viernes, 17 de junio de 2011

Lección de geografía

La luna del torito marismeño que abandonaba la manada y se iba tras ella husmeando su rastro se ruborizó como si su galán se hubiese atrevido a requebrarla con mugidos subidos de tono.Pero no era por eso, no. Que la geografía es materia importante capaz de proporcionar dolor de cabeza a los estudiantes que la subestimaron cuando llega el momemto de los exámenes finales.

No fue por el piroppo bovino,que no lo hubo, que los bóvidos bravos mugen, pitan y reburdean, segun observaron sus criadores, pero no guardan para las vacas esas galanterías, sino por la incidencia de los rayos en la atmósfera.

Lo dijeron en alta voz los que saben de estas cosas ocupando con sus comentarios el tiempo habitual concedido en las reuniones al aire libre que propician las noches del estío a los graves temas de conversación del momento.

Esa nave cósmica en la que todos estamos embarcados cruzó su rumbo con el de la lancha que boga a su lado y se produjo el fenómeno conocido como eclipse. Esta vez duró más de once minutos y fue el más largo desde el año 2000.

Cuando la sombra de nuestra nave se proyecta sobre la barquichuela de la luna, la redondez de su contorno no deja lugar a dudas. Entonces nos asomamos por la ventanilla y miramos el cielo atisbando sus secretos. Pero no parece importarnos mucho. La sombra del planeta en el que viajamos trasladada por la linterna del sol a la superficie lunar nos parece tan natural que pronto abandonamos la contemplación del espectáculo y volvemos a nuestro vaso de cerveza fresquita con caracoles.

¿En el mundo de Internet cómo va a llamarnos la atención algo tan sencillo como que la tierra se interponga entre la luna y el sol y no choquen?...

Nuestros antepasados se encogían ante estas maravillas que escapan de la mano del hombre y se repetían las inquietantes preguntas que hoy han quedado marginadas por la cotidianidad inconsciente: ¿Quienes somos?... ¿De dónde venimos?... ¿A dónde vamos?...

La barriga redonda del planeta se dibujaba sobre la superficie lunar.

- La tierra,no -dije yo ensayando una "boutade". La tierra es cuadrada.

Un chiquillo que se sentaba en un velador al lado de sus padres me miró con cara de avispado y debió suponer que mi salud mental estaba afectada seriamente.

lunes, 13 de junio de 2011

La Virgen avergonzada

- Ya usté ve - me dice empujando el carrito en el supermercado casi desierto – Todavía está la gente en el Rocío. Es que aquí la devoción es muy grande… De padres a hijos, mire usté. Y contra eso ni hay crisis ni hay ná. – Hace una pausa y sigue como si volcara en palabras la hondura de sus cavilaciones—Aunque la Virgen lo sabe. ¡Vaya si lo sabe!... ¿Por qué cree usté que este año ha querido irse a su casa tan pronto?... Una noticia histórica: la Virgen del Rocio corta su recorrido por la aldea y se refugia precipitadamente en su Santuario porque se le ha roto un varal. Eso es lo mismo que lo de la señora elegante que se tiene que ir en el metro a su piso de los Remedios porque se le ha producido un desgarrón en el vestido de alta costura que acaba de comprar en la boutique del Corte Inglés. ¡Lo mismito!... ¿Y usted cree que Ella, con la jambre que hay, con la que están pasando esas criaturas sin trabajo, con las hipotecas cada vez más altas y las pensiones cada vez más bajas… quiere esas estampitas antiguas de los curas en hombros como toreros triunfadores saliendo en Nimes por la Puerta de los Cónsules, rezándole a gritos?...

¡Ea!, vámonos ya para adentro. Que hoy es el día de San Antonio y ya estará el nuevo arzobispo de Sevilla felicitando a todos los sacerdotes que llevan ese nombre como hacía don Carlos sin que ninguna vez se le olvidase la fecha.

