martes, 28 de octubre de 2008

Bien por el párroco de la Magdalena

Don Antonio Fernández Estévez, párroco de la Magdalena, llevaba cuatro años buscando fondos en la Consejería de Cultura y en entidades privadas para restaurar el retablo del altar mayor, el más grande de Sevilla después del de la Catedral, pero sus gestiones no han dado resultado. Y, al final ha decidido abrir una cuenta e invitar a la feligresía a colaborar, iniciando ya estos trabajos el pasado septiembre con los primeros ingresos que ha conseguido por este medio.

Para comprender su urgencia hay que considerar que un informe técnico califica de "muy malo" el estado de esta joya del barroco sevillano atribuida en su conjunto a Pedro Duque Cornejo (y otros) que data de entre 1709 y 1724.

Un equipo de cuatro técnicos se afana desde el mes pasado en la restauración de cuatro imágenes señeras del retablo empezando por la escultura que representa a la Santa que da nombre al antiguo templo conventual dominico de San Pablo, santa María Magdalena, obra de Felipe Malo de Molina.

Es de esperar que en la cuenta que el celoso párroco ha abierto para recoger las ayudas voluntarias destinadas a la financiación de este proyecto vayan cayendo las generosas aportaciones de cuantos feligreses y no feligreses se sientan atraídos por esta labor que, (atención al recuerdo para marginar la candidez) deben producir las necesarias bonificaciones en las declaraciones del Impuesto sobre la Renta, a que ya hacía yo referencia en la serie que a las relaciones con el Fisco dediqué en este Blog y que produjo posteriormente los interesantes e-mails de José Antonio Salas Caamaño de la Hermandad de San Roque, Fernando Briones de la Blanca, Mayordomo del Cachorro y otros queridos cofrades economistas.

Bien, muy bien por el cura y mal muy mal por algunos comentarios enviados como coletilla de la versión en Internet del reportaje periodístico que detalla esta noticia por aquellos que esconden su rostro gallardamente tras el embozo de la capa del seudónimo.

El argumento se repite en todos ellos y no creo que se merezcan que me tome la molestia de reproducirlos punto por punto. Vienen a decir que los impuestos están para otras atenciones y que si los católicos queremos adecentar nuestras iglesias que nos rasquemos el bolsillo.

Total el maniqueísmo de siempre. Los que no estamos de acuerdo con esa despreciable versión de los tiempos modernos de la bíblica matanza de los inocentes, que es el aborto organizado, que nos aguantemos si se paga con nuestros tributos. Y, si nuestros impuestos sirven para el despilfarro de los políticos nacionalistas, a jorobarse tocan que por algo le ceden sus votos al partido gobernante para que permanezca en el poder.

La restauración de los altares mayores que se pague con limosnas por muchas obras de arte que contengan y por mucho que éstas sean el testimonio de cultura y religiosidad que recibimos en herencia de aquellos que nos precedieron y que, con menos medios, podían o no ser creyentes, pero eran, por lo menos, sensibles, prudentes e ilustrados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

José Luis, me produce una gran tristeza comprobar el estado en que se encuentra el retablo, incluso evito muchas veces entrar en esta Iglesia tan querida por mi por tantas cosas. Tener que repetir su excelencia me parece ya ofensivo, desgraciadamente se gastan dinero en cuestiones culturales y artísticas muy dudosas. Espero que esta iniciativa tenga éxito por el bien de la ciudad.

Un beso y un abrazo

José Luis Garrido Bustamante dijo...

Totalmente de acuerdo contigo.
Recuerdos.
Un abrazo... o dos... o tres.