viernes, 19 de junio de 2015

DOS ACTRICES VALIENTES DE LA RADIO DE AYER



Capilla tiene uno. Y me lo va a prestar. Es un magnetofón antiguo que graba y reproduce cintas magnetofónicas que giran a tres cuartos y a siete revoluciones y media por minuto de los que utilizábamos los radiofonistas de mi tiempo para llevar a cabo las grabaciones de música, voz y efectos de sonido.
Capilla, Antonio Vázquez Capilla en el DNI y en la Asociación de la Prensa, viejo compañero al que ya me he referido en otras ocasiones, me advierte que cuando vaya a recogerlo recuerde que estos artilugios mantienen unas dimensiones que pudieran parecer excesivas si se comparan con las que ofrecen los dispositivos similares que se manejan hoy y que, en proporción pesan lo suyo.
Recuerdo que, en aquellos estudios de las emisoras en los que se realizaba esa radio creativa de mucha imaginación y educadas voces que, por desgracia, se ha perdido, este tipo de aparatos los manejábamos subidos en reforzados carritos con ruedas parecidos a los que la Hispano Olivetti recomendaba para sus macizas máquinas de escribir
Contaba Emilio Segura, otro de los históricos radiofonistas de la época, que, además, fue escritor y excelente actor de cine y televisión, que el veinticuatro de mayo de mil novecientos cuarenta y siete,  Sebastián Uribe y Alfonso Contreras- este último compañero también en Radio Nacional de España, emisora de Sevilla durante muchos años- escribieron una obra teatral que titularon “Siete pecados” y fue estrenada en Madrid por Ana Adamuz con gran éxito por su buen estilo y originalidad.
Toda ella giraba en torno a las flaquezas en las que caía  un invisible protagonista a los que hacían referencia su madre y una chica joven con la que ésta dialogaba.
El quince de marzo de mil novecientos sesenta y cuatro se estrenó su versión para la radio con libreto adaptado por Emilio y las voces de Mariló Naval y Delia Giuli que grabaron en un magnetofón Phillips como el que he descrito que se manejaba en el soporte móvil.
Ese día sacudió el sur de la península un terremoto importante. De los estudios de la emisora en la calle San Pedro Mártir corrieron a la calle asustados todos los que estaban de servicio…Menos el carrito que rodó alocadamente sobre el enlosado acompasando el movimiento telúrico, pero no dejó de emitir.

Al día siguiente se caían los teléfonos recogiendo la felicitación de los oyentes para aquellas dos valerosas mujeres que, haciendo gala de unos nervios de acero y de una profesionalidad ejemplar, habían seguido interpretando la obra mientras la tierra temblaba.

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