viernes, 8 de octubre de 2010

Reflexiones incómodas sobre las pensiones.

Mi amigo está escarmentado y lo dice a boca llena: cada vez que los políticos se ponen de acuerdo, se echa mano a la cartera. Ahora ha leído que ha sido, o va a ser así, cuando se han reunido para modificar el Pacto de Toledo sobre las pensiones y, desde entonces, se le ha descompuesto el cuerpo.

Se proyecta ampliar la base de cálculo de 15 a 20 años y esto supone, según afirman los analistas, una rebaja media del 5% con lo que, de acuerdo con la afirmación de uno de esos diputados receptores de pensiones vitalicias, "no se perjudica excesivamente a nadie".

A ellos, por supuesto que no.

El reajuste es imprescindible, dicen, porque hace unas décadas había cerca de 20 cotizantes por pensionista y en 2050, con el paro y sus escasas expectativas de solución, se espera que haya menos de dos, por lo que el sistema actual resulta totalmente insostenible.

Los jubilados del futuro se verán perjudicados por dos flancos: tendrán que trabajar más años y, encima, recibirán una pensión más baja.

Ahora bien, si no fuera por el dinero que cada mes les detrae de su sueldo la Seguridad Social, teóricamente para su propio bienestar, cada trabajador se podría jubilar a los 45 años cobrando con un sistema de capitalización normal, una pensión de más de 2,000 euros. Creo que en Chile esto viene a ser así. Intentaré comprobarlo.

Existe un buen número de estudios realizados sobre cuánto podría ganar un ciudadano si invirtiera privadamente lo que le quita cada año la Seguridad Social y de ellos se destaca el que realizó hace unos años el Instituto Juan de Mariana cuyas conclusiones giran en torno a esta posibilidad sorprendente. Un trabajador medio que hubiera entrado al mercado laboral con 25 años en 1992 podría jubilarse en 2012 con una pensión de 2.169 euros. Pico más, pico menos.

Por eso manejar los ahorros de los trabajadores recogidos en la Caja de las Pensiones supone hoy un despropósito notablemente injusto. Y llevarlo a la práctica, como se ha filtrado que se va a hacer, aun peor.Desde 2004, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social siempre ha invertido en activos de "máxima calidad". Hoy Zapatero se va a jugar ese dinero sobre el tapete verde de la deuda española en la que, pese a perder la máxima calidad crediticia, invertirá el 90% de sus recursos
La inquietud empieza a quitar el sueño a los pensionistas y mi amigo dice como el impedido aquel del carrito rodando cuesta bajo ante la Virgen de Lourdes: “Madrecita, que me quede como estaba”

1 comentario:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

La verdad es que me parece barbaridad todo lo que están planteando estos políticos inconcientes que nos gobiernan.
Ahora bien, soy de los que entiendo que la prestación de jubilación debería ser calculada contando con el total de años cotizados y teniendo en cuenta el volumen de estas cotizaciones.
Con 54 años, tengo 37 cotizados y de ellos mas de veinticinco en la cantidad máxima. Eso sin contar el añadido que cotizar en la máxima en SS, lleva a parejado un mayor porcentaje de IRPF que hay que soportar.
Mi pregunta siempre es: ¿por qué un señor que cotice sólo 20 años tiene derecho a la misma pensión máxima que yo habiendo cotizado casi el doble?
Perdón por la extensión.
Un abrazo