miércoles, 28 de marzo de 2012

Un verso antiguo …

Lo decía Lola Flores con su gracejo irrepetible: “Compare, cómo juye la vía”…
El uno de abril del 1990 di yo el Pregón de Semana Santa en el escenario del Lope de Vega. Han pasado veintidós primaveras, veintidós abriles, veintidós pregones.

Me lo recordaban el otro día en TeleSevilla, José Antonio Rodriguez Benítez y Esteban Romera en el curso de una entrevista homenaje que me hicieron y de la que aprovecho esta ocasión para mostrarme profundamente agradecido.

“Juye la via”, sí. Casi un cuarto de siglo se ha esfumado sin que lo haya advertido. Los cofrades actuales menores de treinta y cinco años ni entonces tenían edad para ir al teatro, ni probablemente les apetecía mucho escuchar esa larga perorata que sonaba desde la radio. Para la juventud madura de nuestras hermandades y cofradías puedo ser un perfecto desconocido, excepción hecha de los bibliofilos y los buscadores en Internet.

En las imágenes rescatadas del programa de TeleSevilla me he reconocido recitando sin mirar los papeles el final de mi pieza oratoria y he experimentado la misma sensación de entonces de no haber podido decir todo lo que quería por atenerme a la férrea disciplina del reloj.

Me rogaron los miembros del Consejo que no superase la hora y cuarto y me atuve a su petición.

Pero esta inquietud fue tan persistente que, mientras mudaba el chaqué por ropa de calle en la habitación del Hotel Alfonso trece donde tenía lugar el almuerzo al pregonero, redacté un romance con el que cerré las palabras que debía pronunciar a los postres.
Lo publiqué en el libro “Otra Chicotá” y dice así:

Mira, hermano nazareno:
Tu Cristo y tu Virgen son
lo mejor del mundo entero.
Y yo lo se. Y lo escribí.
Y tuve en el aire preso
imágenes sin parar
de los felices momentos
de lo que es tu Hermandad,
y de su vida por dentro,
y lo que pone en tu barrio
temblores de sentimientos
cuando tu Cristo se asoma
por las esquinas del templo
y sigue tras El tu Virgen
y no hay palabra ni verbo
ni frase que se aproxime
al exquisito concepto
y al piropo que merece
esa Señora del Cielo.
Pero, ya ves, tanto amor,
tanta emoción, tanto bello…
en el pregón que aprendí
se condensó sin quererlo.
Mas que lo sepas que sí,
que tengo esa pena dentro:
que sabiendo lo que se
de tan sublimes momentos,
de ese quinario lucido,
de esos pasos tan bien puestos,
de esas flores, de esos cirios,
de ese trabajo bien hecho,
que, como siempre, bordaron
los hermanos costaleros…
de esa gente, más que nunca,
y más también nazarenos
y más fervor en la calle,
y más oraciones dentro,
y más saetas valientes,
y más, en fin, más contento
porque todo salió bien
un año más, siendo eso
tan conocido por mí…
me lo dejé en el tintero.
No tengo perdón de Dios.
No tengo. No… lo merezco.
Y no es verdad. Porque, ¿sabes?:
Con el perdón de mi Padre
es algo con lo que cuento.
Perdón si tuve, lo se.
Lo que no tuve fue… tiempo.
Por eso, perdón a ti
te pido buen nazareno.
A prolongar el reloj
no enseñan al pregonero.
Pero que sepas que sí:
Yo, como tú, así lo pienso:
¡Tu Cristo y tu Virgen son
Lo mejor del mundo entero!

Era otra época. Hoy este verso hubiera carecido de sentido y de oportunidad.

lunes, 26 de marzo de 2012

Olvidado reloj. …

Creo recordar que el pregonero declaró a un compañero de la prensa que lo que más trabajo le había costado de la conformación del texto era el tener que cortar mucho de lo escrito para limitar su extensión.

Ayer, cuando ya habían transcurrido dos horas desde que dio comienzo a su lectura y no se atisbaba el final, hube de deducir que habría debido agotar el papel y la tinta de su impresora cuando obtuvo su primera redacción. La duración total llegó a rozar las dos horas y cuarto. Demasiado tiempo para un auditorio que comenzó a abandonar discretamente el Teatro antes de que finalizara o formaba largas colas en los servicios como las de los aseos catedralicios los días de la Semana Santa.

Lo escribo aquí con todo respeto y deseando que nadie tome estas palabras como si compusieran una crítica que estoy muy lejos de querer hacer.
Luis Rodriguez Caso en su época de presidente del Consejo era la primera recomendación que hacía . Que se intentase hablar como mucho durante una hora y, si era necesario, quince minutos más. Pero no se pasase de ahí.
Esta visto y comprobado que Adolfo Arenas no sigue esta pauta.

