sábado, 3 de septiembre de 2016

PARODIA TRISTE DE UNA INVESTIDURA


“Me vi a morí y no te vi a deja enseñao” decía un viejo vestido siempre con remendadas pero pulcras ropillas de dril al muchachillo que se sentaba con él todos los mediosdías en la bodega abierta al público de mi abuela manriqueña.

Ayer asistí de pardillo a  a través de la transmisión radiofónica de Canal Sur a la parodia de votación de  investidura que se celebró en el Congreso a la caída de la tarde. 

Las palabras del viejo resonaban en mis oídos. Todos sabían a lo que iban. Menos yo. Cada vez que confío en las apariencias de los políticos, los políticos se ríen de mí. El viejo se habrá muerto ya, y yo no termino de enterarme.

Hoy titula Antonio Casado su crónica en El Confidencial de manera harto ingeniosa: Un armario en el pasillo. Yo había pensado que entre los políticos responsables que quedan se habían arbitrado las fórmulas para quitar de en medio a ese empolvado estorbo. Pero, no.

No aprendo. Qué le voy a hacer. Siempre me toman el pelo,

No hay comentarios: