jueves, 31 de marzo de 2011

Ahí queó.

Se llena la noche de voces que suenan familiares aunque quien sabe si es la primera vez que alcanzan nuestros oídos. El paso se ha detenido bajo el balcón. Es una parihuela con sacos que parecen pesados sobre la tablazón desnuda y debajo se apiña la cuadrilla de costaleros que descansan entre chicotá y chicotá. Tal vez alguien apague transitoriamente el reproductor de compacs que aporta la música precisa para que la ilusión suba de grados. Las cuadrillas de pasos que desfilan a los compases de marchas procesionales llevan grabadas estas para que los ensayos se ajusten más a la realidad. Las otras,no. Y sus trabajos previos resultan aun de mayor dureza.

Este año los costaleros del pasopalio de la Virgen de la Merced habrán podido probarse con Amarguras, Ione, Solea dame la mano o cualquier otra de las que integran el rico y variado acervo de las composiciones sinfónicas de las cofradías sevillanas porque, al fin, la Hermandad de Pasión cerrará su cortejo procesional con una banda tras el manto de su Virgen. Será la prestigiosa de la Oliva de Salteras la elegida para este singular estreno y con ello culmina una decisión de la Hermandad insistentemente trabajada que ha salido adelante tras vencer no pocas oposiciones.

El Señor con la cruz al hombro que tallara Juan Martínez Montañés es una figura tan sobrecogedora, tan humana y al mismo tiempo de tan cegadora divinidad, que. Como es sabido, a su mismo autor hacía exclamar en el paroxismo de la admiración que no había podido salir de sus manos. Y, por si fuera poco, ese orfebre genial que fue Cayetano González le hizo el paso de plata más hermoso que soñar pudiera para que sobre él desfilara por las calles de la ciudad. Con todo ello la Virgen siempre pareció mostrarse en un plano inferior aunque su paso fue progresivamente aconsonantado a la suntuosidad de los enseres de la Cofradía. Y se ha enriquecido recientemente con los nuevos respiraderos en los que los Hermanos Delgado han dado nueva muestra de su magistral dominio del viejo arte de los orfebres de Sevilla invirtiendo cinco años para obtener con ciento diecinueve kilos de plata otra obra colosal que sigue la línea de la de Cayetano González sublimándola con una minuciosidad y variedad de estilos dignos de las más reputadas joyerías.

A Ella, como ya hice en el libro “Dolorosas de Sevilla”, pero ahora con música de fondo, otra vez le digo Merced os pido que me hagáis, Señora, de escuchar mi palabra conmovida que, al final de estas glosas, atrevida, vocablos busca con fulgor de aurora. Cantaros quise; mas reparo ahora en mi pobre elocuencia deslucida y por eso la traigo, sostenida en ese amor filial que os implora. Más bella que la flor recién cortada, más limpia que la espuma de la mar, pues nada en este mundo es como vos, os dejo mi canción desventurada que torpe me encontré para cantar los dones que tenéis del mismo Dios.

lunes, 28 de marzo de 2011

Baño de juventud.

La verdad es que tengo abandonado el Blog en los últimos días y que puede haber alguien de quienes me hacen el honor de leerme que se estén preguntando qué me ocurre. Nada irremediable, por fortuna. Muy al contrario: una serie de gratos sucesos que me afectan ha motivado este transitorio alejamiento del teclado del ordenador al que vuelvo ahora con un saco de vivencias y recuerdos de momentos imborrables.

Cuando me prejubilé en la Televisión nacional me reclamaron de Giralda, la recién nacida televisión local sevillana, entonces en manos privadas, para que colaborase en una apasionante aventura: la transmisión en directo de las cofradías desde la Campana. Lo hice y me sumergí en el entusiasmo desbordado de aquel grupo de jovencísimos profesionales que lograron culminar el intento de manera tan brillante que merecieron el justísimo aplauso de los televidentes de Sevilla y de todos los sitios a donde habían llegado aquellas imágenes. Seguí con el proyecto ya consolidado que sirvió de pauta a otras televisiones hasta que Giralda con la aparición de la TDT se convirtió en la emisora municipal.

