viernes, 12 de diciembre de 2008

Un espectáculo inesperado

Joseito no sale de su asombro.Jubilado de sus quehaceres, pero no de sus costumbres de levantarse con el alba y esperar a que aclare la mañana para echar un paseo, el otro día lo hizo por Madrid a donde había ido a pasar unos días en casa de su hija y, callejeando sin rumbo, caminó por delante de la casa en la que habita, al igual que lo hacen otras familias en sus respectivos pisos o apartamentos, doña María Teresa Fernández de la Vega.

Las costumbres de los políticos saltan a la vista cuando viven en casas así.Joseíto pudo contemplar,supongo que al igual que lo hacen diariamente los vecinos de ese inmueble y los de los más próximos, el operativo que acompaña cada día a la puesta en marcha de la vicepresidenta del Gobierno.
Todo un espectáculo.

A esa hora, aparecen por la casa de la ministra unas chicas que se encargan de peinarla y maquillarla adecuadamente. Luego llega un coche que lleva el traje de ese día, procedente de una franquicia situada en la calle de Velázquez.

Y,más tarde, lo hacen el coche oficial y el vehículo de escolta, justo cuando ha finalizado sin novedad la inspección que lleva a cabo un grupo de unas seis personas de seguridad que han tomado posiciones para garantizar que no se produce ningún problema.

Posiblemente es la lógica y obligada rutina de protección de personalidades que hay que practicar actualmente, adornada con los toques de color porque en este caso el personaje es femenino, pero Joseíto que, por mor de la crisis, ni siquiera se ha atrevido este año a gastar unas perrillas llevando a cabo con su parienta el habitual viaje con el Inserso por las playas vacías y heladas del litoral, se ha quedado profundamente impactado por la escena.

-- ¡Doce o catorce sueldos para que empiece a andar esa mujer! Y dos coches… Mas la servidumbre que estaría con ella en su piso… ¿cuánto vale eso?...

A Joseíto cuando se embala lo mejor es dejarlo que siga.
No supe responder a su pregunta ni objetar lo que, por otro lado, carecería de fácil objeción. Simplemente me atreví a intercalar en su perorata…

-- Total… que parece que te ha gustado más que el relevo de la guardia ante el palacio de Buckingham…

Pero creo que no se enteró.

1 comentario:

Angelmo dijo...

Que arte... Buckingham!! Desde luego. Ja, ja, ja.