domingo, 6 de septiembre de 2009

Que enfermen los otros. Que paguen los ricos.

Ante las dos grandes amenazas que se perfilan en el horizonte, la Gripe A y la subida de impuestos, que no son las únicas en el panorama agitado de la convulsa realidad nacional, pero sí las más relevantes, es posible que muchos empiecen a buscar paliativos para su zozobra con estas deleznables argumentaciones: si no me hallo incurso en lo que los sedicentes responsables han dado en llamar grupos de riesgo… que enfermen estos. Y si mis honorarios de mileurista distan mucho de los que se supone que engrasan las repletas arcas de los ricachones… que paguen ellos.

Infantiles recursos para poder conciliar el sueño todas las noches. Ni los que se dicen responsables de la adelantada epidemia están seguros de cual es el entorno de los más directamente arriesgados, ni hay un rico en su vecindad que no haya huido en un crucero por el Mediterráneo, o se haya refugiado tras el valladar inexpugnable de un despacho de formadísimos asesores fiscales.

¿A quien le toca enfermar?... ¿A quien le tocará pagar?... Mucho me temo que las flechas de los indios empiezan a silbar cerca de nuestros oídos.

Un médico amigo me tranquiliza comparando los efectos conocidos hasta ahora de la enfermedad con los que suele producir una de estas gripes periódicas contra las que nos vacunamos todos los años. Y, por el lado contrario, otro que suele estar bien informado, me pone en el disparadero con unos datos que tiene tan bien aprendidos que parece que va a opositar con ellos.

De la gripe A se necesita más información.Pero es verosímil suponer que si la cifra de fallecidos por su causa ha venido aumentando en el verano, puede dispararse cuando aparezcan los fríos. De la subida de impuestos no nos libra nadie.Los asesores de doña Elena, la ministra que cogió la cartera antes de que el asustado Solbes pusiera pies en polvorosa,le habrían sugerido que empezase por el aumento del IRPF para las rentas más altas, con lo que se seguía la línea populista de su paisano gallego el señor Blanco y luego continuase con el IVA.

El primero,que parece no agrada mucho a su jefe, de llevarse a cabo no supondrá mucho porque ricos… lo que se dice ricos… pocos hay fuera de los despachos ministeriales. El segundo originará una subida indiscriminada que repercutirá en los precios… Y beneficiará a Cataluña. Esa Cataluña que, en palabras de Mas,”si el TC le toca el Estatuto debe salir a la calle”.

Ojo al dato, que diría García. Es conveniente recordar que en las cesiones que ZP hizo a Cataluña en su nuevo Estatuto se incluyen: El 100 % del IVA que antes era el 35% y el 58 % de los impuestos especiales, que antes era el 40.

O sea que en toda España al adquirir un producto catalán o de empresa radicada en Cataluña no solo vendremos obligados a pagar más sino que todos seremos más pobres y los catalanes más ricos.

¿He dicho ricos?... Ea pues ya sabe Pepiño a quienes debe dirigirse para que empiecen a pagar lo que nos va a costar la crisis.

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