Perdí el contacto con el grupo a partir de entonces y ahora lo he recuperado al ser invitado a la primera convocatoria pública de una Asociación en la que todos se han integrado bajo la presidencia de Juan Arbide y la coordinación de Elena Carazo. Debo declarar y declaro que pasé un rato estupendo. Que de ninguna manera me esperaba el obsequio que me hicieron y que para mí el mejor regalo fue el reencuentro con ellos en un clima de extraordinario afecto. Muchos de aquellos jóvenes son ya padres. La mayoría va labrándose un nombre prestigioso en el competitivo mundo en el que nos movemos. Todos siguen alentando la ilusión. Fue para mí un reconfortante baño de juventud que dispuso de un inesperado antecedente.

Bajé de mi casa en el Aljarafe. Introduje el coche en el parking que suelo usar y caminé para tomar un taxi. No había ninguno en la parada. Ante ella, una larga hilera de chicos y chicas estaban aguardando, algunos sentados en la acera. Pregunté al llegar si todos esperaban lo que iba buscando yo y al saber que sí, me apresté a situarme el último. No me dieron tiempo a llegar. Una chiquilla monísima de quince a veinte años, salió a mi encuentro y me hizo saber que el primer vehículo que llegase era el mío. Y así fue. Divulgó convincentemente a gritos por qué iba a suceder así y conmigo estuvo hasta que me dejó dentro del coche. Bendita juventud. Me dije. Los que no creen en ellos y en ellas deberían participar en una experiencia parecida… …aunque no seamos capaces de librarles de las navajas asesinas.


miércoles, 23 de marzo de 2011

Voto complementario

No seré yo quien se oponga al desempeño de cualquier esfuerzo para salvar vidas humanas ni quien eluda la responsabilidad de evitar los desafueros de un sátrapa masacrando la colectividad a la que ha prometido servir.

Si hubiera estado en el Congreso, donde se han recolectado 336 votos en apoyo de las medidas adoptadas por nuestro país en el conflicto libio y hubiese tenido que expresar mi opinión, el voto 337 hubiera sido el mío.

Ahora bien, ello no quita para que pueda expresar mi extrañeza acerca del súbito ardor guerrero de nuestro presidente Zapatero llevado vertiginosamente a meterse en una conflagración a la que él elude con sumo tiento denominar con su verdadero nombre de guerra.

Toda guerra es la consecuencia ineludible del fracaso del diálogo y creo que en el orden internacional cuando dos pueblos se enfrentan o cuando algunos en grupo, como es este último caso, interfieren violentamente en la vida de otro es porque han agotado todos los recursos posibles, que en la práctica diplomática son numerosos, antes de llegar al uso de las armas.

Me parece recordar que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no se creó para autorizar la guerra sino para evitarla.

Y, por supuesto, opino que entre el estrechamiento de manos y la bofetada existe un largo camino abierto a manifestar recomendaciones, advertencias y posturas. Por eso no termino de explicarme cómo con el coronel Gadafi, recibido no ha mucho con todos los honores como cliente comprador y como amigo, se haya pasado sin transición de reírle las gracias a pegarle coscorrones.

Nos encontramos ya en el día después y empezamos a preguntarnos qué va a pasar ahora.

Las guerras son caras. ¿Cómo se va a abonar esta factura?...

La pregunta se apoya en el cómo y no en el quien. El quien es el de esta sufrida sociedad hispana que padece un 25 % por debajo del umbral de pobreza y en la que, sin embargo, existen treinta y cinco mil vehículos oficiales a los que hay que pagar la gasolina.

martes, 22 de marzo de 2011

Confusión.

No me entero. No entiendo nada. Estoy hecho un lío.

Resulta que el presidente del gobierno que rige al país donde vivo, no votado por mí, pero aceptado según las elementales normas democráticas, que se sentó en el sillón presidencial con aura de pacifista y divulgó una parida tan absurda como eso de la “alianza de civilizaciones” ahora ha salido halcón y nos ha metido a todos en una guerra que, por mucho que se quiera enmascarar con los recursos de una fraseología pulida, es una conflagración que, como todas, se sabe cuando empiezan, pero es imposible predecir cuando acaban.

