jueves, 20 de abril de 2017

MADRUGADA, FUTURO INQUIETANTE


¿Usted que se creía?... ¿Qué esta vez se había detenido a los autores de esa agresión letal a la fiesta religiosa más querida de los sevillanos?...Pues, no. Solo a ocho y, de ellos, a cinco hubo que ponerlos inmediatamente en libertad.

¿Suponía usted que los tres a los que envió provisionalmente a prisión la juez de guardia provenían de tres puntos distintos donde se originaron los disturbios?... Pues tampoco es así. Eran tres compinches amiguetes, alguno con viejas relaciones con la justicia cuyo abogado argumenta que no tenían nada que ver con el lío, aunque la Policía Local que los detuvo opina lo contrario Y no habían sido capturados en una trilogía de puntos de activación de las oleadas multitudinarias sino en uno solo.

Total, casi como la otra vez. Rien de rien. Nada de nada.

Empieza a crecer la desoladora sospecha de que el compromiso del Delegado del Gobierno con el Consejo y las reuniones del Alcalde con los hermanos mayores no pasarán la frontera de las buenas intenciones.

Y, mientras tanto, se desvelan quiméricas ideas y proyectos imposibles.

La Madrugada tiene fronteras insalvables y delicadas líneas rojas y puede resultar arriesgado  meter las manos en su estructura. No es tan antigua como algunos creen ya que las corporaciones que se entienden más veteranas en ella, el Silencio, el Gran Poder y la Macarena todavía en la nómina de 1806 tenían fijadas sus salidas procesionales al alba.

De forma definitiva, su orden actual se configuró en la Semana Santa de 1900.

Como mal menor, podría volverse a las salidas de los templos con las claras del día. Pero antes habría que recuperar la sevillana “cultura de la bulla” y el respeto de la ciudadanía a lo religioso, aunque solo sea por estricto ejercicio de la libertad democrática

Sería triste que las hermandades, sobre todo las de negro, se vieran obligadas a solicitar a sus nazarenos vestir  la túnica en dependencias de la cofradía para evitar  burlas e impedimentos de niñatos callejeros en los itinerarios de ida y regreso desde la iglesia a los domicilios.

Desde muchos barrios periféricos y pueblos cercanos acceden ya esa noche al corazón de la ciudad  grupos de adolescentes alborotadores con bolsas de botellonas que se acercan a los penitentes como en la Noche de Fin de Año saludarían a Papa Noel.

Pero también sobran nazarenos. Y convendría limitar su número sin llegar a la prohibición introduciendo el doble cortejo, del templo a la Catedral y de la Catedral al templo...

Y, por supuesto, abrir ostensibles vías de evacuación para el público, claramente señalizadas, en previsión de emergencias.


Mucho trabajo por delante. El Consejo, el Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno necesitan que, de inmediato, les demos nuestro voto de confianza.

1 comentario:

Jacinto Morente dijo...

¿Otro voto de confianza más a quien ha fracasado estrepitosamente?