lunes, 27 de mayo de 2013

MITAD DE MANDATO


El alcalde acaba de coronar la mitad de su escalada. Ahora, sin tiempo para tomarse un respiro, tiene que seguir subiendo. Y complacer a la afición que suele ceñirse a la constante de mostrarse cada vez más rigurosa en torno a la figura que encumbró con sus aplausos.
Si Zoido tuvo que echar mano a su caja de herramientas para ponerse sin dilación a restañar salideros y corregir averías, apenas se despojó del chaqué y apoyó en un rincón la vara de mando, el respetable piensa que el reloj corre y su minutero está cerca de que caiga el primer aviso.
Y lo malo es que todavía queda mucho por corregir y el plazo de las enmiendas que en teoría debe acabar cuando sube el telón del segundo acto, tiende a alargarse dilatando éste.
El político que, con honradez y desmedido esfuerzo personal, consiguió llevar al PP a la alcaldía sevillana acaba de cumplir dos años desde que alcanzara aquella mayoría histórica.
Se han alternado las luces con las sombras en esta andadura. Pero hay que renovar el entusiasmo y seguir trabajando con esfuerzo. El guión puede que se detenga ahora en los grandes proyectos. La sombra de los transatlánticos gigantes avanza hacia la bocana del puerto y hay que superar las reticencias de la Unesco para conseguir ya el dragado del río.
Como tengo prometido en este blog colgar algún versito de vez en cuando, con todo cariño le dedico este soneto:

Se llama Juan Ignacio y su apellido
es Zoido que no rima fácilmente.
Sin ceta es un oído al que la gente
convierte en el buzón de su quejido.
Sin ceta y sin la o suena a partido.
(partido de marcharse, exactamente).
Un verbo que no pasa por la mente
de aquellos que, con votos, le han traído.
Alcalde deseado de Sevilla,
que, a roja peripecia, puso fin,
su vara regidora sin mancilla,
que no pudo legar Monteseirín,
desprende, es natural, alguna astilla
envuelta en un aroma de jazmín.




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