"Hay que condenar todas las muertes, incluso la natural." )…
se sintió un día atraído por la figura de José Tomás a quien vio “más místico que épico; más heterodoxo que académico, con más duende, más único que nadie.”
Y, buscando confirmación a su criterio recomendó…

“que se lo pregunten a Vicente Amigo, a Jorge Sanz, a José Ramón de la Morena y a tantos otros, incluido el sublime Morante de la Puebla…. A estas alturas de cantantes todo a cien, poetas muertos y controles antidoping, me queda una sola adicción y la más grave: se llama José Tomás”.
Pues muy bien. Aplauso cerrado y flamear de pañuelos al viento.Rojos, por supuesto.
Por su parte Sánchez Dragó no se mordió la lengua como suele ser inveterado hábito suyo proclamando que

”confundir taurinismo con españolismo, y no digamos con francofascismo, equivale a no discernir entre las témporas y el culo. Mucho antes de que Isabel y Fernando casaran sus coronas ya se corrían toros de Creus a Finisterre, de Peña Tú a las columnas de Hércules. Y hay que ser muy ignorante para no saber que en la querella de los taurinos y antitaurinos —no es de hoy, siempre la hubo— fue el pueblo llano quien una y otra vez, sin traicionarla nunca, se colocó al lado de la Fiesta y la respaldó con cañas o con lanzas, cuando fue preciso. “
De los dos me acuerdo siempre en un par de ocasiones: cuando torea José Tomás o cuando los catalanes, aparte de oponerse a la Fiesta nacional, por ser eso: nacional, reiteran hasta la saciedad su sempiterna costumbre de llevarse más dinero de los españoles. Que eso sí que es dar la nota.