jueves, 7 de mayo de 2015

ROCIO Y ELECCIONES


Con indudable cara de pocos amigos acabo de encontrarme en la Estafeta  Postal de mi pueblo a un rociero de los de siempre, de los de medalla sudorosa y polvorienta por la repetición de caminos.

Iba a enterarse de cómo podía votar por Correo porque, como es sabido, los inteligentes que viven de la política han tenido la luminosa idea de hacer coincidir las votaciones próximas con el Domingo de Pentecostés, el Domingo del Rocío cuando las casas de la aldea abren sus puertas de par en par en un desbordado deseo de atención y acogida a visitantes.

La tradición peregrina y las costumbres romeras siguen manteniéndose como siempre y ya el próximo jueves, día catorce, echa a andar la primera Hermandad que es la de Córdoba y se inaugura con ella el nuevo Plan Romero.

Miles de Salves llenarán los aires de piropos a la Madre de Dios

Salve, Madre,
en la tierra de mis amores
te saludan los cantos
que alza el amor.

Los rocieros probablemente ignoran que este cántico fue en origen el Himno oficial del Primer Congreso Mariano Hispano Americano que se celebró en Sevilla del 15 al 21 de mayo de 1929 a instancia del Cardenal Eustaquio Ilundain y Esteban que ocupaba la silla arzobispal aquellos años para que España, Portugal y las naciones de allende el Océano de cuyo conjunto muchas acababan de superar las tensiones de su emancipación, se dieran un abrazo fraterno amparados por la creencia compartida de la mediación de la Virgen María.

A mi amigo, el rociero enfadado, le ha gustado mucho saber estas cosas. Tanto que ha decrecido su cabreo y me ha hecho prometer que escribiré algo más sobre esto.


Le empiezo a complacer con estas líneas.

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