Y esto lo ha hecho él solito. Antes de consultarlo en sede parlamentaria y, en consecuencia, con una insólita y punible precipitación política.

Ni los más conspicuos analistas de la situación son capaces de salir de su asombro.

Una guerra es una guerra. Dista mucho de ser esa aventura rosada de los principios de “Lo que el viento se llevó”. En una guerra se mata y se muere. Y lo mismo que la televisión nos muestra el grado de preparación de nuestros pilotos de combate, mañana puede recoger, Dios no lo quiera, el traslado de sus féretros a hombros de sus compañeros cantando “La muerte no es el final”.

Supongo las consultas que debe estar haciendo a sus manuales de experto en imagen, trabajo que desarrolla en una importante agencia de publicidad, el señor esposo de doña Carme Chacón, distinguida almeriense por parte de padre, bombero emigrado a Cataluña, para presentarla agradable y atractiva y como apaga fuegos en vez de como incendiaria, ante esa opinión pública a la que, según parece, piensa pedir el voto para sustituir a Zapatero cuando abandone su Ministerio de Defensa.

Difícil lo tiene el muchacho. Tal vez por eso la ministra cada vez aparece menos. Y; supongo que, como su jefe de filas, esté tratando de sepultar en el fondo de los cajones más secretos esas secuencias televisivas en que mostraban al líder libro coronel Gadafi, en una lujosa jaima que caprichosamente había conseguido que le instalasen, en la visita que nos hizo para comprar armas y explosivos.

En su tierra estamos ahora sorteando las balas que le vendimos. Y la otra ministra, la de Exteriores, aventurando que también tendremos que mandar fuerzas de Infantería.

Otra duda inquietante. ¿Llegaremos a la movilización?...

¿A quienes?... ¿A los muchachos que no hicieron la Mili o a los últimos que estuvieron en el Campamento que mandaba el coronel Chaves, padre de nuestro anterior presidente de la Junta de Andalucía?

domingo, 20 de marzo de 2011

Amenazas escondidas y abiertas.

Lo de Japón puede hacernos reflexionar sobre la certeza o error de las previsiones. Muchos estudios se han llevado a cabo hasta el momento sobre los seísmos y, a pesar de ello, su predicción temporal se encuentra aun sin resolver.

Existen sin embargo otras contingencias que provocan temores anticipados confirmados con posterioridad. Me he levantado esta mañana a la impertinente hora de las siete menos cuarto sacudido por una intensa inquietud: ¿Habrá terminado ya Belen Esteban la negociación de su contrato que había de renovar con Telecinco?

La amenaza latente supone cuatro años más de presencia de la de San Blas en Sálvame, La Noria y otras producciones ejemplares de la tele de nuestros días.

Esto era lo que decía un recorte de La Otra Crónica de El Mundo que anoche debi releer antes de irme a la cama y me ha producido el desvelo.

La 'Princesa del Pueblo', que actualmente debe estar embolsándose 100.000 euros al mes (1.2 millones de euros al año), podría ganar a partir de ahora 2 millones de euros anuales, según este suplemento, a cambio de participar en más programas de Telecinco.

Esto supondría más de lo que ahora gana Jorge Javier Vázquez, presentador de Sálvame Diario y Sálvame Deluxe, donde la Esteban colabora habitualmente.

Cien mil Euros al mes suponen casi diecisiete millones de las antiguas pesetas y dos millones de euros anuales se salen de la pantalla de la calculadora.
Cien mil Euros mensuales es algo así como si cien mileuristas actuales regalasen la totalidad de sus devengos de treinta días de trabajo a la antigua novia de Jesulin de Ubrique.

La cosa tiene “telenguendengue” que solía exclamar Boby Deglané para puntuar circunstancias tan estrambóticas.

