jueves, 5 de diciembre de 2013

LUZ TV SEVILLA


Canal Luz se llama ahora Luz TV Sevilla. Ya no está en Mairena del Aljarafe en el Polígono Industrial Pisa. Ni es la misma emisora de televisión local que venía funcionando hace tres años. Antes de que el grupo empresarial Morera & Vallejo tomara la decisión de convertirse en propietario de El Correo de Andalucía poniendo fin a la angustiosa situación que vivía el periódico, había sido añadido al conjunto de sus empresas como inicio de la creación de Morera & Vallejo Comunicación, una sociedad limitada unipersonal creada tras la compra del rotativo.
Anoche inició oficialmente sus emisiones desde sus nuevos estudios en el edificio II del grupo empresario con el programa La Lupa que dirige y presenta la directora del ente emisor, Elisabeth Ortega y que, considerando la fecha, aniversario de aquel 4 de diciembre de 1977 en la que los andaluces nos echamos a la  calle en demanda de autonomía,  estuvo dedicado a hablar de la identidad andaluza con la hija de Blas Infante, María de los Ángeles y Pedro Ruiz Berdejo, histórico del andalucismo.  
Están mayores los dos, (estamos mayores todos los que vivimos aquello) pero siempre gusta escucharlos porque tienen muchas cosas que decir y no pocas que censurar envueltas en las amables reconvenciones de los abuelos.
El programa empezó tarde. Ya se sabe, los riesgos del directo. De haber tenido que hacerlo yo, lo habría grabado previamente. Y me temo que la directora hubo de improvisar cediendo su despacho como un set ocasional al que faltaba el habitual decorado. El retraso que motivaría deserciones en la posible audiencia, sirvió no obstante para constatar la cobertura publicitaria y la calidad de algunos de los spots. Casi todos de bares, restaurantes, mesones y hoteles rurales muy atractivos. Y de pueblos. Los de Sevilla podían contarse con los dedos de la mano. El hecho suscita más de una reflexión.

Tendré que seguir sintonizando LuzTV Sevilla. No solo para reencontrarme con los antiguos compañeros de la primitiva Giralda TV,ni para seguir admirando la belleza y profesionalidad de Elisabeth, sino porque ¡da unas ganas de comer! 

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