jueves, 9 de noviembre de 2017

SIEMPRE TOCA A LOS MISMOS


El coste tremendo de la deriva separatista correrá a cargo del esquilmado bolsillo de los ciudadanos medios y las molestias de la actuación de los piquetes cortando calles y vías férreas ante la pasividad de los agentes del orden para que los belgas no les acusen de brutalidad policial las sufrieron los que iban a su trabajo y no se meten en semejantes líos tal vez porque ya superaron la barrera de esa juventud adoctrinada y envenenada metódicamente durante años a la que en la actualidad es muy difícil bajar del delirio de su droga.

Los años invertidos en esa concienzuda pedagogía están dando ahora sus frutos. Es imposible revertir la situación a corto plazo y que la joven sociedad catalana aferrada a la mentalidad que les han formado con supercherías caiga de sus errores.

Nada de esto se ha improvisado. Los dirigentes nacionalistas saben de sobras que han construido una ficción que defienden con palabras cínicas tratando de cautivar adictos.
Quienes creyeran que con la aplicación del artículo 155 de la Constitución estaba arreglado todo, pronto han caído de su espejismo. 

Al gobierno toca en este momento complicado y difícil dejarse de prebendas que nunca saciaron la implacable demanda de los separatistas y seguir por la senda de firmeza constitucional marcada por el monarca.


A ello yo añadiría algo más: aumentar la plantilla de sus asesores en Relaciones Públicas y pedirles que se pongan las pilas recordando el principio esencial sobre el  que actúan estos profesionales: “hacerlo bien y hacerlo saber”.

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