Muchos sustituirán el antiguo calificativo de quien fuera mago de los micrófonos de la radio y popular figura de la tele con otro más duro y radical. La cosa tiene delito. Pero es la sociedad que nos ha tocado vivir. Gana la estridencia, la trasgresión, el gusto discutible, el paseo habitual por el borde del insulto y la demanda…

Cien mil Euros al mes equivalen a cien bofetadas en los rostros de cien periodistas despedidos por la crisis de los medios de difusión en los que trabajaban o en las caritas adolescentes de cien ilusionados estudiantes de las Facultades de periodismo.

Probablemente más de uno habrá reaccionado como yo.

jueves, 17 de marzo de 2011

Debut de novelista. Gozos y zozobras de primerizo.

Procedo del mundo de una radio que, a falta de la inexistente tele, intentaba distraer a sus oyentes con producciones imaginativas. Estuve, pues, en el grupo de guionistas de aquellos años, hasta que terminé Periodismo y me dediqué más a la información. He debutado, pues, como novelista, pero no como fabulador.

Esta primera novela, como seguramente saben quienes habitualmente lean estas líneas, se titula “Un viejo puñal cofrade”, está editada por Guadalturia y se presentó oficialmente en la Fundación Cruzcampo merced a la generosidad de esta institución que tan ejemplarmente preside Julio Cuesta y de la que es eficaz gerente Claudia Guardiola.

La idea para escribirla me la dio Paco Robles cuando el año pasado en su habitual recuadro en ABC, declaró que…“El verdadero enemigo de la Semana Santa está en las casas donde la hermandad le ha cedido el paso al enfrentamiento visceral… “

En aquellos días estaba yo releyendo una descripción del Via Crucis a la Cruz del Campo debida a la pluma del recordado Joaquin González Moreno y se me ocurrió situarla en el Siglo XVIII por varias razones. Por su trascendencia en la vida de la ciudad, porque sobre él no se ha novelado mucho y porque creo que es una centuria vital para la consolidación de las cofradías que tras sus comienzos titubeantes con los gremios, los hospitales y las asociaciones de defensa contra el racismo en el XIV y el XV empiezan a hacerse procesión con este acto en el XVI y hacen germinar en su seno la Escuela sevillana de Imagineria en el XVI I.

Me puse a trabajar y con la ayuda de los analistas religosos y profanos de la época he conseguido un libro de 214 páginas desarrollando en ellas una narración que empieza en la Cruz del Campo y allí termina también, tras haber dedicado sus capítulos a aclarar un hecho luctuoso sucedido a los pies del humilladero durante la estación penitencial.

Aguzando la mirada literaria se descubren personajes parecidos, aunque lejanamente, a los que pululan de la mano de Cervantes por sus Novelas y aparecen actitudes rechazables que, comparándolas con las ejemplares, claramente inclinan la balanza a favor de éstas resaltando el deseo de su protagonista de conseguir unas cofradías modélicas.

Pero… en estas 214 páginas aparecen 4 escenas subidas de tono que ocupan un total de 6 distribuidas en el libro. Una minucia. Van desde 7 renglones el texto menor a 37 el más extenso y en la presentación de la obra todos los que se hacían de un ejemplar se iban a estos rincones

Temo que los pertenecientes al sector más conservador de las cofradías opinen que he hecho un libro atrevido y trasgresor.

Que, incluso, tal vez para los fríos intérpretes de lo cotidiano la novela pueda ser un bocado sorprendente difícil de digerir.
Y que la historia que cuento con los esfuerzos de un idealista para conseguir mejores cofradías en esa ciudad del siglo XVIII, con escenarios trabajosamente descritos a partir de los datos de los analistas de la época, pase a un segundo plano. Es más: Sería triste que algunos pretendan trasladar la integridad de sus páginas a nuestros días y se muestren escandalizados

Son gozos y zozobras de debutante. Contra la negrura, me conforta el ánimo suponer – quiero que no con exceso de optimismo- que a nadie, absolutamente a nadie, va a dejar indiferente

lunes, 14 de marzo de 2011

Trastos viejos

En estos días debuto como novelista, pero no es mi primera obra de ficción.
Creo que es sabido que procedo del mundo de una radio que, a falta de la inexistente tele, intentaba distraer a sus oyentes con producciones imaginativas. Estuve, pues, en el grupo de guionistas de aquellos años, hasta que terminé Periodismo y me dediqué a la información.