San Antonio,bendito.¡Casi nada!. Las niñas buscando novio. Y los paganinis apoquinando para que el nuevo presidente catalán, Artur Mas se asigne un sueldo que supera en cuatro mil euros al del nefasto Zapatero. Y además asegurando que va a contratar a cinco mil funcionarios nuevos. O sea que de bajar el déficit, rien de rien. Nada de nada.

La mujer del carrito, ama de casa de pueblo, tal vez ignore que esos medicamentos que ha obtenido en la farmacia antes de llegar al hiper suman, en conjunto, 300 euros en números redondos y, como están fabricados o distribuidos por empresas farmacéuticas de El Masnou, o Terrassa pueblos de Barcelona, el 18 por ciento, o sea 54 euros, el IVA que paga por ellos, se aplica íntegramente para atender esos dispendios y otros similares.

No sabe mucho de esto, la buena mujer. Pero su corazón lo intuye. Por eso interpreta a su manera, cargada de razón y coherencia, la hiriente situación social que algunos pretenden que presida la pródiga Madre de Pentecostés como si no pasara nada.

¡Casi nadie es ella interpretando el pensamiento de la Madre de Dios!

sábado, 11 de junio de 2011

Pentecostés en la marisma.

Ni hay dos Rocíos iguales ni puede desprenderse la devoción del sentimiento y las circunstancias de cada cual.

El encuentro es en Pentecostés. La cita, la misma siempre. La Virgen y cada uno de los que acuden para postrarse a sus plantas.

Entrará a raudales la luz irisada por ventanales y puertas abiertas.El rociero caminará hasta el altar como sonámbulo.Pisando tal vez con la torpeza del cansancio, esa alfombra irrepetible de las arenas que fueron desprendiéndose de los pies de los peregrinos que entraron antes.

Habrá un murmullo creciente de voces, de rezos, de vivas, de bisbiseo de oraciones... A su lado alguien se abrirá paso y lo hará de rodillas y verá que así viene avanzando por promesa desde la puerta... y la mujer que hizo su camino sin hablar recuperará voluntariamente la voz con un ¡viva la Virgen del Rocío! desgarrado como un llanto inconsolable.

El tendrá los ojos fijos en Ella.Y no rezará.Pero no habrá de importarle. No podrá hacerlo. Sabe que a muchos, como a él, le puede estar sucediendo lo mismo

Mirándola se irá acercando al presbiterio hasta que, entre Ella y él, se interpongan solamente los escalones y la verja cerrada que habrán de saltar los almonteños en la madrugada alta .
Subirá los primeros peldaños. Se agarrará a los hierros.
Y se quedará allí. En diálogo íntimo. Interior y mudo.

¿Qué le dice un rociero a la Virgen cuando la ve? ... Tanto... que no le dice nada.
Allí se está.Hasta la sorpresa del grito. Hasta el despertar del éxtasis con la mano amiga.


¡Cuántas confidencias desde la madera de los primeros bancos! Y desde los barrotes negros y ásperos de la verja . Qué calor impregnado en los hierros mismos en esos momentos en los que el apretón de unos dedos cerrados en crispación sobre ellos aun permanece cuando uno llega.

Allguien le puede estar diciendo, con los ojos húmedos y, en el corazón, agolpados los recuerdos :

A Ti te rezó mi gente

clavando aquí la rodilla.

Aquí te miro y se humilla

ante tu Rostro mi frente.

Aquí, con amor doliente,

doblé mi impulso bravío.

Aquí me tienes Rocío.

Y sé que, cuando no venga,

tu nombre, como una arenga,

pondrá ante Ti un hijo mío.

jueves, 9 de junio de 2011

Dias grandes en Villamanrique.