Lástima. Una vez más conviene acudir a Gracian para traer a colación la sabia frase de que lo bueno y breve es doblemente bueno. Y observar el comportamiento de un grupo de personas y su reacción ante una exposición oral, hoy exhaustivamente analizados por sicólogos y sociólogos con vistas a optimizar los mensajes de publicidad o propaganda.

La autocirugía es el encargo más difícil de cumplir que recibe un pregonero . Ultimado el texto, si excede de una duración razonable, debe asumir la dolorosa decisión de amputarlo, lo que implica una continuada zozobra de titubeo. Es posible que no le abandone la duda de que lo omitido era lo mejor. Pero ante el bisturí y la tijera no debe admitir contemplaciones.

Si le flaquea la voluntad, el resultado puede ser penoso.
Porque, si la brevedad duplica lo bueno, la extensión lo reduce al cincuenta por ciento. Y más aun si va creciendo con perfiles de eternidad.
Eso es lo que pasa.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Pregón con elecciones …

Si el domingo me cruzo con el alcalde a la entrada del Maestranza en ese hervidero de espectadores del Pregón ante las puertas del teatro que, un año más, se abrirán tarde, podré desvelarle mi voto a las elecciones al Parlamento de Andalucía.

--- Juan Ignacio, que vengo de votarte.

La gente me mirará. Alguno seguirá mi confidencia proclamando lo mismo. Quizás haya quien le de afectuosos golpecitos en la espalda.Y también quien todavía no sepa de qué va la cosa. Porque tanto se ha hablado de la mayoría de Javier Arenas y de lo necesario que es el cambio del gobierno andaluz que haya de presidir que se olvida la composición de los candidatos en Sevilla cuya relación encabeza Zoido.

Son la resultante de esa coincidencia inédita que situará en el archivo fotográfico de la historia la cola de la calle Tetuán para entrar en el San Fernando a oír a Rodríguez Buzón con los grupos apretados de cofrades ante las inevitables puertas cerradas del coliseo del Paseo de Colón siempre regido por fríos y distantes porteros y acomodadores que parecen no disimular su desagrado por verse obligados a atender una función de palabras y músicas cofrades en vez de una ópera de Donizetti o un concierto de Franz Shubert.

Pregón histórico antes de que el pregonero abra las tapas del Cirio Apagao. Pero que, no por eso, debe desviar la perspectiva de su importancia. Esta radica simplemente en la papeleta electoral que ese día debemos depositar en las urnas todos los cofrades.

Antes del Maestranza o después del Maestranza. Las lamentaciones posteriores, si el resultado de los comicios no cuadra con nuestros deseos, carecerán de sentido si hemos dejado que el voto se nos arrugue olvidado en el bolsillo.

viernes, 16 de marzo de 2012

Pregón sin versos

Me decía Ramón Pineda, uno de esos santos cofrades que, cuando Dios les llama, dejan escrito un manual de conducta cristiana, que si le hubiesen propuesto alguna vez dar el Pregón de Semana Santa, jamás se le hubiera ocurrido enjaretar ni un solo verso.
Para completar esto añadía, con su gracejo habitual: A mí me sacan del “Jesusito de mi vida, eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón” y me pierden.

El otro día repasaba yo algunos de los hermosos textos de Juan Sierra, más escasos de los que fueran de desear y ampliados por la docta y afectiva consideración de Rafael Porlán y concluía que el sagrado oficio de los poetas debería estar prohibido a los maletillas a los que empuja desde la grada la norma de una mal entendida tradición.

Desde estas modestísimas líneas me atrevería a sugerir al Consejo de Cofradías que en el futuro cuando elijan a un pregonero les hagan firmar un documento, si es posible notarial, en el que se comprometan a no escribir versos si no los han escrito antes.

Poetas tan acreditados como Joaquín Romero Murube no incluyeron
poesias en sus disertaciones semanasanteras. Y tampoco temieron incluir en ellas citas poéticas de relumbre clásico, lo que les desvelaría como cultos conocedores de la más acreditada versificación.

El verso no tiene todo que ver con la poesía. En literatura rimada escribió Muñoz Seca esa descripción genial de las Siete y Media que se contiene en “La venganza de Don Mendo” y hasta un día mandó una carta a su padre en la que en contra de sus objeciones a su noviazgo le decía:

“Está bien como objeción ---- el problema que usted alega --- de que es muy baja Asunción--- más no me podrá negar--- que es una joven que llega--- a donde debe llegar--- es decir al corazón”

Al corazón debe llegar también todo pregonero que se precie. Pero no con versos pobres, sino con textos sinceros amasados en el horno caliente de la víscera cardiaca.

martes, 13 de marzo de 2012

El disputado voto

Asi que me telefoneó un cofrade de esos que en estos días aprietan su escaso tiempo libre para dividirlo mejor entre reparto de papeletas y ensayos de costaleros y cuando colgué el teléfono encendí el televisor y me encontré con el Debate a dos bandas que había programado Canal Sur y como no quería dormirme antes de las doce hice zapping y me refugié en un documental que me permitió meditar un rato en ambas circunstancias que se habían sucedido casualmente.