Desde los estudios centrales de las cadenas radiofónicas podían escucharse entonces las versiones sonoras de los guiones que escribían Antonio Calderón, Eduardo Vázquez, Sautier Casaseca, Mallorquí (el creador de “El Coyote” un personaje que, como el Zorro que hace poco interpretara nuestro Antonio Banderas, fue llevado repetidamente a la pantalla) y que continuaban desde las emisoras provinciales con producciones similares que en Sevilla se debían a la fértil imaginación de Rafael Santisteban, Agustin Embuena, Juan Bustos, Alfonso Contreras o Manuel Barrios.

El otro día estuve en la Facultad de Ciencias de la Información dando una conferencia en un curso de post grado. Cuando estimé que convenía como demostración de la teoría que estaba desarrollando mencionar el trabajo de estos recordados profesionales, de cuya lista aun permanece vivo el último de ellos, (y que sea por muchos años) mis alumnos pusieron ese rostro inexpresivo de los que oyen hablar en tagalo, idioma exótico que no tienen el menor interés en conocer.

No pude evitar que me invadiera una profunda decepción. Supongo que en la Facultad de Medicina se conocen no solo los descubrimientos de Ramón y Cajal y sir Alexander Fleming, sino los trabajos de Federico Rubio, la sabiduría en medicina interna de Andreu Urra, o la pericia de los doctores Vila, padre e hijo que han salvado tantas vidas de toreros, dicho sea como pinceladas al vuelo que sirvan para la comparación.

A ese sentimiento amargo me sucedió la inevitable pregunta sobre las causas de la marginación y el olvido a los que sometemos en esta ciudad a quienes en otros lugares recibirían el reconocimiento que merecen. La COPE, por ejemplo, se creó en Sevilla y por ella andan todavía algunos, ya poquísimos, de aquellos que con sus conocimientos técnicos, su pasión literaria o su dominio de la locución pusieron la argamasa de sus primeros ladrillos.

¿Quién los recuerda?... ¿En dónde desaparece su anonimato?...

Ya se que, cuando vuelva a las aulas universitarias si me llaman para otra charla parecida, me debo guardar mucho de mencionarles, si no quiero que mis ocasionales alumnos abran la boca y echen una ojeada al reloj con síntomas inequívocos de aburrimiento.

Y como uno, aunque en menor medida, formó parte del grupo de aquellos pioneros, parece que escucha como frase de epitafio: ¡Bah… los trastos viejos, pocos y lejos!.

sábado, 12 de marzo de 2011

A ver quien arregla esto.

Las tiendas se cierran por falta de clientela y peso excesivo de exigencias burocráticas y voracidad impositiva.

Las empresas se cierran porque progresivamente van desapareciendo las tiendas que les consumían sus productos o servicios.

Las fábricas paran sus máquinas por lo mismo.

Los agentes comerciales permanecen de brazos cruzados a causa de las tres catástrofes anteriores.

Crecen los ERES, que hasta llegan a ser legales como nunca debieron dejar de serlo.

El paro alcanza la cifra asustante de 5.000.000 de personas. ..

Y como medidas imprescindibles se aumenta el IVA, se limita la velocidad en carretera, se pretende obligar el cambio de neumáticos, se sustituyen las bombillas y se cabrea al personal prohibiendo que fume.

O sea se carga todo el peso y la responsabilidad del arreglo futuro al vecino, al ciudadano cada vez más intranquilo, al administrado... preservando a ultranza a los administradores.

Nada de reducir vehículos oficiales… nada de limitar las dietas de los privilegiados…nada de prohibir el uso indiscriminado de móviles cuyo gasto se ha duplicado en tres años… nada de anular el dispendio en prebendas absurdas como las que tienen como destino la vidriosa Alianza de Civilizaciones… Nada de nada.

