jueves, 27 de mayo de 2010

Sin nocturnidad, pero con alevosía.

Qué manera de hablar la del calvorota catalán ese al que le dicen Durán y Lleida. Que supongo que lo de Lleida es por su santa madre que habrá nacido en Lérida pero lo de Durán no me lo explico porque le sobra la ene.

Dura la tiene el del cerebro niquelao, pero dura de verdad. La cara, como pueden suponer.
Qué manera de metérnosla doblada a todos los pensionistas, pagaches forzados con los funcionarios de disminuido sueldo, de la deuda contraída por la demencia irresponsable del capitán de la nave. Qué anestesia, qué vaselina de “El último cuplé” para afirmar muy convincente primero que eso de congelar las pensiones y de rebajar los salarios de los empleados públicos no goza del apoyo de su grupo para después tirarse al callejón de la postura abstencionista a la hora de votar.

¡Ah!, ya sabemos porque no os gustan los toros, considerado calvo que, por desgracia para los aficionados históricos a la fiesta, padeces la misma alopecia que “el Divino” que se apellidaba Gallo. Porque os recuerda vuestras vergüenzas disimuladas en una oratoria incontinente.

Debí haber tomado nota de cuanto decías, ínclito parlamentario catalán. Porque hablabas en ese castellano correcto que utilizáis todos los catalanes, salvo cuando nos sacáis el dinero para que traduzcamos vuestras genialidades en el Senado. Menos Montilla que es mayeto, de un pueblo de Córdoba, por supuesto para ignominia de los entrañables cordobeses.

Se terminó la sesión más dura del Congreso que no contó con la intervención de Zapatero, más inquieto por la hora en que despegaba su vuelo a Brasil para hablar de esa entelequia que es el no sé qué del Foro de la Alianza de Civilizaciones que, al final, el varapalo recibido le aconsejó suspender, y Josep Antoni Duran y LLeida se abstuvo y salvó el "tijeretazo" del Gobierno por la mínima.

Antes de abandonar el hemiciclo, se supone que el Presidente le dejó firmado el cheque,por supuesto a cargo de todos los españoles, con el que abona sus servicios.

Y el Sr. Durán (omitan la ene, por favor) se quedó repasando las líneas magistrales de esa caricatura de discurso de parlamentario honrado para anestesiarnos y que no nos quejemos mucho del atraco al que el Gobierno ha sometido alevosamente a funcionarios y pensionistas.

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