"A Nuestra Señora del Rocio se la encontró,segun nos cuenta la Historia,un cazador.Era de Villamanrique,que iba cazando.¡Vaya encuentro gozoso para contarlo !.Goro Medina era el nombre del cazador elegido que, echando suerte en la caza, hasta la Rocina vino.En un viejo árbol de aqueste lugar vió la Santa Imágen.Púsose a rezar."

Desde el martes pasado, miles de romeros pueden leer este azulejo , mostrado en la pared del Ayuntamiento del pueblo, cuando lo cruzan camino de la aldea almonteña repitiendo un acontecimiento anual declarado Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.

Málaga, Jaen, Almería, Lucena y Cabra fueron las hermandades que empezaron en la tarde del martes… diecisiete siguieron el miércoles,…veinticuatro el jueves… seis continuarán el viernes, cuando ya la primera y más antigua corporación rociera haya emprendido su camino…

Los poetas medievales solían acompañarse con una especie de violín de cinco cuerdas. Y llenaron la épica popular o juglaría coincidiendo, desde los principios del siglo trece, con la poesía de los monjes o "Mester de Clerecía".

Esta trova que es como el guión de un documental, ofrece el abanico abierto de las respuestas a las interrogantes de un hecho. que, por encima de las frías e impersonales interpretaciones históricas, perpetúa una creencia entre lo humano y lo divino. El qué de la aparición de la Virgen y el quién duplicado de la Madre de Dios que se muestra y el cazador que la contempla. El dónde del viejo árbol que se alzaba en la Rocina y el cómo de Goro Medina que postrose a rezar.Esta hermosa descripción, en la que se advierte que, para mayor comprensión en nuestra época, se ha trascrito Villamanrique allí donde en la versión inicial debería figurar Mures, su nombre hasta finales del siglo dieciséis, manifiesta distintos aspectos de la devoción rociera manriqueña:

El pueblo de Villamanrique ha deseado desde los primeros tiempos, dotar al Rocío de una carga poética, infantil si se quiere, pero tan limpia, tan pura y tan transparente como el aire de sus dehesas.

No ha necesitado que la trova de la aparición de la Virgen se reproduzca en un azulejo porque la ha conocido siempre, celosamente difundida por transmisión oral de padres a hijos.
Ha hecho así, de esta descripción antigua de la vinculación de la Virgen con sus gentes, elemento insustituible de su más querido patrimonio espiritual.
Ha sabido desposeer esta página de sus elementos simbólicos quedándose con la médula de la narración: La Virgen quiso estar en estas tierras y se valió para decirlo de la fe sencilla de un manriqueño.

Y el pueblo de Villamanrique, desde entonces, sin meterse en más, con la abierta y proverbial generosidad de sus gentes, no reclamó nada para sí, ni quiso adueñarse en exclusiva del privilegio, sino que, siguiendo el ejemplo de Goro Medina, miró a la Señora, inclinó su rodilla y se puso a rezar.

Por eso ha creído siempre que la Virgen quiso ser venerada como hoy lo es en este entorno de privilegio...que eligió para que así se supiera a un cazador del pueblo...y que, desde entonces, ha sido pionero de caminos... inventor de maneras de hacer la romería...y propulsor fiel e incansable de la devoción a la Virgen del Rocío.

Ni estaba aun la aldea, ni había camino alguno.
La nada solo era.Pero tú estabas ya.
Sanlucar no venía.Triana estaba lejos
y tu ya preparabas tu rezo y tu cantar.
Las galas primorosas de la Huelva romera
soñaban un repique de alegre despertar.
No había Simpecados en carretas de plata
y tu ya te lanzabas dichosa a caminar.
Por eso vienen hoy tus hijos esparcidos
en todos los rincones del límpido solar.
Y tu, Villamanrique, la madre rociera,
te abres, generosa,con gozo de Hermandad.

martes, 7 de junio de 2011

Un despiste imperdonable.