Y ahora, por si fuera poco, nuestro irrepetible (afortunadamente) José Luis Rodríguez Zapatero ha escrito una carta al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que respalda ajustar los salarios a la productividad.

En contra de la opinión de los Sindicatos, eso lo vienen pidiendo hace siglos las voces de muchos economistas y figura en no pocas páginas introductorias de libros para principiantes.

Ajuste para todos ¿eh?. Sería escandaloso permanecer en la periferia y continuar exigiendo a los demás lo que se incumple de puertas para dentro.

La firma de la carta al señor Van Rompuy supone una aceptación de austeridad frente al despilfarro.

Cabe temer que el destinatario del escrito se enfade muchísimo si deduce que le van a tomar el pelo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Un paisaje desolador.

Aparecen en balcones… en ventanas… incomprensiblemente pegados a las paredes… en una multitud de sitios de establecimientos comerciales cerrados con escaparates polvorientos… en edificios completos clausurados también… en las porterías sin porteros de las casas de pisos…

Todos suelen ofrecer una estructura común. Iba a escribir una estética, pero he caído rápidamente en la cuenta de que resultan terriblemente antiestéticos. Son esos carteles coloreados que anuncian “se vende”… o “se arrienda”… o “se vende o se arrienda”… que ya es el colmo de la ansiedad y de la urgencia.

Cuando en la ciudad antigua había menos habitantes que sabían leer o que disponían de buena vista para guipar de lejos, estas circunstancias coincidentes se anunciaban de una manera muy sencilla: fijando un lienzo blanco en las fachadas. Si en la actualidad se procediera de la misma forma, se produciría la impresión de haber sido sorprendidos por una granizada cuyas huellas perdurasen hasta lo imposible.

El ambiente no puede ser más triste. Aunque acoja a los grafiteros que se encargan de colorear caprichosamente los cierres echados de los establecimientos sin actividad comercial o los zócalos grises de las construcciones vacías.

Nunca se ha visto nada igual sin que antes haya sobrevolado amenazante la aviación enemiga.

Es la crisis. Y los que invierten sus horas en releer los legajos de la historia se sienten empujados a recordar los rigores trágicos de la peste.

Como en los velatorios que se montaban en torno a los fallecidos cuando los Tanatorios insensibles aun no se habían inventado, es imposible resistir la tentación de contar algo divertido aunque en los casos expuestos, maldita la gracia que tiene.

En una ventana de la planta baja de un edificio cerrado podía leerse:“Se vende”. Alguien pasó y escribió a continuación “a que no”.

lunes, 7 de marzo de 2011

Falta valor.

Lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible.

Mi amigo Eugenio, “Ugenio” para los que nos dirigimos a él con familiaridad, dice que falta valor… no para hacer ese concurso de Canal Sur presentado por Enrique Romero al que le desea, y yo también, toda la suerte que conviene desear en el mundo de los toros y de la tele, sino para otra cosa. Para muchas cosas juntas.

Vamos a ver, dice Ugenio. Ahora están saliendo de vez en cuando los sabios, bien leíos y escribíos, de la economía, de la sociología y de la futurología que nos dicen con voz hueca y escritura ampulosa lo que hay que hacer para salir cuanto antes de esta crisis que nos asfixia.

Y añade Ugenio que ni la economía sale de sus horas bajas ni el empleo del sótano donde lo ha hundido la incompetencia de unos y otros, si no se ayuda a los pequeños y medianos empresarios y que, para eso, como primera providencia, hay que dedicarse a conseguir tres objetivos: Que la Banca colabore… que los Sindicatos dejen de ser funcionarios al servicio del Gobierno… y que todos aquellos que entran en la Administración por la puerta falsa se estén quietecitos y dejen trabajar a los demás sin enredar con la aplicación de una burocracia insoportable.

Dicho esto guarda silencio. Y así permanece un largo rato con las gafas acaballadas en mitad de la nariz observando las reacciones de sus contertulios por encima de ellas.

