miércoles, 22 de octubre de 2008

Otra vez los libros ateos.

Christopher Hitchens, Michel Onfray, Sam Harris y Richard Dawkins han llegado a las librerías. No es la primera vez que lo hacen y supongo que tampoco la última. Al saberlo me he dicho que no debo hablar de ellos, que no es este humilde blog sitio adecuado ni para su presencia personal ni para la de sus obras a la que se refiere esta aparición en forma de libros publicados recientemente.

Los cuatro son encumbrados representantes del movimiento ateo al que pertenecen todos ellos y del que se benefician sobradamente porque una vez que se conoce el continente y el contenido de cada una de sus creaciones presuntamente literarias uno se hace la pregunta de qué editor habría arriesgado su tiempo y su dinero patrocinando semejantes engendros de no ser por la descarada finalidad que en su conjunto abordan.

Este no es lugar adecuado para su presencia ni para la divulgación de esa noticia porque aquí suele hablarse de hermandades y cofradías y se cree en Dios, en su Hijo Jesucristo, en su Madre María y en todas las verdades que los hermanos de cualquiera de las corporaciones de penitencia, de gloria o sacramentales juran solemnemente profesar y defender anualmente en los cultos solemnes que las reglas de todas ellas obligan a celebrar año tras año.

Afortunadamente con la traducción impresa de las obras citadas ha coincidido la reimpresión de otra y el estreno de una más que caminan en sentido inverso, es decir en el de la creencia y la difusión de meditaciones y postulados que defienden la fe. Precisamente en esta sincera confesión abunda la última que hasta llega a titularse ‘La fe de nuestros padres’.
Está magníficamente escrita por Valentí Puig, se presenta como “una reflexión católica para el siglo XXI” y es, al mismo tiempo, el testimonio personal y afectivo del regreso a esa primera e indiscutible virtud cardinal movido por una concatenación de reflexiones en torno a “la necesidad de recuperar la creencia y los valores universales de la Iglesia Católica en las agitadas sociedades postindustriales”.

El nombre de Valentí Puig (Palma de Mallorca, 1949), periodista y escritor en castellano y catalán, resultará conocido sobre todo a los lectores habituales del ABC en donde mantiene una tribuna de opinión. Pero además debo recordar que tiene una obra diversa que abarca poemarios, libros de cuentos, novelas, ensayos políticos, ensayos literarios, biografías y diarios y que entre sus premios recibidos cabe destacar el Sant Joan de novela por La Gran Rutina y el de la Crítica por Maniobras Privadas.

Al margen de ‘La fe de nuestros padres’, otro libro, ‘El drama del humanismo ateo’, de Henri de Lubac,uno de los teólogos católicos más eminentes del siglo XX,cuya principal aportación fue el modo de entender el fin sobrenatural del hombre, viene a oponerse en las tiendas con los libros pro-ateos. Escrita en un París ocupado aún por el nazismo,se trata de una crítica de consistencia contra el ateísmo planteado por el marxismo y las influencias del positivismo y de Nietzsche.

Precisamente, Puig está encargado de prologar la reedición de este clásico del pensamiento cristiano de la pasada centuria.

Me atrevo a suponer que reiterará una de las frases del sabio de la Compañía de Jesús, precursor del Concilio Vaticano II, confirmada después por el devenir histórico:

‘No es verdad que el hombre no pueda organizar la tierra sin Dios. Lo cierto es que sin Dios no puede más que organizarla contra el hombre’.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lea usted los libros antes criticarlos.
Por cierto no son, como usted dice,"creaciones presuntamente literarias" sino ensayos (¿conoce el género?) donde se trata con información científica que, por supuesto, podría ser rebatida de encontrarse buenos argumentos ante sus proposiciones.
Por otra parte decir que yo sí he leído esos libros y otros como el del Dr.en filosofía y prestigioso investigador Daniel Dennet "Romper el hechizo", "El animal Divino" (Gustavo Bueno), sin nombrar a Gonzálo Puente Ojea (Embajador y Diplomático) y su enciclopédica obra descabezando los sofismas teológicos y, con afilado verbo, luchando por desvelar la verdad: la autentica y "comprobada" verdad.

Pero es que no hay que juzgar los libros por las tapas, le recomiendo (si es que tuviera interés sincero) sus lecturas... por lo demás, devaluando estas obras no hace más que demostrar ignorancia sobre ellas y su incalculable valor social y científico.

Lonaturalgustamás dijo...

Opino los mismo en el comentario anterior. Lea usted esos libros antes de criticarlos. Parece mentira que sea usted un profesional de los medios, yo soy estudiante de periodismo y se me cae la cara de verguenza cuando leo críticas como estas.

Soy ateo, no me hace falta creer en ingún dios para obrar bien. No me hace falta tener miedo a un castigo eterno para hacer el bien. Méteselo en la cabeza.

Anónimo dijo...

Amigo, de muy buena intencion, le repito lo mismo que los demas , leealos :). No dije creer en ellos, de eso no trata sino de estar consciente de los argumentos alli presentados, le seran de ayuda, os aseguro.