Mío, por supuesto. José Maria Toro, director de Guadalturia, la empresa editorial que me ha publicado mi último libro, me invitó a la presentación del de mi dilecto antiguo compañero Julio Martínez Velasco, pidiéndome que interviniera, junto a Nicolás Salas y Joaquín Arbide, pronunciando unas palabras en el acto.

Nicolás recordaría el tiempo que pasaron juntos en el ABC, Arbide, su actividad como crítico teatral y yo sus colaboraciones como investigador cofrade.

Me gustó la idea y preparé a fondo cuanto iba a decir centrándolo en sus seriales en el periódico, sobre todo en aquel que título “Radiografía emocionada de la túnica” y sus trabajos sobre la vida y la obra de Juan Manuel Rodriguez Ojeda, frutos estos del anterior.

Incluso proyecté un eslabón de enlace con cuanto dijera Joaquín en torno a su prolífica y documentada aportación en la crítica teatral rememorando el análisis que hizo de “Otelo, el moro”, la versión que escribió García Montero de la obra de Shakespeare que dirigió para el CAT Emilio Hernández y en la que mi hijo Antonio Garrido encabezaba su primer reparto en el papel de Yago, junto a Juan Manuel Lara que hacía el celoso musulmán veneciano e Irene Pozo que interpretaba a Desdémona.

De aquí pasaría a su faceta de autor teatral rememorando su ingeniosa “Pipirijaina del Titirimundi”, cristobitas de la sierra y la marisma, teatro de guignol que utilizó para estrenar en el salón de actos de Radio Popular en la calle Vírgenes “La primera aventura de Don Juan”.

Ocurrió esto en Noviembre de 1972. Así que una foto de aquellos días en torno al cartel de las marionetas en la que ambos nos mostramos sonrientes, mucho más jóvenes y luciendo las pobladas patillas a lo Beatle, que entonces estaban tan de moda, me servirían para situar con oportunidad el comienzo de mis palabras.

Este era el propósito en líneas generales. No contaba con mi tradicional despiste. En mi agenda había anotado también otra presentación de novedad editorial, la de Juan Miguel Vega, tan amigo como Julio e igualmente admirado,de su obra “Sevillanos” a celebrar al día siguiente.

No consulté la agenda.Y me fui a la que no era y dejé de ir a la que era.

O sea que me anticipé veinticuatro horas al acto de Juan Miguel y ya me pareció una descortesía llegar tarde al de Julio.

Aquí tengo los folios que redacté para él a los que miro con la desazón de lo irreparable.
En esta ocasión, el Blog me sirve para, avergonzado, pedir disculpas.

sábado, 4 de junio de 2011

Córdoba, romana, mora y rociera.

La hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Córdoba partió el pasado jueves 2 de junio hacia la aldea almonteña, siendo un año más, la primera de las que se ponen en camino.

Ángel Roldán Serrano, fotoperiodista de la ciudad de la Mezquita, ha captado una sugerente colección de imágenes de la Misa de Romeros, el inicio de la procesión por las calles cordobesas y la estación ante el Ayuntamiento y la iglesia de San Pablo.

Esto me ha hecho mirar atrás. Hasta el 2007 cuando me encargaron pronunciar el Pregón de la salida de ese año. Entonces me puse a revisar papeles antiguos y supe que la corporación había nacido a finales de los veinte y tomó cuerpo en la primavera de mil novecientos treinta y tres.

Setenta y ocho años han pasado, pues, desde que el grupo de rocieros cordobeses que tomaron sobre sus hombros la ilusionante tarea de dar forma a la idea organizativa contaba entre sus filas nada menos que al histórico rejoneador Antonio Cañero, los famosos toreros Rafael Guerra “Guerrita” y Rafael González “Machaquito” y al inconmensurable pintor Julio Romero de Torres al que se atribuye la autoría del lienzo en el que aparece la Virgen en su original Simpecado.

La Córdoba callada y seria afronta una vez más su larga caminata que la trae hecha hermandad peregrinante a la orilla de la Giralda para seguir hacia Villamanrique y enfilar la Raya.