Si éstas se producen sin el paroxismo de la indignación, lo cual no es fácil, se oirá que los bancos deberían poner siempre tras la mesa del director que concede los créditos y las líneas de descuento a ese ejecutivo tan agradable que protagoniza todo sonrisas y palmaditas en la espalda los spots de televisión… que los sindicatos deberían dejar de parecerse de una puñetera vez a los denostados verticatos del régimen anterior… y que los que llegan para hacerse funcionarios sin pasar ningún examen dejen de considerarse en la obligación de justificarse pidiendo papeles a los que de verdad crean riqueza en vez de chupar de las ubres del Estado.

Ugenio termina recordando que la última vez que quiso poner un tallercito de nada, antes de abrir la puerta ya tenía delante una larga cola en la que figuraban todos aquellos que suponían que iba a ganar mucho dinero y les parecía justificado que antes le obligasen a rellenar una montaña de papeles y abonar una catarata de licencias.

Tantas fueron que se le quitaron las ganas. Un listo le sugirió que para otra ocasión se pusiera antes un kimono y se pintara la cara de amarillo.

sábado, 5 de marzo de 2011

El Ere… esa espinita

“Ere” como una espinita que se me ha clavado en el corazón
Suave que me estas matando que estas acabando con mi amor …

Hubo una época en la que esta canción de los hermanos Zuleta tanto en las voces y el estilo de Los Panchos como en la acertada reposición de El Consorcio, se oía frecuentemente.

Ahora se puede recordar no por la punzante espina, sino por los vergonzosos Eres que sacan los colores desde las páginas de las revistas y hasta desde los programas de chismorreo de las televisiones.

Ere como una espìnita clavada en la víscera cardiaca de los políticos honrados y en el corazón de esta Andalucía que no se merece la golfería de los que asaltan la cosa pública para llenarse los bolsillos.

¿Quien iba a decir que al “eres” lingüístico castellano de la más pura ortodoxia le iba a suplantar el “ere” del Sur desprovisto de la última consonante?...

Este Ere es exactamente igual que el de la letra cantada. Suave o violento está acabando con el amor de muchos.

“Suave que me estas matando que estas acabando con mi juventud
Yo quisiera haberte sido infiel y pagarte con una traición…”

El CD sigue escuchándose en el equipo de música.

Había cuatro o cinco aprovechados. Ahora creo que el número ha ascendido a setenta. Y no dimite nadie. Aquí no aplica ningún profesional del sillón parlamentario y el coche oficial eso tan ridículo de “tolerancia cero”.

Al contrario. Todavía y por lo bajini hasta es posible que escuchen la pregunta impaciente de quien teme no percibir nada antes de que se vayan…

-- ¿Y a mí cuándo me toca?

jueves, 3 de marzo de 2011

Santísimos judíos.

¡Se acabó!. El Papa ha sido tajante: Los judíos no tuvieron la culpa. Benedicto XVI ha exonerado a los hijos de Israel de la muerte de Jesucristo en un libro que considera errónea la interpretación del 'Evangelio de San Mateo' que propició su persecución .

En el escrito, del que El Vaticano adelantó algunos capítulos, el pontífice señala que, cuando en el Evangelio de Mateo se habla de que "todo el pueblo" pidió la crucifixión de Cristo, "no se expresa un hecho histórico".

"¿Cómo habría podido todo el pueblo (judío) estar presente en ese momento para pedir la muerte de Jesús?", se pregunta el Papa teólogo,y reconoce que esa errónea interpretación ha tenido "fatales" consecuencias.

Que las ha tenido y que las va a seguir teniendo. A ver qué hacemos con esos sayones de rostros patibularios de nuestros pasos de Semana Santa…
A ver qué frase alumbran los jerezanos para calificar la fealdad de una criaturita... ¡Anda que eres más feo que los judíos de San Mateo! se dice en Jerez. Porque las caritas de esos componentes del primer paso de la Venerable y Real Hermandad Sacramental del Silencio de Nuestro Padre y Señor de las Penas tienen que ver. O, mejor, más vale no verlos, según la atinada expresión, aunque es lo único feo que, por decir algo, ofrece esta magnifica cofradía.