Es verdad que se necesitan criterios para decidir el voto, pero es difícil hallarlos en estas producciones televisivas que rezuman falsedad, posturas preconcebidas y palabrería hueca.

La situación de Andalucía en el contexto de la crisis social en el que nos hallamos exige otra cosa.

Sabemos que la democracia es un bien precioso que tenemos que cuidar y perfeccionar cada día, pero quizás no somos conscientes de la fuerza y la capacidad transformadora de la sociedad que podríamos tener los cofrades.

Ante el creciente desprestigio de la clase política de cuya torpe actuación aparecen repetidamente elocuentes ejemplos hay que cuidar el destino de cada voto.

Esto me decía en mi forzado soliloquio cuando el zapping puso ante mis ojos la cara de buena gente de ese honrado mecánico de automóviles al que han tenido dos días en la cárcel como consecuencia de la denuncia que le hizo su propia hija.

Ahora la niña que pusieron bajo la tutela de la Junta de Andalucía se ha escapado. ¿A quien se detiene en este caso?... ¿Pecan de miopía el juez o los guardias?... La respuesta debe ser negativa. Son servidores de la ley y han tratado de cumplirla. Lo que sucede es que esos sedicentes padres de la patria que tan caros nos cuestan no saben redactar leyes.

¿Qué quieren ahora… que sigamos votándoles?...

Hay que reflexionar seriamente. El disputado voto del señor Cayo arde en nuestras manos.

martes, 6 de marzo de 2012

"La Semana Santa del Padre Cué"

Guadalturia Ediciones me invitó a la presentación del libro
“La Semana Santa del Padre Cué” que ha escrito ese poeta,ensayista,historiador, crítico de teatro y no se cuántas cosas más que se llama Julio Martínez Velasco.

No como público sino como presentador, lo que ha supuesto un grato honor que acabo de cumplir con el respero que merece el testimonio del último superviviente de la Semana Santa, que inspiró al autor de “Cómo llora Sevilla”.

Han pasado 64 años de su aparición.

Más de medio siglo.

Los veinteañeros de entonces son hoy octogenarios. Y la mayor parte de ellos se ha quedado en el camino.

“Como llora Sevilla” es ese librito que casi pasa inadvertido en las bibliotecas cofrades.

Y ahora llegan sus secretos.

Debo confesar que me ha impresionado la buena memoria de Julio y la eficacia de su archivo abierto tanto a la aportación del dato fundamental como a la añadidura de la insignificancia.

Evocadores resultan los primeros capítulos de la obra que recuerdan quien era el padre Cué y cómo nació su visión particular y poética de la Semana Santa sevillana que llevó a las páginas impresas, recorriendo en alas de los recuerdosuno por uno aquellos días, desde el domingo de Ramos al Viernes Santo.

Curiosos y sorprendentes los apartados que desvelan incógnitas que aun hoy se convierten en preguntas que se plantea Julio con tanta intensidad que hasta una de ellas puede leerserecogida en la contraportada:

“El lunes supe que la Hiniesta se volvió con preteza a su templo a causa de la lluvia
Y que la Amargura no efectuó su estación.
¿Cómo,pues, incluyó el Padre Cué el capítulo titulado “Las Hermanas de la Cruz” si la del año 1947 era la primera Semana Santa que vivía en nuestra ciudad y no salió La Amargura?

Las respuestas posibles se hallan en las páginas centrales del libro y, naturalmente, no voy a mostrarlas aquí.

Si les digo que se ofrecen preñadas de emoción y que esta es la línea que sigue Martínez Velasco con su reconocida maestría a lo largo de esta nueva obra que
viene a enriquecer el ya rico patrimonio bibliográfico del que actualmente disponemos los cofrades.

La Semana Santa del Padre Cué se subtitula “Testimonio del último superviviente de “Como llora Sevilla” y eso es lo que es: un testimonio inapreciable que además está acompañado de una colección de fotos de la época espléndidamente reproducidas.

La presentación tuvo lugar en el salón de conferencias del Círculo Mercantil que se llenó a rebosar. No era para menos. Se trataba de evocar la figura de ese sacerdote jesuita,poeta inspirado, al que se tiene como primero de los que han cantado las cofradías y hacerlo de la mano de uno de los universitarios que le acompañaron: Julio Ferrand, Carlos Acedo, Joaquin González Moreno, Juan Delgado Alba y Julio Martínez Velasco, el único superviviente del grupo.