Córdoba y Sevilla. Emilio García Gómez recordaba aquello de que en tiempos árabes se decía que si un sabio moría en Sevilla, sus libros eran llevados a vender a Córdoba y que, si un músico fallecía en Córdoba, sus instrumentos se vendían en Sevilla.

Cuenta Garcia Lorca en una de sus “Canciones de jinete” la dificultad de llegar a la Córdoba fantasmal, la blanca ciudad de la historia gloriosa y triste y sigue dicioendo García Gómez que hay otros versos lorquianos que sugieren una mezcla de turbio ensueño y de clara evidencia monumental que se aúnan en la ciudad al par triunfal y doliente. Están en el “Romancero gitano” y concluyen en un poema titulado “San Rafael” que dice así:

Pero Córdoba no tiembla
bajo el misterio confuso
pues, si la sombra levanta,
la arquitectura del humo
un pie de mármol afirma
su casto fulgor enjuto.

miércoles, 1 de junio de 2011

Y sigue soñando la margarita.

Están aparcados en rincones que acaricia el sol dejándose ganar por la sombra que los protege. Se llaman remolques. Convendría añadirles un complemento a modo de adjetivo calificativo: remolques rocieros. Porque han canjeado su primitiva misión al servicio de las labores del campo, por la de sustitutos de las primitivas carretas del camino del Rocío.Los más crecidos, los más desarrollados adoptan un sustantivo distinto: carriolas. De aquellos bamboleantes carros empinados con el techo ondulado de lona a los que se uncían parejas de bueyes, se ha pasado a estas modernas construcciones rodantes. Ingenios que son como pisos adosados en dos alturas de cualquier barriada suburbial.

Ocupan cerca de las aceras generosos espacios, en días anteriores reservados a vehículos de gran tamaño y es posible que, delante de cada una, ya se muestre en su sitio el hacendoso tractor hecho a tirar de las rejas que arañan la tierra o a esparcir sobre ella semillas prometedoras de cosechas que habrá pedido un adelanto de sus vacaciones como es costumbre seguida por quienes durante el resto de las jornadas anuales desafían en su interior calores y tormentas sin interrumpir las labores que les pide el campo.

El Rocio es todo el año. Así lo pregonan en su mudez estos vehículos. El Rocio de la gente sencilla que inaugura una hucha recién terminado el camino de vuelta para poder desplazarse hasta las plantas de la Blanca Paloma cuando llegue el siguiente Pentecostés.

Cerca de la carriola, varada junto a la acera, un ama de casa esperará el momento de trasladar a su frigorífico el costo de toda la romería que habrá ido cocinando en ilusionadas horas anteriores y ya está empezando a estorbar en la cocina.

El martes siete llegarán las hermandades que inician el luminoso desfile (Málaga, Jaén, Almería, Lucena y Cabra) a la puerta de la Iglesia parroquial de Santa Maria Magdalena de Villamanrique de la Condesa ante la que se hallará formada con varas e insignias la Junta de Gobierno de la Primera, Real, Imperial y más antigua Hermandad rociera. Acabarán de dar las seis de la tarde. Empezará en ese momento un espectáculo indescriptible de profundo sabor romero honrado con el título de Fiesta de Interés Turístico de Andalucía que se prolongará hasta las nueve de ese día para continuar en los siguientes, del miércoles al viernes, desde las diez de la mañana.

Caballos, carros, enganches a la larga y a la media potencia… vetustas carretas arrastradas por pacientes bueyes… simpecados bellísimos en templetes argénteos… toda una Andalucía abierta a los rumbos del mundo integra esta caravana incomparable.

Las carriolas de los pueblos habrán dejado el hueco triste de su ausencia. Rodarán con ellos. Y, si en vez del rugido de los motores de sus tractores se escuchan mugidos de toros mansos, nadie se mostrará sorprendido.