Ahora habrá que bajarlos de las andas procesionales y sustituirlos por otros con el rostro maquillado de la “alianza de civilizaciones”.

Cuando se entere Zapatero de que su opus mágnum de la genialidad política universal va a ser utilizada para las nuevas imágenes procesionales seguro que pide la silla esa en la que acomodó groseramente sus posaderas mientras pasaba la bandera de los Estados Unidos y se vuelve a sentar.

¡Eso sí que es una judiada!... O, no. Porque esta palabreja tampoco se podrá emplear a partir de ahora con el mismo significado. Ya estoy viendo a Anson, Vargas Llosa y otros distinguidos académicos de la Lengua echándole un remiendo al diccionario.

¿Por qué Su Santidad no habrá preguntado a Rouco?... Tras su prístino proyecto de pasear un pasovirgen por las avenidas de Madrid en el mes de agosto entre azahares de la Casa de Campo y saetas por martinetes de Chamberí es seguro que ya goza en los ambientes vaticanistas de un merecido prestigio de sabiduría cofradiera.

Menos mal que el paso elegido se basta y se sobra para llenar de sevillanía la carrera oficial por los madriles

Ya tienen trabajo los imagineros. Campaña de sustitución de judíos en los pasos de misterio. Se lamentaran los asesores del gobierno para el marketing de los despistes y las cortinas de humo reconociendo que es una pena que esta idea, después de la reducción de velocidad a 110, no se les haya ocurrido a ellos

martes, 1 de marzo de 2011

¿Indiferencia ante la Asamblea episcopal?.

Voy a repicar con la misma campana que eché al vuelo desde la torre de este Blog el último día. Y la razón es que me parece que la cuestión que abordo entonces no queda suficientemente tratada.

Los obispos están reunidos en Asamblea y opino sinceramente que si fuéramos la Iglesia en el mundo actual que salió del último Concilio esto nos interesaría en mayor medida.

Empezando porque hay un miembro más en este importante colectivo, Monseñor Santiago Gómez Sierra,elevado a la dignidad episcopal el pasado sábado en la Catedral de Sevilla que será la primera vez que acuda a una reunión tan vital para la trayectoria de la Iglesia española.

Para esta asamblea, en la que se eligen sus mas altos representantes, se han podido producir las inevitables especulaciones previas sobre temas a tratar que solo a los consagrados afectan, especialmente en torno a las posibles candidaturas, todas de escaso peso en lo que concierne al presidente ya que, como se esperaba, ha salido reelegido el cardenal Rouco.

Albergo serias dudas sobre si reviste el mismo interés y se instala en parecida preocupación el momento actual de la crisis en la religiosidad del pueblo llano.

Dos documentos gráficos procedentes de la reciente consagración en Sevilla resultan sobradamente expresivos: Uno es una panorámica esplendida del nutrido grupo de prelados asistentes. El otro, un plano general del templo catedralicio con las sillas para los invitados, notoriamente vacías.

Algo no funciona cuando las ovejas huyen de sus pastores. El Cardenal Amigo consiguió apacentar el rebaño sin la ayuda de un segundo cayado. Su sucesor, al enfrentarse con la densidad del problema, ha requerido la colaboración de un auxiliar. Bienvenido sea.

Dejemos a los altos representantes de la Iglesia hispana resolver las cuestiones que les incumben. Como se vaticinaba, el Cardenal Rouco, a punto de cumplir los setenta y cinco años, ha conseguido no abandonar sus quehaceres como lo hizo, ejemplarmente, cuando le llegó la ocasión, su compañero Monseñor Amigo, y seguirá un trienio extra.

Los católicos de base tenemos la obligación de volcarnos en su ayuda. Y más si somos y nos proclamamos cofrades.

Aunque, con óptica distorsionada, los encargados de organizar la ceremonia de ordenación episcopal dejen a nuestros representantes relegados a los últimos lugares de las sillas de invitados.