lunes, 25 de febrero de 2013

Cofradias en la tele local.

Marginada forzadamente Giralda televisión que harto hace con tirar de archivo y asentar su programación de economía de guerra en las fabulosas secuencias cofrades que acumuló en tiempos de bonanza, no cabe duda que Telesevilla ocupa el pódium y de esa altura será difícil desbancarla.
Anoche. en el programa dominguero de la Semana Santa, nos regalaron dos magnificas entrevistas.Una a Manolo Marvizón, el compositor. La otra a los hermanos Gallardo, capataces de la Candelaria. Ambas supieron a poco y dejaron abierto el camino para una prolongación conveniente.
Marvizón, merced a su inspiración, su vocación musical y su personal ejecutoria, se ha venido a convertir en el autor preferido de marchas procesionales de la actual generación cofrade.
Con su habitual humildad y la claridad de su manera de ser y de comportarse sin doblez ni pose alguna, fue desvelando momentos singulares de su vida, secundado en la misma partitura por su mujer, Charo Padilla.
Los hermanos Gallardo, José María y José Miguel, capataz del Señor de la Salud, el primero y de la Virgen de la Candelaria, el segundo, introdujeron a la audiencia del programa que imagino muy alta en el complejo y admirable mundo de los costaleros hermanos, desvelando secretos escondidos como el de la oculta dificultad de la puerta de la Parroquia de San Nicolás y el estilo propio de mover los pasos que, progresivamente, van consiguiendo ambas cuadrillas.
Un bocado selecto para telespectadores amantes de las cofradías.
Poco hicieron el resto de las televisiones que tanto han estirado el dial desde la implantación de la TDT para identificarse como competidoras. Y, menos, las otras emisoras locales, aunque la creciente presencia en ellas de profesionales formados en la Facultad o con engalanada hoja de servicios, esté alentando la confianza en un mejorable futuro.

1 comentario:

Giraldillo dijo...

Qué pena que ya no se realicen aquellas retransmisiones de TVE de la Semana Santa de Sevilla, aquellas a la que usted ponía voz. Es incomprensible dada la importancia de nuestra Semana Mayor.