lunes, 30 de noviembre de 2009

La Economía sostenible.

Resulta que yo tuve que estudiar las Ciencias Económicas casi por obligación. O por tradición. O por comodidad. Más o menos. Era lo que se estudiaba por los varones en mi familia. Mi hermano ya se había matriculado en el primer curso de Peritaje Mercantil. ¿Y yo qué iba a hacer?... A la calle Federico Rubio que era donde se alzaba entonces la Escuela compartiendo un sólido edificio con la Facultad de Medicina que tenia la entrada por Madre de Dios.

Allí llegué a Profesor Mercantil. Y luego como mi hermano seguía, continué asimismo y nos fuimos a Madrid a la Escuela de Altos Estudios Mercantiles que se alzaba en la Plaza de España.
A través de mi recorrido por las aulas de ambos centros supe de Ciclos Económicos…De Macro y Microeconomía…De ajustes a largo y corto plazo entre la oferta y la demanda… Del papel del dinero… de la formación de los precios…De Análisis Económico con las formulaciones de Boulding sobre producción y consumo… ¿Para qué les voy a cansar?...

De vez en cuando volvía la vista a los Planes de Desarrollo que trazaban y publicitaban los ministros de Franco y me sorprendían porque pudieron ser una tramoya formidable levantada sobre el escenario monumental de la ignorancia pintada por unos ignorantes ilustrados que se sentaban en las poltronas del poder y fueron reconducidos con la entrada en el gobierno de ministros definidos como tecnócratas agrupados en torno a un entendido en la materia que se llamaba Laureano López Rodó.
Consecuencia: El crecimiento económico permitió la evolución hacia una sociedad de consumo y al aumento de la clase media.

¿Quién lleva hoy la batuta de López Rodó?... ¿Descansa en el atril después de la estampida de Solbes?

Me hago esta pregunta inquietante cuando ministros como José Antonio Alonso, en teoría una persona inteligente y formada, contesta a los periodistas con la retahíla de inconsecuencias que acaba de soltar en una conversación que acaba de mantener en la Uno de la TVE.

Era de ver la cara de incredulidad de la entrevistadora. Y lo malo es que la mía debía ser parecida: ¿Qué dice?... ¿Y esto cómo se mastica?...

Y yo además recordando a Richardson, a Keynes, a Olariaga o a Drucker …(que vaya abanicazos que acabo de pegar con la cita).

Entrevistaba para Radio Nacional a ese buen ministro que fue Abril Martorell que me iba llenando todas sus contestaciones de “Economía Subyacente”. Y cuando al final me atreví a pedirle que me aclarase qué era eso me dio una respuesta demoledora: “La que subyace”.
Ahora igual. ¿Qué es la Economía sostenible?... La que se sostiene. Pues ya está.

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